Si no me equivoco, tampoco nos llevamos tanta diferencia de edad, así que relaja la rajaMaestro Gagarin escribió:Si no fuera porque ya se ha tomado la palabra de la supuesta víctima como prueba condenatoria en casos que es la palabra de uno contra la palabra del otro, debido al marco de intimidad que se le puede suponer al acto sexual.Bundy escribió:De la misma forma en que se puede probar si has sido víctima de acoso escolar o laboral: o prueba auditiva/audiovisual con el perito de turno (y a ver si te la validan) o nada.TimRiggins escribió:Como se demuestra que ha habido un 'sí' expreso? Solo se me ocurre grabando un audio en el whas.
De ahí que me produzca bastante risa toda la gente que se pone a llorar y a hablar de feminazis. La reforma en sí tiene un alto porcentaje de ser un brindis al sol.
Si un día decides dejar a tu pareja porque te ha empezado a hacer tilín otra tía (que es lícito)... Y a ella le da la gana decir que se vio obligada a mantener relaciones sexuales contigo y que en ningún momento dijo Sí. Ese brindis al sol te puede salir caro nivel épico.
Hay muchísimas cosas en las que trabajar por encima de esto. Ningún violador va a ser frenado con esta medida. Ninguna mujer se va a atrever más a denunciar por este detalle. Principalmente en casos donde hay venganza esto puede marcar una diferencia real.
En la judicatura siempre se ha preferido un culpable en la calle frente a un inocente entre rejas. Esto no va por ahí en absoluto. Además, las denuncias falsas (que no son un 0'005%) no son penalizadas de forma disuasoria y aquí ganan muchísima fuerza.
Yo no veré afectada mi vida un ápice, pero esto no es justicia. Como no sería justicia cazar pedófilos haciendo inspecciones en domicilios a discreción.
La ideología de género es opuesta al feminismo. Esto no tiene nada que ver con igualdad. Es asumir que el hombre es un criminal contenido al que cualquier mujer puede señalar con o sin razón. No creo que nadie de la generación milenial haya crecido pensando que los chicos y las chicas son muy diferentes. Esto os tiene que chocar, no fastidiemos.
PD: Lo de benin con el porno con argumento de fondo es descacharrante, especialmente si ves que el consumo ha aumentado un 350% y surgen como temas principales "tríos", "pollas grandes", "gangbang", "anal" y "BDSM" (aunque el tema mayoritario sea lesbianas por un ancho margen)."No creo que haga falta que sea explícito. No parece lógico que haya que formalizar un consentimiento en las relaciones personales", se arranca Adela Asúa, catedrática de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco y exvicepresidenta del Tribunal Constitucional, que cree que la declaración de la ministra tenía más bien la intención de expresar que no hace falta que se diga que no para entender que no hay consentimiento. "Una cosa es exigirlo como si fuera un contrato, que es absurdo; y otra cosa es que, mientras no haya un consentimiento claro, deducible de las circunstancias, no hay consentimiento", subraya.
En una línea similar se expresa Margarita Martínez Escamilla, catedrática de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid: "Me parece un poco fuerte entender que si no hay un sí expreso entonces es que no hay consentimiento". "Puede haber otras formas de expresarlo", afirma. Un argumento que recoge también Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM): "Hay muchas maneras de manifestarlo".
No sabes cuánto te echábamos de menos.Roderic escribió:Holis foro, me expulsaron por homófobo y sexista, como si no lo supiérais ya. Me he pasado una temporada de balneario y vengo lleno de sabiduría atiquense.
+1THE FONT escribió:No sabes cuánto te echábamos de menos.Roderic escribió:Holis foro, me expulsaron por homófobo y sexista, como si no lo supiérais ya. Me he pasado una temporada de balneario y vengo lleno de sabiduría atiquense.
Si el consentimiento tiene que mostrarse con un sí expreso o una orden, entonces lo raro será haberlo hecho todo legal. En el caso de ligues de una noche, aún peor, si no puede haber alcohol en sangre.elmascrack escribió:Es que ese es el tema. No se cómo serán, o habrán sido, las relaciones de los demás, pero yo no recuerdo haber hecho nada por lo que haya temido que podía acabar denunciado. Que no digo que alguna noche de esas que vas taja perdido, de las que tienes muchas lagunas de memoría respecto a lo que pasó, en una discoteca, hagas cosas que alguna pueda pensar que las estás acosando. Pero ese es otro tema y es que esas noches, sabes que sexo no va a haber.metalin escribió:Que no será valido si para dar ese SI expreso se ha utilizado la violencia, coacción, o se ha intimidado.Danitovic escribió:
Imagino que sacarán una app con algún formulario a modo de RGPD o similar.
