Contador de películas 2020
La vida al margen del deporte (la hay)

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Genjuro
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Re: Contador de películas 2020

por Genjuro » 09 May 2020, 13:07

260. Solange Leben in mir ist (Günter Reisch, 1965) - 6

Entre las películas que el Plenum del Partido Socialista de la RDA prohibió en 1965, de hecho la mayor parte de la cosecha de ficción de ese año, no podía estar esta celebración de la figura de Karl Liebkneck, diputado y miembro del SPD que, contrariamente a la línea seguida por su partido, se opuso a la Gran Guerra, lo que le valió numerosas represalias en tiempos de discurso único, y que acabó siendo uno de los fundadores del Partido Comunista de Alemania. El biopic se circunscribe a esa época, y aprovechando el notable esfuerzo de producción, recrea la Alemania ultranacionalista del kaiser, su fragor callejero y parlamentario, con habilidad y estilo. Por supuesto nos ofrece a un héroe sin mácula, un hombre que pasa más tiempo mirando al horizonte que a cualquier otro sitio, pero son las servidumbres inevitables de este estimable título.


261. Nicht versöhnt oder Es hilft nur Gewalt wo Gewalt herrscht (Danièle Huillet & Jean-Marie Straub, 1965) - 5,5

Se me ha hecho muy complicado seguir la historia que narra este mediometraje, a pesar de tratarse de una ficción mucho más convencional en su estética que el resto de la obra de Huillet y Straub. Quizás la lectura de la novela de Heinrich Böll en que está basado el film sea imprescindible para penetrar con alguna orientación en sus resortes argumentales, y no me sorprendería que a la pareja de directores les haya interesado antes dialogar con el referente literario que construir un universo autónomo. Parte de la dificultad surge de las diferentes líneas temporales entre las que va saltando una narración que se asoma varias generaciones de una familia de arquitectos. Agravios del pasado que parecen nacidos de la cultura del odio nazi se entrecruzan con la historia de la construcción y destrucción de una abadía. La Historia con mayúsculas, la fuerzas que la propulsan, combinadas con la esfera individual, diría que son elementos importantes de su discurso. Visualmente me gusta la mayor parte del metraje, a veces mucho, aunque en algunas escenas hay cambios de plano en los que hacen cosas un poco raras en cuanto a angulaciones y uso del eje, que no me terminan de convencer.


262. Tarahumara (Luis Alcoriza, 1965) - 6,5

El cine de Alcoriza celebra un cierto sentido de libertad y comunión con un espíritu más bien primitivo del ser humano por oposición a la sociedad y moral burguesa, y por eso no sorprende las simpatías que muestra por los indios tarahumaras en este film. Bajo su fascinación acaba cayendo el protagonista, un hombre blanco que toma conciencia de la situación de precariedad a la que se ven abocados y a los que trata de ayudar para conservar sus tierras ante la amenaza de los potentados de la región. Hay un punto muy evidente de paternalismo en esta obra quizás demasiado cargada de buenas intenciones, pero es difícil no simpatizar y dejarse seducir, análogamente a lo que le pasa al propio protagonista, con los ritmos vitales que propone Alcoriza, sin necesidad de entregar una obra particularmente pulcra en su acabado visual.


263. Culloden (Peter Watkins, 1964) - 6,5

Como es habitual en su cine, Watkins recurre a la estética y la narrativa propias del reportaje para reconstruir un hecho histórico, la batalla de Culloden a mediados del siglo XVIII en la cual el ejército inglés derrotó definitivamente, y por aplastamiento, la causa de los Estuardo, liderada por Carlos Eduardo al mando de los highlanders. El dispositivo descarga al relato de cualquier conato de épica, gloria o similar que pudiera emerger en un formato más convencional. Hay una buscada neutralidad en el tono sólo traicionado por cierta ironía que destila la descripción de la estrategia jacobina, y al final sólo queda la idiocicia, la crueldad, la explotación y la muerte. Profusa en primeros planos, el formato clásico para recoger testimonios, también muy práctico para cerrar el campo de visión del espectador y así esconder en alguna medida la limitación de medios, quizás no resulta lo más estimulante a nivel estético, pero no deja de ser una lúcida mirada a la manera en que la Historia va tomando forma.


264. O trigo e o Joio (Manuel Guimarães, 1965) - 6,5

En los trigales del Alentejo nos asomamos a la vida de una familia de campesinos y del jornalero con el que se asocian. La historia abunda en la miseria, la ignorancia y la ingenuidad de los personajes, pero también en su capacidad para encajar desgracias y seguir adelante, en su buen talante en el trato con el prójimo (quizás de ahí el título "parabólico") y sobretodo en el trabajo como elemento virtuoso. En definitiva, el campo como escenario de una vida dura y difícil, al tiempo que objeto de amor y celebración por su capacidad proveedora. Es verdad que esa ingenuidad de los personajes genera a veces situaciones difícilmente digeribles, como la del jornalero en la feria, pero se le perdona en el global. La mirada de Guimarães les dota de estatura humana en buena medida a través de la puesta en escena que, si bien no busca hacer preciosismo visual (que no tendría sentido dada la realidad que refleja), les pone en relación con la tierra, con la atmósfera, haciendo de ellos figuras de tragedia y de épica.


265. Le chat dans le sac (Gilles Groulx, 1964) - 7

Groulx retrata los estertores de la relación entre dos jóvenes como una circunstancia sobre la cual se reflejan sus diferencias y contradicciones, la dificultad para navegar en el día a día. Él, aspirante a periodista, muestra un espíritu idealista, casi revolucionario, al que da salida con una preocupación cultura e identitaria propia del canadiense francófono, pero no es capaz de compaginar la pureza intelectual que demanda su juventud con la tozuda realidad práctica de un mundo gobernado por el capital. Ella aspira a hacer teatro, vive mucho más despreocupadamente, seguro que en buena medida por la red de seguridad que supone su familia burguesa. Son caracteres difícilmente reconciliables que Groulx nos acerca con una narrativa que busca cierta liberación jazzística como la que oímos en su banda sonora, con una estética muy nuevaolera.


266. Zatôichi abare tako (Kazuo Ikehiro, 1964) - 5,5

Creo que es el primer Zatôichi que me encuentro que sigue con bastante precisión el más típico y tópico argumento de los films yakuza: jefe bueno y jefe malo, con el segundo maquinando cómo quitar el negocio al primero, cuya causa defiende el protagonista recién llegado hasta la multitudinaria lucha final. La comedia (que muchas veces contradice las habilidades de Zatôichi, pero nunca tanto como este episodio) y la ligereza van dejando paso a un tramo final más oscuro y quizás mejor trabajado, por ejemplo con una escena muy lograda en la que el héroe elimina en off visual a tres rivales quedando sólo la proyección de su sombra, o un final cortante que nos enfrenta al rostro más siniestro del personaje.


267. White Mountains (Melis Ubukeyev, 1964) - 7

Otra de esas pequeñas obras que trasladan un cierto grado de fascinación por las (relativamente) exóticas culturas rurales, que alimentan la variedad etnográfica del cine Soviético, sobretodo a partir de los años 60. Estamos en Kirguistán, cuando todavía la autoridad Soviética no se había asentado, donde un joven que es perseguido por el poder reaccionario que todavía se mantiene en el ámbito rural pretende ir a la ciudad para recibir educación, y en su huida conoce a una adolescente a quien su familia ha prometido precisamente al viejo cabecilla de la zona. Los roles están claramente establecidos, pero no el simple antagonismo entre viejo y nuevo régimen, sino que en medio, quizás en el lugar más importante, figura el grueso de esa familia que representa una población regida por siglos de inercia sociocultural que es necesario transformar. Dentro del atractivo de sus imágenes, de su capacidad para trasladarnos ese universo poco menos que suspendido en el tiempo, destacan unas bellas escenas nocturnas filmadas con una penumbra casi mágica que por supuesto retratan a la joven pareja protagonista y el futuro que representan.


268. Prawo i piesc (Jerzy Hoffman & Edward Skórzewski, 1964) - 6,5

Una especie de western de posguerra, en una localidad polaca desierta a la cual envían a un grupo de hombres para asegurar el lugar y organizar un hospital. El protagonista es un héroe a su pesar, así caracterizado desde la apertura, y el discurso del film resulta muy pertinente para la circunstancia polaca: los villanos son rapiñadores (es decir, abogan por la propiedad privada en lugar del bien común) y enfrentarse a ellos con violencia es inevitable (represión justificable). Me gusta más el tramo inicial que el resto, cuando ya se ponen las cartas sobre la mesa, cuando el carácter de algunos personajes se hace un poco más grueso y la dinámica del film admite pocas variaciones. Pero en todo caso se trata de una obra muy bien filmada, que usa muy bien los escenarios, la estación de ferrocarril inicial, las calles desiertas, azoteas, sótanos, siempre con la sensación de que poco queda al azar en la construcción de imágenes.


269. Document rojô (Noriaki Tsuchimoto, 1964) - 6,5

Curioso documental que no llega a una hora de duración sobre un taxista y su familia, sobre las calles y el tráfico de Tokio. Con muy pocos diálogos, destaca su labor de montaje, su nada convencional trabajo sobre los encuadres en varios de sus tramos, buscando el detalle de la escena (los pies de un policía bajo el discurrir de los coches, la trama de cables eléctricos sobre la calle, el perfil del rostro de su protagonista sobre el fondo nocturno desenfocado...), pero también capturar el ritmo vital de la ciudad.


