por docass »
01 Oct 2019, 22:06
La decisión del estado de California es seguramente lo más importante que ha pasado este verano alrededor de la NCAA, porque la investigación del FBI y los posteriores juicios acabaron en penas menores de cárcel para unos cuantos entrenadores ayudantes; a los entrenadores jefes no hubo manera de implicarlos porque ellos rara vez hacen el trabajo sucio... Eso sí, ahora queda la propia investigación interna de la NCAA, que ya le ha enviado a Kansas una carta de acusiones, y que acabará muy probablemente con sanciones a varias universidades. A lo largo del año que viene iremos conociendo los castigos definitivos.
Volviendo a lo de California, hay que decir que ahora se abre un escenario muy interesante porque la ley no entrará en vigor hasta el 2023, y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas. Para empezar, no hay que descartar que otros estados aprueben legislaciones similares, incluso que en Washington alguien se mueva para intentar coventirlo en legislación federal. Si eso fuese así, el modelo amateur que la NCAA ha mantenido en vigor durante un siglo habría desaparecido para siempre, aunque es difícil calcular a día de hoy cuál sería la magnitud de las consecuencias. Otra posibilidad sería que fuese la propia NCAA la que diese un paso adelante y modificase sus normas ante la incesante y creciente presión por parte de la opinión pública en Estados Unidos. Eso le ahorraría mucho trabajo a mucha gente.
Pero también sería posible que la NCAA decidiese encastillarse e ir a una dura y larga batalla legal para defender el amateurismo a capa y espada. Por de pronto, su reacción a la decisión californiana ha sido recordarle a las universidades de ese estado que pueden ser sancionadas con la expulsión de los torneos nacionales si sus jugadores hacen uso de los derechos que les concede la nueva legislación. Manual de la FIBA, vamos.
Veremos lo qué pasa finalmente, pero los próximos tres años pueden cambiar la historia del deporte universitario.