Aceptando términos y condiciones y después al lío.
Y bueno..., antes de todo esto, ¿que impidia a una mujer denunciarte por violación?
No se como serán vuestras relaciones sexuales, la verdad, pero yo en mi vida he tenido miedo a que se me denunciase por tener sexo.
Se ve que por aqui hay muchos que igual no lo tienen tan claro, ni idea del porqué.
Oye, que como todo en la vida, siempre te puedes encontrar con una loca que no acabe todo lo satisfecha que quería, o que se enfade porque después no le haces el que ella cree que deberías o por lo que sea y que te la intente liar. Como también puedes ir por la calle tranquilamente y que te apuñalan.
https://elpais.com/ccaa/2018/07/11/madr ... 14670.html
https://blogs.elconfidencial.com/cultur ... s_1591630/
¿Subes a tomar una copa? El fin del sexo
Alberto Olmos
12/07/2018 12:40 - Actualizado: 12/07/2018 14:00
Volví a ver el otro día 'Match Point', la película de Woody Allen. El protagonista es un profesor de tenis que empieza a quedar con la hermana de uno de sus alumnos. El profesor y la joven toman café y van a exposiciones, se hacen amigos. Un día, mientras ven una película en el cine, ella le pregunta si necesita dinero. “No, qué va”, dice él. “Eres un encanto interesándote, pero no”. “Te lo pregunto porque me importas”, dice ella. Ambos se miran fijamente durante unos segundos, y él la besa. “¿Prefieres ir a tu casa o a la mía?”, pregunta ella.
Semanas antes el profesor de tenis visitó la mansión familiar de su alumno y conoció a Nola, aunque sin saber que era la novia de su alumno. Ella estaba jugando al ping-pong en una sala de recreo y él se ofrece como contrincante. Enseguida se gustan. El profesor de tenis se toma la libertad de acercarse a Nola y enseñarle cómo coger la paleta de ping-pong. Luego le pregunta: “¿Qué hace una preciosa americanita jugadora de ping pon mezclada con la clase alta inglesa?” Y ella contesta: “¿Te han dicho que tienes un juego muy agresivo?”. “¿Te han dicho que tienes una boca muy sensual?” “De lo más agresivo”, insiste ella. “Lo mío es competir. ¿Resulto molesto?” “Tendré que meditarlo un rato.”
Ya ennoviado con la rica heredera, nuestro tenista frustrado se encuentra por la calle con Nola. Acaban tomando vino en un bar. Comparan sus noviazgos con los acaudalados hermanos y se reconocen en sus respectivos orígenes, muy humildes. Ella le avisa: “Te irá todo bien si no la pifias”. “¿Y cómo voy a pifiarla?”, pregunta él. “Intentando ligar conmigo”.
Finalmente, en una casa solariega, el protagonista la pifia. Sale en busca de Nola, que vaga bajo la lluvia por una carretera. “Te estaba buscando”, dice él. “Estaba angustiada. Quería estar sola.” “No quiero molestar.” “Necesito una copa”, dice Nola. “Me gusta cuando bebes. Te vuelves coqueta.” “¿En serio?” “Sí.” “No has hecho bien siguiéndome hasta aquí.” “¿Te sientes culpable?” “¿Y tú?”, replica ella. Entonces se besan.
“No podemos hacer esto”, dice ella. “Ya lo sé”. Y vuelven a besarse. “Esto no lleva a ninguna parte”, insiste ella. Y ambos se tumban sobre la tierra húmeda.
Consentimiento
Vale que es una película, y vale que los dos protagonistas de este amor inoportuno son guapísimos, pero no creo que nadie vea en estas escenas un retrato irreal de las cosas del sexo.
Después del anuncio por parte de Carmen Calvo de que será preciso el consentimiento expreso de la mujer para que una relación sexual no pueda considerarse violación, vi estas escenas con otros ojos. Con los ojos de Carmen Calvo, de hecho.