270. Nothing But a Man (Michael Roemer, 1964) - 6,5

Hay que pensar que, junto a Roemer, la principal fuerza creativa de este film fue Robert M. Young, coproductor, coguionista y montador, director a su vez de Alambrista!, otro renombrado film independiente sobre minorías marginales. Aquí nos situamos en Alabama, entre personajes negros, principalmente un orgulloso y concienciado trabajador del ferrocarril y la hija del reverendo local, que comienzan una relación. La dulzura se troca en amargura según avanza el metraje y el racismo va minando al protagonista. No hay golpes bajos ni situaciones melodramáticas, tampoco Roemer busca reflejar víctimas de una pieza, beatíficas, pero resulta evidente el poder corrosivo de la situación, cómo deteriora el tejido social de la comunidad negra y condena a sus miembros a una espiral de frustración, precariedad o desestructuración familiar, como hace evidente el film en las relaciones intergeneracionales del protagonista. La puesta en escena no me parece que aporte grandes ideas o significado, pero sí que proporciona una apropiada sensación de realismo.


271. L'insoumis (Alain Cavalier, 1964) - 6,5

Aunque no de manera tan acusada como en Objectif: 500 millions de Pierre Schoendoerffer, éste es otro film que testimonia la espesura moral de una Francia que viene de librar guerras coloniales de dudosa legitimidad, y cuyos personajes se mueven en un registro que tiende hacia el cine negro. El protagonista es un militar que ha desertado y que participa como mercenario en un secuestro de lo que parecen ser las OAS, pero su trayecto acaba derivando en una odisea personal. Todos los personajes, más o menos simpáticos, más o menos acertados, son valientes a su modo, a veces hasta la temeridad, como ya nos avisa el prólogo del film. Las formas son bastante clásicas y muestran las dotes narradoras de Cavalier (su evolución como cineasta sí que es curiosa), que en algunos momentos se luce manejando el espacio escénico sin necesidad de cambiar de plano.


272. Il giovedi (Dino Risi, 1964) - 2,5

Uno de los personajes más insoportables que he visto en pantalla en mucho tiempo, el protagonista de esta comedia es un charlatán que pasa la jornada con su hijo después de varios años sin verle. Es un mentiroso compulsivo y un cretino integral, supuestamente de buen corazón, mientras el crío ha disfrutado de una severa educación y probablemente sufre déficit de cariño, y el film juega a esa oposición y al encuentro entre ambos. La pretendida comicidad de la película descansa sobre la capacidad de su protagonista para quedar en ridículo, pero yo no siento mayormente más que vergüenza ajena. Seguramente un Alberto Sordi podría haber hecho más con el personaje que el insípido Walter Chiari, pero lo veo difícilmente redimible. La cosa no es un desastre total porque al menos la dirección está cuidada.


273. Der fliegende Holländer (Joachim Herz, 1964) - 6

Un film-ópera que pone imágenes a la obra de Wagner, que ya resulta bastante sorprendente siendo una producción de la RDA, pero que cambia en cierta manera el sentido de la misma. El romanticismo exacerbado que daba pie a la redención por amor del holandés de la historia original, da paso a una ensoñación romántica como vía de escape de una realidad castrante para Senta, que se convierte así en la protagonista total de la función. Herz recurre al cambio de formato, más o menos panorámico, para mostrar respectivamente el mundo imaginario que ella crea o la realidad diegética. No hay diálogo con las formas de representación operísticas, pero por contra Herz se aplica en la construcción de una obra muy cinemática, en la que el movimiento, el montaje y la imaginería visual de regusto gótico le da fuerza estética a la película.


274. Tiempo de amor (Julio Diamante, 1964) - 6,5

La mirada vitriólica sobre la sociedad española se reproduce de nuevo en este otro film de Julio Diamante, que agrupa tres historias cortas que examinan la decisiva ascendencia del materialismo sobre las relaciones sentimentales en un contexto de machismo y nacional-catolicismo. Me parece bastante moderno el tratamiento que recibe la mujer, el reflejo de su problemática en una sociedad puritana y represiva que las condena a roles muy limitados, ninguno de ellos grato. Siendo las historias muy diferentes y estando apenas conectadas, no se siente una película deslavazada, y las diferentes características de los relatos, que tratan momentos vitales distintos en los protagonistas con desenlaces marcadamente diferenciados, acaban ofreciendo un contrapeso sin traicionar el tono y el trasfondo de la obra.


275. Shin shinobi no mono (Kazuo Mori, 1963) - 6,5

Tercera entrega de Shinobi no mono tras las notables predecesoras a cargo de Satsuo Yamamoto, dando continuidad a las andanzas de Goemon Ishikawa, héroe folklórico real en su condición de ninja forajido, aunque este tercer film estira su historia más allá de lo reseñado en su biografía, haciéndole "resucitar" de la condena que teóricamente acabó con su vida. Supongo que el film le envuelve todavía más en el corazón lo las luchas de poder de finales del siglo XVI que llevó al país del liderazgo de Hideyoshi Toyotomi, el gran enemigo del protagonista, a Ieyasu Tokugawa. La estética se mantiene constante, el dominio de las sombras que reflejan visualmente unos entresijos de poder en los que a menudo las cosas no son como parecen.


276. Shinobi no mono: Kirigakure Saizo (Tozukô Tanaka, 1964) - 6

La cuarta entrega rompe con la continuidad narrativa de las anteriores. Si bien Raizô Ichikawa sigue siendo el protagonista, el ninja al que interpreta es un personaje diferente. Quizás porque hemos avanzado más de tres lustros en la historia de Japón para, eso sí, testimoniar el epílogo del enfrentamiento entre los Toyotomi y los Tokugawa. Curiosamente, ahora el protagonista está de parte de los Toyotomi, pero es lógico dada la crueldad inherente a esta última campaña de Ieyasu para exterminar a un clan ya totalmente derrotado (episodio que aparece o se menciona en muchas películas). No es film tan nocturno y oscuro como los otros y la connotación de las facciones es más acusada, pero de nuevo la narración es muy sólida.


277. Oretachi no chi ga yurusanai (Seijun Suzuki, 1964) - 6,5

Suzuki abundaba en su temática favorita, los films-yakuza, poniendo en primer plano a dos hermanos hijos de un jefe asesinado cuando ellos eran pequeños y a quienes su madre ha tratado de mantener alejados de ese mundo. El film es irregular, y no termina de encontrarse en su culminación (como sí lo consiguió en otras obras de la época), pero tiene sobrados argumentos para la diversión. De mano la narrativa es a menudo furiosa, el montaje está hecho por momentos a machetazos (y no lo digo en sentido peyorativo), y el artificio asoma de vez en cuando, como en esas imposibles transparencias en los coches (la de las olas del mar cuando se supone que les está jarreando lluvia es un delirio total). También en la escena culminante la irrealidad va tomando protagonismo, con todos esos villanos anodinos que aparecen y desaparecen entre la maleza o con muertes imposibles, pero estéticamente no termina de explotar a un nuevo nivel.


278. Under the Same Sky (Ljubisa Georgievski & Miomir Stamenkovic, 1964) - 6,5

Como en Cenata na gradot, Georgievski también recurre a la Segunda Guerra Mundial para realizar un drama psicológico que trabaja sobre la capacidad de los personajes para mantener su integridad al ser puestos a diabólica prueba por el yugo fascista. Ignoro la responsabilidad de Stamenkovic, pero me ha parecido su obra más sobria, también es verdad que la acción está bastante concentrada en la casa donde la familia protagónica esconde a dos partisanos buscados por las autoridades. Me gusta especialmente el trabajo de montaje entre escenas, las continuidades y las rimas visuales que se crean, resorte para el lucimiento narrativo de una obra muy concentrada sobre los rostros y las expresiones de los personajes.


279. Beware of the Car (Eldar Ryazanov, 1966) - 6

La existencia de un Robin Hood en la Unión Soviética contemporánea a la realización del film no parece el argumento más ortodoxo dadas las circunstancias, y sin embargo de eso trata esta comedia. Su protagonista es un apocado vendedor de seguros que roba coches a ciudadanos corruptos y que casualmente se hace amigo del policía que lo investiga en unas clases de actuación. Por supuesto las autoridades ponen las cosas en su sitio, pero entre tanto el film juega con una cierta subversión de arquetipos con simpatía y solvencia narrativa.


280. Zatôichi sekisho yaburi (Kimiyoshi Yasuda, 1964) - 5,5

Típico argumento de la saga, con Zatôichi llegando a un pueblo al que tiene que liberar del yugo impuesto por un grupo yakuza y el magistrado de la zona. Es una entrega bastante sobria, que limita mucho el exhibicionismo de las habilidades del espadachín, mientras que tiene algunos detalles curiosos de puesta en escena, especialmente cuando juega con el fuera de campo.


281. Dwelling in the Fuchum Mountains (Gu Xiaogang, 2019) - 7

En el panorama festivalero, el cine chino se ha ido labrando en las últimas dos décadas una imagen bastante definida a la que este film también se suma en alguna medida. El retrato de los diferentes componentes de una familia da pie a retratar todo un devenir social y generacional, también el desarrollismo que promueve una transformación urbanística y el auge del materialismo. En realidad, ese estado de cambio permanente, ilustrado por el derribo de lo viejo, los testimonios del pasado o la progresión generacional, se parece más a un fluir permanente, a una serie de rituales que se van repitiendo periódicamente. Es un movimiento que evoca al del río Fuchun tan presente en las imágenes del film, sugerido por una puesta en escena de planos generales en la que dominan los travellings y panorámicas suaves por las cuales va pasando la vida. El gusto por el plano-secuencia alcance su cénit en sendas escenas, situadas en el tramo inicial y final de la película, en las que se filma la ribera del río desde alguna embarcación en su cauce, exponente máximo de la capacidad hipnótica de la narración. A pesar de los problemas de los personajes, de esa continua dependencia del dinero, esa obsesión por los préstamos y las deudas, el visionado es de hecho una experiencia muy placentera por la transparencia de sus imágenes y la naturalidad de la acción, desactivando el mínimo gesto de gravedad formalista.