En el primer encuentro amoroso, entre el profesor de tenis y la hermana de su alumno, no hay nada que pueda ser entendido como consentimiento expreso. Él se lanza a besarla cuando ella le ha dicho que le importa. ¿Acaso decirle a alguien que te importa le da derecho a besarte? Ella no se resiste, pero tampoco dice que sí. Además, le pregunta: ¿prefieres ir a tu casa o a la mía? Ella puede querer ir a una casa u otra a seguir besándose, pero también a continuar con su charla o a ver la tele. La pregunta no explicita que quiera tener sexo con él.
En el primer encuentro entre Nola y el profesor, él le lanza varios piropos, “preciosa americanita”, “tienes unos labios muy sensuales”, dejando claro que ella le gusta mucho. Nola no parece molesta, da réplicas sagaces y ambiguas. Más adelante, cuando ya ambos son novios de dos hermanos millonarios, ella pone una primera carta boca arriba: “(La pifiarás) intentando ligar conmigo”.
Finalmente, cuando se besan, ella dice de hecho que no: “No podemos hacer esto” y “Esto no lleva a ninguna parte”. Él está de acuerdo, reconoce sentirse culpable, y sin embargo siguen adelante con algo que sus propias palabras, tanto las de él como las de ella, señalan como inapropiado.
Literal
Después de ver esta película, me puse a pensar si existía alguna escena de beso y coito subsiguiente en toda la historia del cine donde alguien le pregunte al otro a)si puede besarle y b)si quiere mantener relaciones sexuales con él. Sólo me acordé de una, justamente de Woody Allen. Es en 'Annie Hall'. La primera noche, Alvy Singer le dice a Annie: “Dame un beso. Luego iremos a casa, ¿no? Así que ahora nos besamos y acabamos con eso”.
Pero en el cine se besa casi siempre por las bravas porque, simplemente, es más bonito; más erótico. Más romántico, si quieren. Si nos gustan estas escenas es porque querríamos que nuestra vida también fuera así; de hecho, porque nuestra vida ha sido así algunas veces.
Tanto en el cine como en la vida, antes de besarse o de follar se habla, pero no de besarse ni de follar, de modo que cualquier cosa que se dice antes de besarse cobra doble sentido. Eso es lo delicioso de estas escenas y de nuestros propios recuerdos amorosos. ¿Qué dijo?, ¿qué dije?, qué simpático todo. En 'Fucking Amal', las dos adolescentes protagonistas se suben a un coche con un desconocido. “¿Qué coño estamos haciendo? Estamos totalmente locas.” “Ya lo sé”. “Pero estamos de **** madre”. Y es ahí cuando se besan por primera vez.
Lo literal y el sexo no se llevan bien, por eso existen los poemas de amor: hay muchas cosas que no decir.
De hecho, si preguntas a alguien si puedes besarlo, normalmente es que no puedes. Toda nuestra adolescencia ha sido saber cuándo se puede besar a alguien, y seguramente no hemos acabado de aprenderlo.
Carmen Calvo reduce todo este cosquilleo a sí y no. Sí quiero besarte, sí quiero acostarme contigo, sí quiero hacer sexo anal. O no quiero. Muy fácil. Pero irreal.
"¿Subes a follar?"
Primero, porque en esta visión rudimentaria del sexo no tiene sitio el pudor, que es el principal motivo de que muchas veces nuestras palabras contradigan a nuestro cuerpo. Ya dijo Max Frisch la frase fundamental sobre el sexo: “Los cuerpos son honrados”. Creo que habría mucha menos gente que habría practicado todo lo sexualmente practicable (sexo oral, tríos, etc.) si antes le hubieran preguntado si quería hacerlo. Ni siquiera dentro de una pareja con años de sexo se dice abiertamente: “¿quieres hacerlo?” cada vez que a alguien le apetece. El sexo aún no forma parte de la intendencia doméstica, amigos.
El modelo sí/no también excluye por completo el coqueteo, que según la RAE es “dar señales sin comprometerse”. Coquetear, tontear, atreverse a la ambigüedad es lo que hace que la vida no sea toda ella una gran intendencia doméstica. Hoy toca bajar la basura y follar, Alberto.
La relación del lenguaje con el sexo, por tanto, es endiabladamente rica e imprecisa, y normalmente llena de sobrentendidos. Se dice: “¿Subes a tomar una copa?” y no: “¿Subes a follar?” Todos entendemos que ser invitado a las 3 de la mañana a subir a tomar una copa a la casa de alguien con el que llevas toda la noche charlando está muy cerca de ser invitado a tener sexo, pero el hecho de que eso no se explicite es justamente lo que salvaguarda la posibilidad de decir siempre y en cualquier momento que no.
Si ese “sí” distópico que anuncia la ministra se propagara, y pasaran varias décadas de síes y noes judicialmente vinculantes, al final los hombres simplemente preguntarían a una chica si quiere acostarse con ellos, y, si es que no, pasarían a preguntárselo a otra. Lo que hoy es incorrecto, dejaría de serlo, pues todo ligoteo, rodeo, vienes mucho por aquí, bonito jersey, qué tal está ese libro, a mí también me gusta la cerveza artesanal, resultaría una pérdida de tiempo, si al final la cosa va de preguntar y recibir la acreditación
Pero lo más curioso de todo es cómo, subrepticiamente, esta propuesta penal recupera la retrógada idea de que son los hombres los que quieren sexo, los que lo buscan, lo proponen y lo consiguen o no si las mujeres les dejan. Es decir, Carmen Calvo considera que los hombres follan y las mujeres sólo consienten, que es como decir que a las mujeres no les gusta el sexo. Pero ¿por qué una mujer debe esperar a que un hombre le pregunte si quiere hacer lo que ella ya sabe que quiere hacer?
La diferencia es de dos años. Poco más los pueden acercar.Metzger1985 escribió:Supongo que la idea es equiparar el abuso a la agresión sexual. O al menos acercarlos penalmente. No me parece mal porque lo más relevante en un delito contra la libertad sexual no es la utilización de fuerza o de intimidación sino la ausencia de consentimiento.
Estoy tranquilo, hombre, no te ofendas, que escribo un poco rápido y sin miramientos porque últimamente no tengo tiempo de nada. No es mi intención atacarte!Bundy escribió:Si no me equivoco, tampoco nos llevamos tanta diferencia de edad, así que relaja la rajaMaestro Gagarin escribió:Si no fuera porque ya se ha tomado la palabra de la supuesta víctima como prueba condenatoria en casos que es la palabra de uno contra la palabra del otro, debido al marco de intimidad que se le puede suponer al acto sexual.Bundy escribió:
De la misma forma en que se puede probar si has sido víctima de acoso escolar o laboral: o prueba auditiva/audiovisual con el perito de turno (y a ver si te la validan) o nada.
De ahí que me produzca bastante risa toda la gente que se pone a llorar y a hablar de feminazis. La reforma en sí tiene un alto porcentaje de ser un brindis al sol.
Si un día decides dejar a tu pareja porque te ha empezado a hacer tilín otra tía (que es lícito)... Y a ella le da la gana decir que se vio obligada a mantener relaciones sexuales contigo y que en ningún momento dijo Sí. Ese brindis al sol te puede salir caro nivel épico.
Hay muchísimas cosas en las que trabajar por encima de esto. Ningún violador va a ser frenado con esta medida. Ninguna mujer se va a atrever más a denunciar por este detalle. Principalmente en casos donde hay venganza esto puede marcar una diferencia real.
En la judicatura siempre se ha preferido un culpable en la calle frente a un inocente entre rejas. Esto no va por ahí en absoluto. Además, las denuncias falsas (que no son un 0'005%) no son penalizadas de forma disuasoria y aquí ganan muchísima fuerza.
Yo no veré afectada mi vida un ápice, pero esto no es justicia. Como no sería justicia cazar pedófilos haciendo inspecciones en domicilios a discreción.
La ideología de género es opuesta al feminismo. Esto no tiene nada que ver con igualdad. Es asumir que el hombre es un criminal contenido al que cualquier mujer puede señalar con o sin razón. No creo que nadie de la generación milenial haya crecido pensando que los chicos y las chicas son muy diferentes. Esto os tiene que chocar, no fastidiemos.
Para empezar, me parece curioso que se hable del peligro que puede tener para los hombres esto cuando a efectos prácticos esa regla de 3 puede invertirse fácilmente.
Te voy a poner otro ejemplo, para que pilles la situación de vicio de la otra parte. Imagina que realmente se produce una situación de consentimiento libre y ¡oh, sorpresa!, todo surge bien y el tío y la chica acaban en la cama. Poco después, el tío, que quería forzarla y se la suda a lo largo y a lo ancho el consentimiento, decide que tira p'alante con toda la mala idea.