282. Back Door to Hell (Monte Hellman, 1964) - 6

Tres marines son desplegados en Luzan para que contacten con la guerrilla local en su misión de reconocimiento previa a la ofensiva norteamericana sobre la isla durante la Segunda Guerra Mundial. Una línea argumental sencilla para un film de poco más de una hora de duración en el cual cobra especial importancia el concepto de humanidad, ese que la eficacia militar exige suprimir pero que es connatural al hombre y acaba asomado en algún momento en los soldados. A pesar de tener toda la pinta de ser una producción de bajo presupuesto, está rodada en las mismas Filipinas, y el vigor narrativo de Hellman, así como una galería de personajes fuertes y con carácter, conforman una obra efectiva rematada por un curioso cierre anticlimático.


283. Dosti (Satyen Bose, 1964) - 3,5

Un melodrama musical indio que relata la amistad de dos jóvenes sin hogar, uno cojo que perdió a su madre y fue expulsado de la escuela por no poder pagarla, y otro ciego que busca sin éxito en la ciudad a su hermana que trabaja de enfermera en algún hospital. El argumento es un catálogo de situaciones dramáticas dignas de un culebrón. La consigna por momentos parece ser que si algo puede salir mal, así será. El ejemplo más claro, en el tramo inicial, cuando en menos de un minuto uno de ellos anuncia a su madre que la compañía para la que trabajaba el padre no les va a pagar ninguna indemnización por su fallecimiento en accidente laboral (lo que les condena a la miseria), provocando de la impresión la caída fatal de esta mujer por las escaleras y acto seguido el atropello que hace quedar cojo al hijo cuando va a buscar a un médico. Realmente la película acaba siendo divertida por su propia improbabilidad. También es llamativa la relación entre los chavales, con una descarada connotación homosexual. Buena parte de los conflictos surgen del clasismo brutal de la sociedad india, que genera unos comportamientos a menudo aberrantes que la película combate desde la ingenuidad y el candor un tanto tramposo (los dos chavales son puro corazón de oro). Visualmente no molesta, pero tampoco creo que aporte nada especial.


284. Os fuzis (Ruy Guerra, 1964) - 7

En un pueblo durante una sequía llegan los militares para custodiar los almacenes de comida del potentado del lugar. Guerra realiza una obra áspera y asfixiante en la cual va acumulando presión hasta el inevitable estallido de violencia (un fusil actúa más o menos de análoga manera, y supongo que de ahí el título). Para ello se vale de una puesta en escena en la que combina la profusión de planos cortos con la profundidad de campo, en encuadres abigarrados que ahogan en alguna medida a los personajes, incluso en momentos en que mueve la cámara y a los actores, creando sutiles coreografías. Además de los soldados y sus fusiles, también es llamativa la presencia de la fe personificada en un predicador y un buey sagrado, en realidad otro elemento de opresión que muestra esta obra que llama claramente a la acción.


285. This Is Not a Burial, It's a Resurrection (Lemohang Jeremiah Mosese, 2019) - 6,5

Un pueblo en Lesoto va a quedar sumergido bajo el agua por la construcción de un pantano, y una mujer mayor que perdió a su hijo no acepta que su tumba y la de sus antepasados queden sepultadas por el líquido elemento. Es un film que habla desde cierto aliento poético de una historia y una realidad que se va sedimentado, enterrando bajo nuevas capas hasta llegar a este shock traumático. Esto incluye una cultura ancestral afectada por las misiones religiosas, y un mundo moderno que es amenaza siempre latente ("se me queda la lengua pegada cuando trato de pronunciar la palabra progreso", dice uno de los personajes). Mosese construye un espacio casi edénico a través de sus preciosistas imágenes, de su pantalla de formato académico, del tratamiento de la luz y el color, de los dorados propios de los atardeceres, de los azules tan hermosos, de composiciones cuidadas en las que a veces deja mucho aire a unos personajes que concentra en la parte de abajo del plano, quizás como si fueran otra capa más sobre la cual se extendera ese temible "progreso", quizás reflejando que la tierra y su forma de vida ya está perdida para ellos.


286. Okami to buta to ningen (Kinji Fukasaku, 1964) - 7

Como en tantos otros títulos de Fukasaku, en su retrato del mundo del hampa no hay sitio para el glamour, la idealización o la nobleza. Como mucho puede surgir algún rastro de humanidad entre la fauna de lobos y cerdos por la que se mueven los personajes, por usar los términos del título de la película. Tres hermanos protagonizan la película, y el mediano quiere involucrar con engaños al pequeño para robar al grupo yakuza para el que trabaja el mayor. El carácter depredador y autodestructivo está muy presente en una obra que exuda cierta desesperación y nihilismo. Le sienta bien el blanco y negro a sus imágenes, le da un punto de estilización y expresividad, también de negrura, en el fragor de la típica puesta en escena de Fukasaku.


287. Il magnifico cornuto (Antonio Pietrangeli, 1964) - 6,5

El tema mayor del cine de Pietrangeli es el machismo de la sociedad italiana, y por supuesto éso es exactamente de lo que trata esta película. La novedad respecto a otros films suyos de esta época es que el protagonista principal es masculino (aunque curiosamente, o quizás con toda la intención, los créditos vienen encabezados por Claudia Cardinale), un marido que tras sucumbir a un affaire con la mujer de un amigo acaba pensando (por reflejo de su experiencia) que su propia mujer le está engañando a su vez con alguien. Todo esto en un ambiente burgués, altamente materialista, en el cual la posesión significa estatus, lo que supongo incluirá la de los seres humanos, y con un protagonista dueño de una fábrica de sombreros, símbolo masculino ya del pasado por entonces. Por supuesto, la fijación del protagonista propicia situaciones ridículas, más o menos graciosas, algunas bastante previsibles. Me gustaron especialmente las escenas imaginadas, muy bien filmadas y en las que salen a relucir los complejos y obsesiones de este demonio de los celos.


288. Last of the Comanches (André de Toth, 1953) - 5,5

Un pequeño grupo de soldados y una deligencia tienen que enfrentarse a una larga travesía por el desierto sin apenas agua y con una partida de indios hostigándoles. Un clásico argumento en un western directo y al grano como ese sargento al mando que interpreta Broderick Crawford, el personaje que más luce de la función. Porque por ahí, en la galería de caracteres, patina un poco la película, especialmente el indio joven que les ayuda. Por entonces quizás pudiera haber sido considerada como una manera de humanizar en alguna medida a los indios, de resaltar que no todos son iguales, pero sólo consigue exacerbar el racismo con una figura tan grotescamente buenista, que encima ha estudiado con los blancos en su reserva, además connotando tan negativamente a los indios rebeldes. De manera simétrica, también hay un personaje blanco muy negativo, el comerciante de armas, la excepción a la regla. En fin, De Toth, consumado narrador, saca adelante el film manejando perfectamente los tiempos dramáticos y sin florituras visuales.


289. Tabi no Owari, Sekai no Hajimari (Kiyoshi Kurosawa, 2019) - 7

Kurosawa se fue a Uzbekistán para filmar su última película, en la que un pequeño equipo de rodaje graba uno de esos estériles programas de viajes que tanto proliferan por las televisiones de todo el mundo. La protagonista es su joven presentadora, un cuerpo extraño e incómodo al ambiente que rodea. Siempre temerosa, incapaz de interaccionar y empatizar con una gente y una cultura a las que ve demasiado diferentes, que hablan un lenguaje que no entiende, su problemática va más allá del específico contexto uzbeko porque ni siquiera se habla con su familia, y mientras tanto vive colgada del móvil que le permite mantener contacto con su novio, que parece su bote salvavidas social. La tecnología juega un papel importante, ya que su incomodidad parece desaparecer cuando observa la realidad a través de una pantalla, como en esa escena en la que graba en un mercado. Ahí el dispositivo del film estalla en todo su esplendor, ya que Kurosawa graba a un equipo de rodaje que graba a una presentadora que a su vez graba lo que ve, como representando la hipertrofia actual respecto a la cultura de la imagen. Ella misma se convierte en un simulacro cuando oficia de presentadora ante la cámara, creando un personaje en perpetuo estado de disfrute que no puede ser más opuesto a la realidad, y su máxima aspiración es otra fantasía mediática, la de convertirse en cantante. Es un objeto de consumo, y así es tratada por el realizador del programa. El film habla de esa necesidad creciente de consumir una realidad formateada (como esa comida basura que se compra despreciando la gastronomía local). La sensación de amenaza de la realidad diegética en bruto está muy bien trasmitida por Kurosawa, que sigue a su protagonista a través de planos fluidos y elegantes que son capaces de convocar la incertidumbre ante lo desconocido a través del uso del punto de vista y la sutilidad del movimiento de cámara.


290. Séance on a Wet Afternoon (Bryan Forbes, 1964) - 6

Un peculiar matrimonio decide ejecutar un plan para secuestrar a una niña. Ella ejerce de medium, es quien lleva la voz cantante y tiene subyugado a su marido, un hombre de poco carácter. Me gusta mucho el aspecto criminal del film, y creo que está muy bien manejado. También que se insinúe algún ramalazo fantástico, o incluso de terror, con esa presentación inquietante de la casa, por ejemplo. Pero eso sí, me fatiga bastante el rollo neurótico y desequilibrado de la protagonista. Termino viendo demasiado artificio, la tramoya actoral.


291. Zatôichi senryô-kubi (Kazue Ikehiro, 1964) - 5,5

A pesar de la irregularidad del trabajo de Ikehiro, lo que más me ha gustado de esta entrega de Zatôichi es la resolución visual de algunas escenas, como la de los hombres del magistrado saliendo de noche con las lámparas en busca del héroe (qué juego dan siempre), o la de los yakuzas corriendo recortados sobre el cielo, también como la de los habitantes del pueblo cuyas cabezas se agrupan y superponen sobre un fondo negro abstractivo. Ignoro si la presencia de Kazuo Miyagawa a la fotografía tiene que ver, pero consigue sacar de la rutina el enésimo esfuerzo de Ichi por sacar a un pueblo de su atolladero ante las opresivas autoridades, en este caso un malvado magistrado que ha robado la recaudación impositiva que los campesinos le tenían que entregar.


292. Kôge - Ichibu: Waremokô no shô (Keisuke Kinoshita, 1964) - 6,5
293. Kôge - Nibu: Mitsumata no shô (Keisuke Kinoshita, 1964) - 6,5

Este díptico es en realidad un único film partido en dos por cuestiones puramente de explotación comercial, y abunda en el gusto mostrado por Kinoshita en esa fase de su carrera por las películas-río, narrando la disfuncional relación a lo largo de medio siglo entre una irresponsable madre que sólo busca su propio placer y comodidad, y su sufrida hija. A lo largo de tres horas y media de bastante variedad tonal, el melodrama no deja de ser la naturaleza última de la película, la sucesión de circunstancias adversas, de tragedias y frustraciones a las que tiene que enfrentarse esa hija fiel a pesar de haber sido primero abandonada y luego vendida durante su infancia. Reconozco que la dinámica argumental de la película, incluso la naturaleza de los personajes, me fatiga un tanto, pero no es menos cierto que visualmente luce a gran nivel casi siempre. Kinoshita maneja el panorámico con enorme elegancia (bueno, dejando de lado algunos zooms aislados), recurriendo mucho a planos generales, también a travellings laterales, dando una sensación de gran formato a pesar que ser una obra fundamentalmente de interiores.


294. Uncertain Glory (Raoul Walsh, 1944) - 6,5

Errol Flynn aporta su carisma y espíritu burlón a un ladrón condenado a muerte por asesinato en la Francia Ocupada y que, al ser atrapado, plantea la posibilidad de suplantar la identidad de un saboteador buscado por la Gestapo y así evitar la muerte de cien inocentes que mantienen como rehenes. Nos encontramos a un Walsh en plenitud de forma que ofrece una dirección excelente, todo brío narrativo y precisión en la construcción de planos. Por desgracia el film sufre algunas vías de agua, como la construcción de ciertas situaciones psicológicas, léase el enamoramiento de la chica, o la actitud del propio protagonista ante su destino. Al final, la última frase del film curiosamente sentencia la justificación para ello: estamos ante una obra de propaganda.


295. Die Tote von Beverly Hills (Michael Pfleghar, 1964) - 6,5

Comedia en forma de farsa metanarrativa en la que conviven tres niveles de realidad: la realización (el estreno ya) de una película, su contenido que relata la investigación del asesinato de una chica, y la lectura del diario de la fallecida. Color y blanco y negro se alternan en los diferentes niveles de un film bastante loco, que satiriza lugares comunes de la cultura cinematográfica norteamericana (como el western o el cine negro), también del romanticismo alemán, con divertido resultado.


296. The Grand Bizarre (Jodie Mack, 2018) - 6

Alrededor de la actividad textil Mack compone un collage de colores, tramas y formas en las que va del plano general al detalle, recurriendo a variados contextos en los que sitúa una vorágine de piezas que evoluciona a modo de sistema stop-motion. Además de procesos relativos a la industria, como la fabricación, transporte o comercio minorista, que forman el tapiz sobre el que se extienden las imágenes, la película inserta variados caracteres alfabéticos que probablemente evoquen tanto la variedad cultural que pueden denotar las piezas como la globalización del sector. Me resulta más fascinante cuanto más abstracto, especialmente ese clímax en el tramo final en el que se apelotonan tantas formas en la retina que se generan curiosos movimientos entre ellas.


297. Ghost Tropic (Bas Devos, 2019) - 6,5

Devos vuelve a las atmósferas nocturnas que ya explorara el mismo año pasado en Hellhole, pero afortunadamente sin la carga de solemnidad de aquella. Este Ghost Tropic pasa a glosar la lista de títulos que transcurren en una noche, que siempre deparan extraños recorridos y encuentros desacostumbrados bajo el misterioso manto nocturno. El título ya alude a la cualidad fantasmal de la urbe, un enorme contenedor de seres desconocidos entre sí, gente que está y deja de estar sin mayor trascendencia, como se evidencia en variados momentos, léase cuando la protagonista se asoma a la casa donde limpiaba, en su historia con el sintecho, ese bus vaciado porqueno funciona o en la manera como está filmado ese trayecto en coche, desenfocando la imagen hasta que sólo quedan las abstractas formas geométricas de las luces.


298. Une fille facile (Rebecca Zlotowski, 2019) - 5,5

Una historia de maduración veraniega sobre una adolescente en un momento de encrucijada vital, cuando debe decidir cómo quiere ganarse la vida en el futuro. Sus vacaciones las pasa junto a su prima, una despampanante joven con físico de bisturí que gusta de ser agasajada por hombres de posibles, pero que al mismo tiempo vive sin complejos y desafiando algunas expectativas que se tienen sobre ella. El film abunda en la relaciones de poder, en la capacidad de perversión del dinero, pero a la postre queda un poco moralista, diría yo. Además, echo en falta más complejidad y sutileza, ya que el trazo de algunas situaciones es un poco grueso; léase el tema de los tatuajes, la tópica relación de la protagonista con el amigo, o las dos escenas con el chef del hotel, e incluso cuando la "chica fácil" quiere descolocar a su interlocutora (tirando de Marguerite Duras) suena a artificio. Zlotowski busca una imagen seductora del verano, como una tentación iniciática para su protagonista, pero su trabajo visual no me parece especialmente seductor.


299. Shafu yukyoden: Kenka Tatsu (Tai Katô, 1964) - 7

Tatsu es un conductor de rickshaw que llega a Osaka para ganarse la vida, pero es orgulloso, no soporta la autoridad y no es capaz de poner filtro alguno cuando quiere expresar algo, además de ser un mecha-corta, lo que le mete siempre en problemas. Estamos en el terreno de las películas-yakuza, pero ésta tiene una personalidad muy particular, siempre jugando con la comedia desde el carácter de su volcánico protagonista y el improbable jefe de la zona, aunque dejando espacio para el drama o el romance, que asoman de manera natural y orgánica a través de un notable manejo del tono. Pero en cualquier caso, la narración acaba avanzando de arrebato en arrebato, lo que le da a la película una energía especial, aunque los gestos estilísticos más característicos de Katô, sean angulaciones o composiciones abigarradas, están aquí mucho más matizados (sin dejar de ser una obra elegante en lo visual).


300. Shikonmado - Dai tatsumaki (Hiroshi Inagaki, 1964) - 5,5

Otra historia situada en tiempos de Ieyasu Tokugawa, también en el bando perdedor, personajes que han evitado la muerte en combate o por su propia mano debido a diferentes circunstancias o por decisión propia, que encaran su futuro inmediato de variada manera. El (supuesto) honor perdido da paso a la traición, a la avaricia, al odio y el nihilismo, también a alguna (en teoría) noble causa. El camino está lleno de peligros para los protagonistas, pero también de casualidades, y siempre sucede algo para sacarles del atolladero, generalmente que aparece el personaje de Toshirô Mifune, cuya labor casi única parece la de ángel guardián. También puede llegar un tornado y llevarse todo el caos consigo, en lo que parece una alegoría de los tiempos de paz que se avecinaban. A pesar de sus debilidades, de que no pasa de la funcionalidad en la puesta en escena, es efectiva como aventura infatigable.


301. Sedotta e abbandonata (Pietro Germi, 1964) - 7

Germi repite exitosamente la fórmula de Divorzio all'italiana, con otra comedia satírica ambientada en Sicilia que deja en evidencia las costumbres del lugar y la legislación italiana. Si en aquel caso se trataba del "delito de honor", aquí la figura legal tratada es el "matrimonio reparador". Es la única opción que parece haber entre una joven hija de un celoso guardián del honor familiar y el prometido de una de sus hermanas que la ha seducido y dejado embarazada. Germi nos describe una especie de estado policial en la casa (en una región en la que la policía por supuesto no pinta nada), y un cruel espacio de representación fuera de ella. En el centro, ese sempiterno honor que no es más que machismo exacerbado. La función es tan ácida como divertida, perfectamente medida, y un festín de tipismo meridional.


302. The Pawnbroker (Sidney Lumet, 1964) - 5

Viendo películas como ésta me da la impresión de que al cine americano (digamos) de prestigio le costó mucho hacer la transición entre el clasicismo hollywoodiense y la nueva modernidad visible en casi todo el mundo, quizás buscando refugio en la influencia teatral. La fuente literaria de este film es sin embargo una novela, pero el registro dramático parece tender al de los escenarios. Casi todos los personajes que rodean al protagonista son excesivos en su mecánica expresiva, y hacen contraste con ese propietario de una casa de empeños que vive en estado cuasi catatónico tras un traumático pasado en un campo de concentración de cuyo shock postraumático todavía no se ha repuesto, al haber simplemente suprimido sus emociones y cualquier atisbo de empatía. Pero ese pasado se va filtrando con motivo de un aniversario y con la toma de conciencia de que su obsesión monotemática por el dinero le ha convertido en una pieza más de otro régimen del terror (con todas las diferencias que pueda haber). Lumet muestra esos paralelismos, y los recuerdos suprimidos que pugnan por volver, montando brevisimos extractos del pasado sobre el presente, como pequeñas ráfagas que van golpeando a su personaje principal. Hay una llamativa desconexión entre la voluntad del film por mostrarnos ese Harlem real, el pulso de la calle, el paisanaje auténtico, y el artificio dramático, en la verborrea de unos y la progresiva intensidad reconcentrada del protagonista interpretado por Rod Steiger, un cóctel difícil de asimilar.


303. Kuruwa sodachi (Jun'ya Satô, 1964) - 6,5

Como muchos otros films japoneses, Kuruwa sodachi relata la vida de una joven en una casa de geishas desde un presente en que se dirimen varias encrucijadas vitales, sobretodo la suya, pero también la del negocio, amenazado por los impulsos legislativos para acabar con la prostitución. Ella mira en flashbacks al pasado que le ha conducido a un callejón sin salida, a convertirse en una persona amargada producto de un sistema aberrante que la película busca combatir, pero que ya se estaba reformulando para asegurar su supervivencia. No conocía a Satô, pero lo cierto es que me ha gustado bastante su dirección, cómo engarza los diferentes tiempos narrativos o cómo resuelve algunas escenas (como esa iniciación con el sonido y los flashes de una tormenta que sirven para hacer elipsis).