En el juicio, alega que el consentimiento ha sido explícito, y no ha habido señales evidentes de ello. ¿Qué tal la inversión de elementos?
Con esto no quiero rebatir tu argumento, sino mostrarte que en el fondo la ley no vale de nada porque no se puede probar la realidad en ninguno de los dos casos (ni los tíos pueden confirmar si ha habido consentimiento, ni las tías pueden confirmar que se echaron hacia atrás en según qué consentimientos). Ergo, brindis al sol.
Mi opinión para con la reforma va por aquí, y admito que tienes tu parte de razón:
PD: Lo de benin con el porno con argumento de fondo es descacharrante, especialmente si ves que el consumo ha aumentado un 350% y surgen como temas principales "tríos", "pollas grandes", "gangbang", "anal" y "BDSM" (aunque el tema mayoritario sea lesbianas por un ancho margen)."No creo que haga falta que sea explícito. No parece lógico que haya que formalizar un consentimiento en las relaciones personales", se arranca Adela Asúa, catedrática de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco y exvicepresidenta del Tribunal Constitucional, que cree que la declaración de la ministra tenía más bien la intención de expresar que no hace falta que se diga que no para entender que no hay consentimiento. "Una cosa es exigirlo como si fuera un contrato, que es absurdo; y otra cosa es que, mientras no haya un consentimiento claro, deducible de las circunstancias, no hay consentimiento", subraya.
En una línea similar se expresa Margarita Martínez Escamilla, catedrática de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid: "Me parece un poco fuerte entender que si no hay un sí expreso entonces es que no hay consentimiento". "Puede haber otras formas de expresarlo", afirma. Un argumento que recoge también Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM): "Hay muchas maneras de manifestarlo".
https://www.esquire.com/lifestyle/sex/n ... -searches/
Nopillastre escribió:Una pregunta tecnica... estoy leyendo mucho acerca de que es necesario el consentimiento expreso de la mujer... pero supongo que si se hace una ley (que no creo, me refiero a las propuestas) no se especificara nada sobre el sexo del afectado. El sexo deberá ser consentido de forma expresa por todos los participantes independientemente de su sexo o su genero, no?
No, es como la violencia de género que solo incluye a la mujer.pillastre escribió:Una pregunta tecnica... estoy leyendo mucho acerca de que es necesario el consentimiento expreso de la mujer... pero supongo que si se hace una ley (que no creo, me refiero a las propuestas) no se especificara nada sobre el sexo del afectado. El sexo deberá ser consentido de forma expresa por todos los participantes independientemente de su sexo o su genero, no?
Toda la razón, lo mismo que pasa en algunos sitios de España con los lazos amarillos y otras zarandajas del estilo.TASTET escribió:Es el populismo barato que manda en este país...ahora se pone de moda olerse el culo y van a penalizar a quien no lo haga..la política ya es un insulto al circo
He ahí el progregilipollismo de Carmen Calvo y los imbéciles del P$O€. La idea es tan ridícula que sitúa a las mujeres en una posición de conservadurismo, infantilidad y falta de autonomía que asusta. Quiero pensar que la realidad es otra y que afortunadamente la mayoría de las mujeres está muy por encima y por delante de estas idioteces de beata metida a legisladora."Pero lo más curioso de todo es cómo, subrepticiamente, esta propuesta penal recupera la retrógada idea de que son los hombres los que quieren sexo, los que lo buscan, lo proponen y lo consiguen o no si las mujeres les dejan. Es decir, Carmen Calvo considera que los hombres follan y las mujeres sólo consienten, que es como decir que a las mujeres no les gusta el sexo. Pero ¿por qué una mujer debe esperar a que un hombre le pregunte si quiere hacer lo que ella ya sabe que quiere hacer?"