304. A vida invisível de Eurídice Gusmão (Karim Aïnouz, 2019) - 6,5

Los avatares de dos hermanas en el Brasil de los años cincuenta focalizan este melodrama de regusto clásico que no renuncia enteramente a la modernidad en las formas. Víctimas del foribundo machismo del sistema y la sociedad que les rodea, su periplo vital las lleva por caminos diferentes, una apestada en la familia tras fugarse con un marinero griego y quedarse embarazada, la otra cediendo a las convenciones con un matrimonio que no parece especialmente deseado mientras trata de mantener vivo su sueño de ser pianista. El film defiende la sororidad como arma de protección ante el patriarcado, y es la rotura de ese vínculo tan íntimo entre las dos hermanas, a cargo de los hombres que gestionan la vida de Eurídice, lo que condena su existencia, mientras que su hermana logra reconducirse con el apoyo de otra mujer. Su vida puede ser invisible para su familia (hasta llega a cambiar de identidad), pero es Eurídice la que verdaderamente queda invisibilizada. Es interesante cómo en ocasiones la puesta en escena trabaja esa idea de manera visual, dejando su cuerpo o su rostro parcialmente fuera de campo, o dejándola sin enfocar, y también en ocasiones la retrata en interiores a través de puertas o ventanas, reforzando la idea de encierro. Es una pena que los conflictos sean por lo general tan simples, las intenciones tan evidentes y los personajes negativos tan de una pieza.


305. Lupe (José Rodríguez-Soltero, 1966) - 6,5

Aunque se trata de un biopic de la actriz mexicana Lupe Vélez, la falta de narratividad hace que esa circunstancia quede muy abstraída en esta obra de vanguardia protagonizada por la superstar warholiana Mario Montez. Ignoro la influencia del artista neoyorquino, cuya obra visual prácticamente no conozco, pero este film me ha recordado a los posteriores Salomé de Teo Hernández y Der Tod der Maria Malibran de Werner Schroeter, todos ellos retratos femeninos trágicos realizados desde la androginia, musicales de estética misteriosa y granulada en los cuales los cuerpos físicos parecen desconectados de la realidad, siempre primando la evocación antes que la narración. Las imágenes de Rodríguez-Soltero, saturadas de color, desincronizadas con la banda de sonido, a veces superpuestas creando un bosque de formas, que laten al ritmo de una ecléctica banda sonora que por momentos parece una jukebox, atesoran una notable fuerza estética y poder de fascinación. Y cuanto más ingrávida y más abstracta se pone la película, que por desgracia no es siempre, más interesante me parece.


Un saludo.

Simpkins
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Re: Contador de películas 2020

por Simpkins » 10 May 2020, 21:14

Little Joe (9): Maravillosa en el modo en que articula una segunda lectura incluso más perturbadora que la aparente. De las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años.

Nocturnal (8): Otra película fantástica, con una puesta en escena intrigante, donde parece que el personaje permanezca escondido excepto en lo momentos más brillantes de la película, transmitiendo una sensación constante de que la cámara le sigue y le observa desde su espalda. Mostrando su cara y sus emociones solo en los momentos más puntuales, contribuyendo a un doble sentido que cobra todo el significado a medida que avanza la película. Sobria, austera, dura y con una atmosfera muy realista. Solo la construcción del guión sobre una estructura ya vista mil veces antes la aleja de ser una pequeña obra maestra. Muy recomendable.

Nevia (6): A medio camino entre la inocencia y la hija de un ladron, pero con una mirada detras de la camara mucho mas convencional. Buena pelicula y una recomendacion segura para un publico amplio, pero deja la sensacion de película ya vista.

Un blanco, blanco día (6): La película parte de un planteamiento muy interesante y creo que el modo de contarlo es el apropiado, pero falla en el desarrollo. La película invierte demasiado tiempo en retratar ese estado de ánimo y eso puede invitarte a desconectar. El desenlace, sin embargo, me parece redondo.

A Stormy Night (4): Película plana, ensimismada, es la típica opera prima de quien cree tener algo que decir pero aún no ha vivido lo suficiente y termina cayendo en todos los tópicos posibles confiando todo el atractivo de la película a esa voz carente de autoridad. El hecho de que el propio director y guionista, interprete el protagonista no ayuda (se le ve anormalmente tenso en toda la película, haciendo imposible percibir química alguna entre los dos personajes). La salva, en parte, ser una película breve con una elegante fotografia.
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Genjuro
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Re: Contador de películas 2020

por Genjuro » 16 May 2020, 13:20

306. Dai satsujin (Eiichi Kudo, 1964) - 7

Estamos en la era Edo, en plena purga para desactivar un complot que pretendía acabar con un despiadado oficial del shogunato con ansias de acumular poder. Pero tras fracasar su descabezamiento, el film se ocupa de contarnos la nueva estrategia de sus responsables. La preocupación estética de Kudo está aquí tan presente como en Ju-ichinin no samurai, pero además con más éxito. Las composiciones vuelven a ser llamativas, especialmente por el uso de la profundidad de campo y de elementos que refuerzan el trazado de la perspectiva, pero la narración fluye más natural, y todo ello resulta en una hermosa obra de acción política.


307. My Mexican Bretzel (Nuria Giménez Lorang, 2019) - 6,5

A partir de las grabaciones caseras en Super-8 de sus abuelos, que recogen sobretodo visitas turísticas y momentos de esparcimiento, Giménez fabula la historia de un matrimonio, sus años de felicidad y crisis, simplemente insertando unos subtítulos que se corresponderían con el diario de la mujer. Así pues, lo que en principio son unas imágenes filmadas por un hombre, su abuelo, se convierte en un relato con punto de vista femenino que termina dejando un notable poso de desencanto, describiendo una vida progresivamente anodina, como si fuera un simulacro, en rima con el producto farmacéutico que les habría proporcionado sus acomodados medios de vida. Supongo que las imágenes tendrían algún tratamiento en postproducción, sobretodo en lo referido al cromatismo, porque lucen espléndidas de luz y color. Desde luego el material visual de partida es fascinante para tratarse de unas grabaciones caseras, o eso se trasluce de la notable labor de montaje, y la gracia del asunto estriba en cómo el texto escrito connota las imágenes, en cómo se puede manipular el sentido de éstas y construir así un relato.


308. Hush... Hush, Sweet Charlotte (Robert Aldrich, 1964) - 6,5

Aldrich seguía la línea abierta por What Ever Happened to Baby Jane? con otra historia de muñecos rotos, anclados en un pasado extinto, protagonizada de nuevo por una histriónica Bette Davis como gran maestra de ceremonias de este juego de guiñoles. Ella interpreta a una rica, excéntrica y temperamental heredera sureña traumatizada en alguna medida por el brutal asesinato de su amante casi cuatro décadas atrás que tiene que enfrentarse a la obligación de abandonar la casa en la que ha vivido toda la vida. La progresiva aparición de elementos del pasado le van dando un toque de whodounit, pero destaca sobretodo la atmósfera de terror e insania, que Aldrich transmite tan bien a través de las angulaciones, como de aquello que muestra y esconde.


309. Welcome, or No Trespassing (Elem Klimov, 1964) - 6

Un campamento de verano es el espacio para la aventura que propone esta comedia narrada desde el punto de vista infantil que satiriza la obsesión por la disciplina y el control que se les impone desde el mundo adulto, reconcentrada en el personaje del director del establecimiento. Los críos funcionan como una fuerza subversiva en la que destaca la solidaridad. Por supuesto, el potencial alegórico respecto para elevar ese microcosmos juvenil al global de la sociedad está ahí, pero igualmente funciona razonablemente con su simpatía y lo bien filmada que está por Klimov.


310. Der geteilte Himmel (Konrad Wolf, 1964) - 6,5

En esta época proliferaron en la RDA las películas que ponían en cuestión elementos organizativos y estructurales del país (duró poco, hasta el año siguiente), pero Wolf además se atrevió a hablar de la huida de ciudadanos al Oeste. La protagonista, aspirante a maestra y trabajadora en prácticas de una fábrica de trenes, rememora la historia de amor que vivió con un químico. Las dinámicas en la fábrica y la dificultad de su novio para poner en práctica un nuevo proceso de su invención proporcionan las excusas sobre las que construir la dialéctica en la que tanto abunda la película, en la que se ponen de manifiesto problemas y frustraciones, y se teoriza sobre las posibles o imposibles soluciones. No sorprende que, ante la audacia de tocar ciertos temas, la película tenga que hacer concesiones como es ese esbozo tan burdo del Oeste (la habitación con la televisión siempre encendida, o la hilarante escena con dos bancos para sentarse atestados de gente, que supongo sugiere incomodidad y competitividad ante la escasez) y diversas connotaciones para dejar claro cuál es la opción correcta. Pero bueno, es ya esperable y me molesta menos que la tendencia discursiva de la película, para mi gusto muy excesiva. Y es una pena porque me gusta mucho el trabajo visual de Wolf, probablemente mi favorito suyo en este aspecto. Lo conscientemente que utiliza el ancho del panorámico, lo bien que compone y el cuidado en la iluminación.


311. Jirochô sangokushi dainibu (Masahiro Makino, 1963) - 5,5
312. Jirochô sangokushi daisanbu (Masahiro Makino, 1964) - 5,5
313. Jirochô sangokushi: kôshûji nagurikomi (Masahiro Makino, 1965) - 5

Jirochô fue un conocido jefe yakuza y Makino le dedicó al menos dos sagas. Éstas son las entregas segunda y posteriores de última de las sagas. La segunda y la tercera siguen la línea trazada por la película inicial que tuve ocasión de ver hace un tiempo, esto es, obras principalmente cómicas y ligeras, trufadas de secundarios característicos y que respetan poco el típico arco argumental de los films yakuza (en parte quizás porque la saga parece planteada más como un todo continuado que como obras autosuficientes). La segunda entrega incluso se permite una muy larga digresión, que yo creo que excede un tercio de la película, centrada en dos futuros miembros de la banda, uno tartamudo y el otro embaucador compulsivo. El elemento extraño es la última entrega, que ya sorprende en su comienzo con una recreación de los últimos cinco minutos de la tercera (filmados de nuevo, quizás porque algún personaje había mudado de intérprete), pero sobretodo muestra un tono más sombrío y dramático, y también su estructura se asemeja más al promedio del género (aunque el cierre sigue siendo bastante excéntrico). Lo que nunca cambia es esa descripción de Jirochô como un jefe inmaculado y dechado de virtudes. En realidad, es difícil encontrarle el menor interés psicológico, y el desarrollo resulta un tanto irregular. Gana enteros cuanto más festiva se pone, con el grupo yakuza cantando, o con el pueblo celebrando su regreso o alguna fiesta popular. Makino filma sin complicarse la vida, con oficio pero sin regalarnos ningún momento memorable.


314. Echo (Stanislaw Rózewicz, 1964) - 6,5

Un abogado es acusado de colaborar con la Gestapo muchos años atrás, lo que pone en peligro su carrera y su prestigio personal ante su familia, colegas y paisanos. Si bien acordó bajo firma suministrarles información, el afirma que lo único que les dijo no tuvo trascendencia porque avisó al delatado para que se diera a la fuga. Con estos mimbres, el film se presenta como un viaje introspectivo de este hombre hacia un pasado que invade en ocasiones el presente, que lo enturbia cargándolo de remordimientos. Igualmente la película, que comienza luminosa en el mar, de vacaciones, se va haciendo progresivamente oscura hasta dejar un aroma a pesadilla.


315. Symphonie pour un massacre (Jacques Deray, 1963) - 6,5

Muy sólido polar que acredita la participación de Sautet y Giovanni, además del propio director, en la confección del guión. Éste cuenta la traición de un hombre a sus cuatro socios en un negocio de compra de droga. No deja de ser una heist movie a su manera, y Deray permite que la acción tome el protagonismo a través de una puesta en escena precisa que transmite la minuciosidad del criminal desleal.


316. À tout prendre (Claude Jutra, 1963) - 6,5

Se nota la influencia godardiana en este retrato de las andanzas de un joven no tan joven, cineasta de familia burguesa (Jutra se interpreta a sí mismo hasta cierto punto) que comienza una relación con una modelo negra casada. Se antoja un momento vital definitorio en la vida del personaje, o al menos en el cual tiene que enfrentarse a sus propias miserias, cuando ya la despreocupación y/o el idealismo juveniles dejan de servir de parapeto ante los retos prácticos del vida. Es una mirada desencantada, que me ha hecho recordar a otro título quebequés, Le chat dans le sac, otro retrato del transito a la vida adulta. Jutra dispone la narración como un flujo libre de diferentes capas a través de la voz en off y tramoya del rodaje, jugando con la metanarratividad y su condición de autor/protagonista.


317. La frusta e il corpo (Mario Bava, 1963) - 5,5

Otra cinta de terror del gran especialista italiano del género, viene presidida por un mercado tono romántico dentro de una abigarrada escenografía que le da el toque gótico al conjunto. La historia comienza con la llegada del siniestro personaje que interpreta Christopher Lee al castillo familiar con motivo de la inminente boda de su hermano con la que había sido su prometida. La sombra de Drácula vuelve a ser alargada, esa combinación de retorcido deseo y muerte provocados desde ultratumba, aunque en el fondo acaba siendo una whodounit con tintes sobrenaturales. El muy buen arranque termina lastrado por un desarrollo que cae en la rutina y la repetición, por más que Bava se esfuerce en crear un tenebroso lienzo de colores matizados sobre el cual la cámara retrata con parsimoniosa fijación a personajes y lo que podrían ser espectros.


318. Le mani sulla città (Francesco Rosi, 1963) - 6,5

Un martillo perforador cimentando es la imagen de apertura y de cierre de este film sobre la corrupción urbanística, imagen de continuismo y adaptación ante cualquier circunstancia; siempre se mantiene el negocio, la especulación, el saqueo más o menos legalizado. Por parafrasear la celebérrima cita usada por la obra maestra también italiana y también de ese mismo año, da igual lo que cambie que nada cambia. La sacudida al status quo la provoca el derrumbe en un degradado barrio napolitano de un edificio colindante a otro en el que se estaban haciendo obras, lo que viene escenificado de manera sobresaliente por Rosi. De hecho, si por algo destaca este film es por la credibilidad de escenas complejas y de multitudes como la referida, la del desalojo de viviendas o las del pleno del Ayuntamiento, todas ellas prácticamente modélicas en la acción interna que muestran y visualmente resueltas con mucha pericia. La acción nos lleva por dos caminos principales y paralelos, la investigación de una comisión de concejales y los manejos del concejal dueño de la empresa responsable del accidente, la cabeza más visible de la corrupción. El film evita complejidades psicológicas, e incluso los personajes están exageradamente connotados. Los conflictos son sencillos y el objetivo de Rosi, cineasta militante, es la denuncia de una situación de connivencia del poder político (generalmente de derechas) y económico. Si al final funciona es mucho antes por el contexto tan bien perfilado que por el enfrentamiento tan básico entre moralidad e inmoralidad política.


319. Goben no tsubaki (Yoshitaro Nomura, 1964) - 6,5

La figura de la mujer que se venga de los hombres no es tan excepcional en el cine japonés, y sin ir más lejos la encontramos repetidamente en el cine de Masumura, pero aquí hay algunas particularidades que me hacen dudar de la modernidad del discurso. Por un lado, la protagonista en realidad está vengando a otro hombre, su padre; es decir, esto no deja de ser otro sacrificio de una mujer en aras de un hombre. Por otro lado, el objeto de su venganza es su disoluta madre y los amantes que tuvo mientras su padre se esclavizaba para sacar adelante el negocio familiar. Todos ellos tienen rasgos muy negativos, pero no deja de sonar un poco castrante respecto a la libertad sexual. Nomura frecuentó el cine criminal y en esta ocasión se retrotrae a la época feudal en un film bastante delicado en su composición visual, y con una estructura un tanto peculiar en la que se rompe la linealidad con varios flashbacks, algunos muy cortos y que se pueden remontar apenas horas en el tiempo, y también por el tipo de relato que parece ofrecernos, ora más criminal, ora más dramático, incluso romántico en ocasiones.


Un saludo.

Simpkins
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Re: Contador de películas 2020

por Simpkins » 16 May 2020, 18:29

1984. (8) Hoy he visto la adaptacion de la novela de George Orwell, que por cierto tengo pendiente. Sin poder juzgarla como adaptacion, como pelicula me parece que roza el excelente. Luego he curioseado algunas criticas y soy incapaz de comprender tanto las de la gente que no se ha leido el libro (la pelicula es incomprensible), como la de la gente que se ha leido el libro (reconocen que es fiel a ella, pero no les gusta como el director ha seleccionado los momentos mas sifnificativos).

Personalmente creo que es una pelicula que construye una atmosfera opresiva muy efectiva, sugiere las principales reglas y mecanismos de ese mundo distopico y es capaz de sugerir lo que siente y piensa el personaje principal, sin necesidad de verbalizarlo, para llevarte a una segunda parte de la pelicula de una intensidad extrema y con un desenlace fantastico.

Sin ir mas lejos, no me parece una pelicula inferior a la naranja mecanica.
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Bundy
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 16 May 2020, 19:09

147.- Honor de cavalleria (Albert Serra, 2006) – 6,25
Por un lado, me encanta que el debut de Albert Serra sea precisamente un recoleto de escenas que parece más sacada de un anime slice of life que de la vida real. Serra toma el partido de precisamente las historias del Quijote para precisamente hacer que Sancho y Quijote vivan las peculiaridades de su día a día, y en ese sentido la premisa está claramente adelantada a su tiempo, así como también algunos encuadres y composiciones cuidadas y que en gran parte tienen que ver con la relación hombre-naturaleza. Y, a su vez, es agradecido ver esos golpes de humor que tiene y cómo se ríe de sí misma rompiendo la cuarta pared en ocasiones o jugando a lo metatextual sin tampoco despegarse de su época. Entonces, si hablo tan bien, ¿por qué no me ha gustado tanto como otras? Simplemente, encuentro que hay algunos pasajes que no me producen interés, y luego el montaje simplemente y por momentos no me gusta, es demasiado caótico incluso entendiéndose de qué va la película, y en parte lo veo porque Serra me parece que parte de una idea increíble, pero luego la realización de esta se queda por el camino.

148.-Sara (Teo Hernández, 1981)
149.-Bina Garden (Teo Hernández, 1968)
150.-Ming Green (Gregory J. Markopoulos, 1966)

Sara me pareció terrible y por momentos meme, Bina Garden me parece un buen debut y Ming Green me gustó, pero ya le daré una vuelta.

151.-Mallorca (María Forteza): No pongo el año porque aún se tiene que determinar. Están buscándolo, de hecho. Como película, pues un poco como el documental de Manoel de Oliveira de los años 30, en cierto sentido.

152.- Ghosts of Mars (James Carpenter, 2001) – 8,25
Una gran película que es puro mamarrachismo mezclando ciencia-ficción, acción y algunas trazas de horror, pero que sabe bien generar tensión de la extrañeza. Los fundidos es un recurso muy utilizado aquí, y aunque al principio chirrían acaban cuajando en el conjunto final, así como también esos decorados que parecen arcaicos y que ayudan a dar cierto tono ridículo que casa muy bien con el tono de la película y sobre todo con ese gore tan cutre que linda con el ridículo muy bien. En definitiva, me gusta mucho que todos los elementos estén tan bien cuadrados (en especial el humor y el ridículo con los pasajes psicodélicos y los momentos de tensión) y cómo todo casa con el final, aunque creo que lo que sí que me fue convenciendo menos y menos es la propia estructura del guion y cómo se desencadenan las ensaladas de tiros. Por lo demás, pues eso, sorpresón por mi parte.