¿Película de Woody Allen? Está claro, es violación seguro y abusos a menor. Tanto en la película como en la vida real.hoeman escribió:https://blogs.elconfidencial.com/cultur ... s_1591630/
¿Subes a tomar una copa? El fin del sexo
Alberto Olmos
12/07/2018 12:40 - Actualizado: 12/07/2018 14:00
Volví a ver el otro día 'Match Point', la película de Woody Allen. El protagonista es un profesor de tenis que empieza a quedar con la hermana de uno de sus alumnos. El profesor y la joven toman café y van a exposiciones, se hacen amigos. Un día, mientras ven una película en el cine, ella le pregunta si necesita dinero. “No, qué va”, dice él. “Eres un encanto interesándote, pero no”. “Te lo pregunto porque me importas”, dice ella. Ambos se miran fijamente durante unos segundos, y él la besa. “¿Prefieres ir a tu casa o a la mía?”, pregunta ella.
Semanas antes el profesor de tenis visitó la mansión familiar de su alumno y conoció a Nola, aunque sin saber que era la novia de su alumno. Ella estaba jugando al ping-pong en una sala de recreo y él se ofrece como contrincante. Enseguida se gustan. El profesor de tenis se toma la libertad de acercarse a Nola y enseñarle cómo coger la paleta de ping-pong. Luego le pregunta: “¿Qué hace una preciosa americanita jugadora de ping pon mezclada con la clase alta inglesa?” Y ella contesta: “¿Te han dicho que tienes un juego muy agresivo?”. “¿Te han dicho que tienes una boca muy sensual?” “De lo más agresivo”, insiste ella. “Lo mío es competir. ¿Resulto molesto?” “Tendré que meditarlo un rato.”
Ya ennoviado con la rica heredera, nuestro tenista frustrado se encuentra por la calle con Nola. Acaban tomando vino en un bar. Comparan sus noviazgos con los acaudalados hermanos y se reconocen en sus respectivos orígenes, muy humildes. Ella le avisa: “Te irá todo bien si no la pifias”. “¿Y cómo voy a pifiarla?”, pregunta él. “Intentando ligar conmigo”.
Finalmente, en una casa solariega, el protagonista la pifia. Sale en busca de Nola, que vaga bajo la lluvia por una carretera. “Te estaba buscando”, dice él. “Estaba angustiada. Quería estar sola.” “No quiero molestar.” “Necesito una copa”, dice Nola. “Me gusta cuando bebes. Te vuelves coqueta.” “¿En serio?” “Sí.” “No has hecho bien siguiéndome hasta aquí.” “¿Te sientes culpable?” “¿Y tú?”, replica ella. Entonces se besan.
“No podemos hacer esto”, dice ella. “Ya lo sé”. Y vuelven a besarse. “Esto no lleva a ninguna parte”, insiste ella. Y ambos se tumban sobre la tierra húmeda.
Consentimiento
Vale que es una película, y vale que los dos protagonistas de este amor inoportuno son guapísimos, pero no creo que nadie vea en estas escenas un retrato irreal de las cosas del sexo.
Después del anuncio por parte de Carmen Calvo de que será preciso el consentimiento expreso de la mujer para que una relación sexual no pueda considerarse violación, vi estas escenas con otros ojos. Con los ojos de Carmen Calvo, de hecho.
En el primer encuentro amoroso, entre el profesor de tenis y la hermana de su alumno, no hay nada que pueda ser entendido como consentimiento expreso. Él se lanza a besarla cuando ella le ha dicho que le importa. ¿Acaso decirle a alguien que te importa le da derecho a besarte? Ella no se resiste, pero tampoco dice que sí. Además, le pregunta: ¿prefieres ir a tu casa o a la mía? Ella puede querer ir a una casa u otra a seguir besándose, pero también a continuar con su charla o a ver la tele. La pregunta no explicita que quiera tener sexo con él.
En el primer encuentro entre Nola y el profesor, él le lanza varios piropos, “preciosa americanita”, “tienes unos labios muy sensuales”, dejando claro que ella le gusta mucho. Nola no parece molesta, da réplicas sagaces y ambiguas. Más adelante, cuando ya ambos son novios de dos hermanos millonarios, ella pone una primera carta boca arriba: “(La pifiarás) intentando ligar conmigo”.
Finalmente, cuando se besan, ella dice de hecho que no: “No podemos hacer esto” y “Esto no lleva a ninguna parte”. Él está de acuerdo, reconoce sentirse culpable, y sin embargo siguen adelante con algo que sus propias palabras, tanto las de él como las de ella, señalan como inapropiado.
Literal
Después de ver esta película, me puse a pensar si existía alguna escena de beso y coito subsiguiente en toda la historia del cine donde alguien le pregunte al otro a)si puede besarle y b)si quiere mantener relaciones sexuales con él. Sólo me acordé de una, justamente de Woody Allen. Es en 'Annie Hall'. La primera noche, Alvy Singer le dice a Annie: “Dame un beso. Luego iremos a casa, ¿no? Así que ahora nos besamos y acabamos con eso”.
Pero en el cine se besa casi siempre por las bravas porque, simplemente, es más bonito; más erótico. Más romántico, si quieren. Si nos gustan estas escenas es porque querríamos que nuestra vida también fuera así; de hecho, porque nuestra vida ha sido así algunas veces.
Tanto en el cine como en la vida, antes de besarse o de follar se habla, pero no de besarse ni de follar, de modo que cualquier cosa que se dice antes de besarse cobra doble sentido. Eso es lo delicioso de estas escenas y de nuestros propios recuerdos amorosos. ¿Qué dijo?, ¿qué dije?, qué simpático todo. En 'Fucking Amal', las dos adolescentes protagonistas se suben a un coche con un desconocido. “¿Qué coño estamos haciendo? Estamos totalmente locas.” “Ya lo sé”. “Pero estamos de **** madre”. Y es ahí cuando se besan por primera vez.
Lo literal y el sexo no se llevan bien, por eso existen los poemas de amor: hay muchas cosas que no decir.
De hecho, si preguntas a alguien si puedes besarlo, normalmente es que no puedes. Toda nuestra adolescencia ha sido saber cuándo se puede besar a alguien, y seguramente no hemos acabado de aprenderlo.
Carmen Calvo reduce todo este cosquilleo a sí y no. Sí quiero besarte, sí quiero acostarme contigo, sí quiero hacer sexo anal. O no quiero. Muy fácil. Pero irreal.
"¿Subes a follar?"
Primero, porque en esta visión rudimentaria del sexo no tiene sitio el pudor, que es el principal motivo de que muchas veces nuestras palabras contradigan a nuestro cuerpo. Ya dijo Max Frisch la frase fundamental sobre el sexo: “Los cuerpos son honrados”. Creo que habría mucha menos gente que habría practicado todo lo sexualmente practicable (sexo oral, tríos, etc.) si antes le hubieran preguntado si quería hacerlo. Ni siquiera dentro de una pareja con años de sexo se dice abiertamente: “¿quieres hacerlo?” cada vez que a alguien le apetece. El sexo aún no forma parte de la intendencia doméstica, amigos.
El modelo sí/no también excluye por completo el coqueteo, que según la RAE es “dar señales sin comprometerse”. Coquetear, tontear, atreverse a la ambigüedad es lo que hace que la vida no sea toda ella una gran intendencia doméstica. Hoy toca bajar la basura y follar, Alberto.
La relación del lenguaje con el sexo, por tanto, es endiabladamente rica e imprecisa, y normalmente llena de sobrentendidos. Se dice: “¿Subes a tomar una copa?” y no: “¿Subes a follar?” Todos entendemos que ser invitado a las 3 de la mañana a subir a tomar una copa a la casa de alguien con el que llevas toda la noche charlando está muy cerca de ser invitado a tener sexo, pero el hecho de que eso no se explicite es justamente lo que salvaguarda la posibilidad de decir siempre y en cualquier momento que no.
Si ese “sí” distópico que anuncia la ministra se propagara, y pasaran varias décadas de síes y noes judicialmente vinculantes, al final los hombres simplemente preguntarían a una chica si quiere acostarse con ellos, y, si es que no, pasarían a preguntárselo a otra. Lo que hoy es incorrecto, dejaría de serlo, pues todo ligoteo, rodeo, vienes mucho por aquí, bonito jersey, qué tal está ese libro, a mí también me gusta la cerveza artesanal, resultaría una pérdida de tiempo, si al final la cosa va de preguntar y recibir la acreditación
Pero lo más curioso de todo es cómo, subrepticiamente, esta propuesta penal recupera la retrógada idea de que son los hombres los que quieren sexo, los que lo buscan, lo proponen y lo consiguen o no si las mujeres les dejan. Es decir, Carmen Calvo considera que los hombres follan y las mujeres sólo consienten, que es como decir que a las mujeres no les gusta el sexo. Pero ¿por qué una mujer debe esperar a que un hombre le pregunte si quiere hacer lo que ella ya sabe que quiere hacer?
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