153.-Les mains négatives (Marguerite Duras, 1978) – 8
Un corto breve muy bien medido por la voz en off de Duras y las imágenes de un coche perdiéndose por las calles de París. No puedo decir mucho salvo que me parece una película

Genjuro
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Re: Contador de películas 2020

por Genjuro » 23 May 2020, 12:36

320. Garrincha - Alegria do Povo (Joaquim Pedro de Andrade, 1963) - 5

Un pequeño documental sobre la mítica estrella brasileña del balompié. Es una obra bastante dispersa, que coge un poco de aquí y de allá. No busca ser exhaustiva con su historia personal y celebra tanto su talento futbolístico como nos lo muestra fuera de la cancha enfocando un lado un poco más humano, aunque también de manera muy somera. El documental se detiene más en su labor con la Canarinha en los mundiales, lo que da paso a un tramo final que me pareció con diferencia lo más interesante, cuando la hagiografía queda atrás y la cámara se centra en la alegría y la tristeza por el resultado deportivo, cuando el público y su pasión se convierten en protagonistas, cuando la narración toma un cariz más atractivo a través del montaje de imágenes e instantáneas. Sirve al menos para redimir un conjunto que, de otra manera, hubiera resultado del todo anodino.


321. Il momento della veritá (Francesco Rosi, 1965) - 6,5

Puede ser, aunque suena improbable, que las jerarquías culturales del franquismo no supieran quien era Francesco Rosi, o puede que, tratándose de una coproducción con mayoría extranjera, tampoco entrasen en exceso a controlar el contenido, pero no deja de resultar llamativo el retrato que el director italiano hace de la España del Régimen a través del mundo del toreo. El protagonista es un joven campesino que emigra a Barcelona a buscar trabajo y termina apostando por el toreo ante la precariedad del mundo laboral, sin darse cuenta de que en realidad está entrando en otro grado de explotación que le hace jugarse la vida para beneficio de una élite. Rosi se detiene en otros exponentes de la cultura más rancia de nuestro país, como la Semana Santa, manifestaciones de un continuismo sociopolítico del que forma parte la farándula del toreo y que el público general también celebra (como vemos, sigue estando de triste actualidad). Con ese siniestro retrato de la sociedad española a través de las celebraciones festivas, casi podríamos considerarlo un Lejos de los árboles avant la lettre. De hecho el film muestra una destacada vena documentalista, usando a un auténtico torero como protagonista y simplemente rodando corridas reales. Como en Le mani sulla città, el fresco general luce más convincente y trabajado que el trazo individual, incluyendo ese hermoso momento en que vuelve a Jaén y asiste a la trilla, en lo que se antoja una reivindicación al espíritu labiral en contraste con esa suerte de especulación sobre la propia vida con la cual Rosi parece definir el toreo.


322. The Spy Who Came In from the Cold (Martin Ritt, 1965) - 7

Una de espías durante la Guerra Fría, adaptación de la novela homónima de John le Carré, la historia se centra en un agente británico que simula su propio ostracismo para ser captado por el enemigo y pasar información falsa que pueda salvar a otro agente infiltrado. La dimensión humana y el aparato de poder (geopolítico) colisionan sin remedio y ya sabemos quien tiene las de perder. Incluso la ideología o la lealtad dejan de tener importancia ante el sentido utilitario y consumible que hace el estado, más bien aquellos que lo manejan, del individuo. Una obra lúcida y desesperanzada, filmada con sobriedad y pulcritud, en la imagen y el tono, que equilibra acertadamente el dibujo de personajes y la función más narrativa.


323. Krik (Jaromil Jires, 1966) - 6,5

Jires se detiene en la jornada en que una joven se pone de parto, momento que sirve de reflexión para ella y para su marido, quien pasa ese día reparando televisores y tratando de comunicarse con el hospital por teléfono. Diversos flashbacks subjetivos nos cuentan la historia de su relación, mientras que la gente y situaciones que les rodean en presente (especialmente a él) sirven de reflejo y proyección sobre su propia circunstancia y el futuro que les espera. El film les inserta en un mundo que les excede, en el que son dos criaturas más sujetas a similares avatares a los del resto de la humanidad, pero sin dejar de significar su propia individualidad, su singularidad y valor. La abundancia de planos en la calle funcionan un poco en este sentido, creo yo, filmados desde la distancia, que retratan al protagonista en medio del fragor urbano, pero su figura siempre resulta inconfundible.


324. Die endlose Nacht (Will Tremper, 1963) - 6,5

Antes de que lo hiciera Angela Schanelec con Orly, otro director alemán ya había realizado un film coral que transcurre mayormente en un aeropuerto, en una noche de niebla que deja varados a multitud de pasajeros, varios de los cuales se ganan la atención del relato. El perfil de relaciones que nos ofrece la película sugiere la misma fugacidad y provisionalidad que el espacio aeroportuario, lugar de paso permanente. Flirteos, ligues, promesas a incumplir, frágiles relaciones extraconyugales, pero también oportunidades laborales malogradas o delitos que tapar desesperadamente. No hay mucho sitio para la calidez humana, como si el espacio determinara las relaciones que en él tienen lugar. La dispersión es inevitable en un film así, pero creo que muestra coherencia y una buena factura visual.


325. Zatôichi kenka-tabi (Kimiyoshi Yasuda, 1963) - 5

En esta ocasión el espadachín ciego se ve arrastrado a una pelea entre grupos yakuza, ambos dirigidos por gente igual de poco recomendable, y por el camino le encargan proteger a una damisela en apuros de la cual se enamora. Pocos argumentos a destacar más allá de lucir apañada y ofrecer hora y media de sano entretenimiento.


326. Boca de Ouro (Nelson Pereira dos Santos, 1963) - 5,5

Boca de Oro es un criminal sin escrúpulos que acaba alcanzando un estatus similar a la de un capo mafioso, y a su muerte unos periodistas tratan de recabar alguna historia de sus fechorías de mano de su antigua querida. Ésta les refiere el mismo suceso de tres maneras muy diferentes, bajo estados de ánimo distintos, en lo que entiendo es una forma de dejar en evidencia la relación amor/odio, la fascinación y tolerancia con la delincuencia de una sociedad brasileña sometida como tantas otras al materialismo. No me convenció la dramaturgia, demasiado enfática; la película tiene un punto teatral que no me sedujo en exceso.


327. La ragazza che sapeva troppo (Mario Bava, 1962) - 5,5

El título nos hace pensar en un remedo hitchcockiano, pero se queda más bien en detalles, como es el hecho de que la protagonista sea testigo de un asesinato por apuñalamiento en la espalda. Sin dejar el género de intriga, Bava juega más con el terror, con la noche, amaga con elementos sobrenaturales y, llamativamente, acaba destensando la película con humor e ironía. El argumento es bastante peregrino y el interés se limita, como es habitual en su director, a las soluciones visuales que vamos encontrando durante metraje (como la escena del asesinato, como el plano copado por las tocas de las monjas, como esa sombra que va rodeando la casa donde se hospeda la protagonista, etc), y que abren la posibilidad de lo desconocido y ominoso.


328. Sissit (Mikko Niskanen, 1963) - 6,5

Ambientada durante la Guerra de Continuación, el film nos muestra las peripecias de una compañía del ejército finés, en un gran flashback que abarca casi toda la película desde el presente de una cena de veteranos. La camaradería es quizás el gran sostén de este grupo de soldados tan metidos en modo bélico que no parecen aptos para relaciones convencionales. De esa manera, sin un gesto de más, el dolor por los caídos en combate acaba impregnando el tono de la película. Articulada a partir de tres misiones diferentes, la narración es a veces un poco confusa y precipitada, pero Niskanen logra involucrarnos en el espacio emocional de sus personajes.


329. Chair de poule (Julien Duvivier, 1963) - 6,5

Algunos ecos de The Postman Always Rings Twice se dejan oír en en este film que se mueve en el terreno del polar con la historia de un convicto a la fuga que va a parar a una apartada gasolinera que regentan un hombre con el que traba cierta amistad y su mujer, femme fatale de libro. Es un oscuro universo en el que la camaradería sucumbe ante la ambición desmedida. Sólida narración para un efectivo film.


330. A cause, a cause d'une femme (Michel Deville, 1963) - 6

La figura del falso culpable es el eje argumental de esta comedia romántica, aunque más bien parece ironizar con el romanticismo. Ese falso culpable es un donjuán capaz de embelesar a casi cualquier mujer al tiempo que gusta de conservar su libertad, pero a quien una antigua novia rechazada acusa de haber asesinado a su prometido. Su inocencia, claro está, es relativa, siempre presto y dispuesto para utilizar a las mujeres para su disfrute y necesidades. La galería de personajes femeninos tiene muy pocas luces y se diría que la película es muy machista, aunque quizás ese carácter irónico pueda tener algo que ver en ello. Si se salvan esos reparos, se trata de un film muy lúdico que no se toma muy en serio a sí mismo.


331. Zatôichi kyojo tabi (Tokuzo Tanaka, 1963) - 5,5

La cabeza de Zatôichi tiene precio y nuestro héroe acaba envuelto en una lucha de poder dentro de un grupo yakuza al tiempo que se reencuentra con un antiguo amor. Es una entrega un tanto desesperanzada, con muy pocos personajes netamente positivos, que deja cierto poso de amargura, pero bastante poco memorable por lo demás, más allá de la eficacia de casi toda la saga.


332. Mélodie en sous-sol (Henri Verneuil, 1963) - 6

Dentro del género polar francés, las heist movies ocupan un lugar de honor, y ésta es una interesante contribución a la temática. Un veterano ladrón recién salido de la cárcel, Gabin, planea el atraco a un casino a ejecutar junto a un joven ex-compañero de celda, Delon. El contraste entre ambos es evidente, entre el hieratismo y el rigor del primero, y la expansividad y volatilidad del segundo, pero el film no juega en exceso a resaltar sus diferencias, sino que Gabin domina la pantalla inicialmente y luego es Delon quien nos lleva de la mano la mayor parte del tiempo. No estamos ante una obra depurada al nivel de otras del género, simplemente ante una muestra en su mayoría un tanto convencional y ejecutada con profesionalidad, que de hecho vestiría más si la banda sonora no fuese tan estridente (y mediocre). Eso sí, el cierre eleva significativamente el tono del film, una larga escena un tanto improbable pero en la que Verneuil finalmente muestra voluntad de jugar con el tiempo cinematográfico, transforma la acción previa en inacción, exhibe una mayor preocupación por el espacio y, aunque el cierre evoque otras obras señeras, no deja de resultar atractivo a nivel estético.


333. Lord Jim (Richard Brooks, 1965) - 6,5

Brooks lleva a la gran pantalla la magistral novela de Conrad en una lujosa inmersión en las aventuras de su torturado protagonista, condenado a redimir de por vida un iniciático acto de cobardía. Entre el atractivo indudable de su fotografía, de varias de sus imágenes y episodios, también hay momentos menos afortunados, como los montajes visuales que reflejan su imaginación o sus obsesiones (de hecho, se abusa del montaje en varias ocasiones). Peter O'Toole da vida a Jim con esa angustiada y concentrada intensidad que ya había mostrado en Lawrence of Arabia, aunque no estoy seguro de que el retrato del personaje me haya convencido del todo. El recurso al narrador tan brillantemente introducido por el texto de Conrad, tiene un carácter más utilitario en manos de Brooks y finalmente un tanto inconsecuente, pero la odisea de Jim me parece bien estructurada y servida por la progresión narrativa.


334. Kuro no chôtokkyo (Yasuzo Masumura, 1964) - 6,5

El cine de Masumura atesora varios ejemplos de la corrupción moral del mundo empresarial japonés, paradigma de la competitividad y materialismo a cualquier precio, de la depredación de un sistema que siempre anhela más. De hecho, recordándome en estética y tono a Kuro no tesuto kaa y estando por en medio Kuro no hôkokusho, que parece que transita caminos similares, la repetición en el título (ese "kuro" que significa "negro"), probablemente apunta a una suerte de trilogía más o menos explícita sobre el tema. Aquí todo se inicia con la compra de unos terrenos a unos campesinos para especular utilizando información privilegiada, y deriva en un juego de chantaje del que participan en algún momento casi todos los personajes. Porque el panorama humano que dibuja el film es dantesco, el de una sociedad rendida al dinero. La estética típica de Masumura le sirve muy bien a la historia, con planos abigarrados que sofocan a los personajes cerrando el encuadre sobre ellos y disponiendo recurrentemente elementos que les quitan el aire. Quizás no muestra, bien la furia narrativa, bien la intensidad pasional de otros films suyos, pero es otro ejemplo muy estimable de su filmografía.


Un saludo.

Gawyn
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Re: Contador de películas 2020

por Gawyn » 23 May 2020, 20:28

Genjuro escribió: 334. Kuro no chôtokkyo (Yasuzo Masumura, 1964) - 6,5

El cine de Masumura atesora varios ejemplos de la corrupción moral del mundo empresarial japonés, paradigma de la competitividad y materialismo a cualquier precio, de la depredación de un sistema que siempre anhela más. De hecho, recordándome en estética y tono a Kuro no tesuto kaa y estando por en medio Kuro no hôkokusho, que parece que transita caminos similares, la repetición en el título (ese "kuro" que significa "negro"), probablemente apunta a una suerte de trilogía más o menos explícita sobre el tema. Aquí todo se inicia con la compra de unos terrenos a unos campesinos para especular utilizando información privilegiada, y deriva en un juego de chantaje del que participan en algún momento casi todos los personajes. Porque el panorama humano que dibuja el film es dantesco, el de una sociedad rendida al dinero. La estética típica de Masumura le sirve muy bien a la historia, con planos abigarrados que sofocan a los personajes cerrando el encuadre sobre ellos y disponiendo recurrentemente elementos que les quitan el aire. Quizás no muestra, bien la furia narrativa, bien la intensidad pasional de otros films suyos, pero es otro ejemplo muy estimable de su filmografía.


Un saludo.

Cómo la has visto? :shock: :shock: :shock: :shock: :shock:

Estoy escribiendo un libro sobre Masumura y, aunque he conseguido una copia en VO, jamás he encontrado subtítulos. Y llevo *mucho* tiempo buscando (no sólo ésta, también otras).

EDIT: Ah, es Super-Express! Es chunga de conseguir, pero "tengui", sí. :) Pensaba que era Kuro no hôkokusho (https://www.imdb.com/title/tt0228498/?r ... flmg_dr_44), que nunca he encontrado.

Genjuro
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Re: Contador de películas 2020

por Genjuro » 23 May 2020, 23:04

Gawyn escribió:
Genjuro escribió: 334. Kuro no chôtokkyo (Yasuzo Masumura, 1964) - 6,5

El cine de Masumura atesora varios ejemplos de la corrupción moral del mundo empresarial japonés, paradigma de la competitividad y materialismo a cualquier precio, de la depredación de un sistema que siempre anhela más. De hecho, recordándome en estética y tono a Kuro no tesuto kaa y estando por en medio Kuro no hôkokusho, que parece que transita caminos similares, la repetición en el título (ese "kuro" que significa "negro"), probablemente apunta a una suerte de trilogía más o menos explícita sobre el tema. Aquí todo se inicia con la compra de unos terrenos a unos campesinos para especular utilizando información privilegiada, y deriva en un juego de chantaje del que participan en algún momento casi todos los personajes. Porque el panorama humano que dibuja el film es dantesco, el de una sociedad rendida al dinero. La estética típica de Masumura le sirve muy bien a la historia, con planos abigarrados que sofocan a los personajes cerrando el encuadre sobre ellos y disponiendo recurrentemente elementos que les quitan el aire. Quizás no muestra, bien la furia narrativa, bien la intensidad pasional de otros films suyos, pero es otro ejemplo muy estimable de su filmografía.


Un saludo.

Cómo la has visto? :shock: :shock: :shock: :shock: :shock:

Estoy escribiendo un libro sobre Masumura y, aunque he conseguido una copia en VO, jamás he encontrado subtítulos. Y llevo *mucho* tiempo buscando (no sólo ésta, también otras).

EDIT: Ah, es Super-Express! Es chunga de conseguir, pero "tengui", sí. :) Pensaba que era Kuro no hôkokusho (https://www.imdb.com/title/tt0228498/?r ... flmg_dr_44), que nunca he encontrado.
Ya, no hay subtítulos todavía para Kuro no hôkokusho, como para otras cuantas. Una pena.

Por cierto, ¿qué haces en estos casos? ¿Ves la película igual por lo (mucho o poco) que pueda aportar a tu conocimiento del director? Me interesa mucho ese libro, ya nos tendrás informados.

Un saludo.

Gawyn
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Re: Contador de películas 2020

por Gawyn » 24 May 2020, 09:20

Genjuro escribió:
Gawyn escribió:
Genjuro escribió: 334. Kuro no chôtokkyo (Yasuzo Masumura, 1964) - 6,5

El cine de Masumura atesora varios ejemplos de la corrupción moral del mundo empresarial japonés, paradigma de la competitividad y materialismo a cualquier precio, de la depredación de un sistema que siempre anhela más. De hecho, recordándome en estética y tono a Kuro no tesuto kaa y estando por en medio Kuro no hôkokusho, que parece que transita caminos similares, la repetición en el título (ese "kuro" que significa "negro"), probablemente apunta a una suerte de trilogía más o menos explícita sobre el tema. Aquí todo se inicia con la compra de unos terrenos a unos campesinos para especular utilizando información privilegiada, y deriva en un juego de chantaje del que participan en algún momento casi todos los personajes. Porque el panorama humano que dibuja el film es dantesco, el de una sociedad rendida al dinero. La estética típica de Masumura le sirve muy bien a la historia, con planos abigarrados que sofocan a los personajes cerrando el encuadre sobre ellos y disponiendo recurrentemente elementos que les quitan el aire. Quizás no muestra, bien la furia narrativa, bien la intensidad pasional de otros films suyos, pero es otro ejemplo muy estimable de su filmografía.


Un saludo.

Cómo la has visto? :shock: :shock: :shock: :shock: :shock:

Estoy escribiendo un libro sobre Masumura y, aunque he conseguido una copia en VO, jamás he encontrado subtítulos. Y llevo *mucho* tiempo buscando (no sólo ésta, también otras).

EDIT: Ah, es Super-Express! Es chunga de conseguir, pero "tengui", sí. :) Pensaba que era Kuro no hôkokusho (https://www.imdb.com/title/tt0228498/?r ... flmg_dr_44), que nunca he encontrado.
Ya, no hay subtítulos todavía para Kuro no hôkokusho, como para otras cuantas. Una pena.

Por cierto, ¿qué haces en estos casos? ¿Ves la película igual por lo (mucho o poco) que pueda aportar a tu conocimiento del director? Me interesa mucho ese libro, ya nos tendrás informados.

Un saludo.
Ahora mismo, todavía no sé que haré con todo el material relacionado con Masumura que no tiene traducción. Más que las películas, lo que me fastidia son los artículos que Masumura escribió, y que en su inmensa mayoría no se han traducido. A finales de los 90 se recopilaron en un libro en Japón (https://www.amazon.com/kantoku-masumura ... oks&sr=1-1): hace poco he comprado un ejemplar, pero no sé qué voy a hacer con él: pagar una traducción de mi bolsillo sería muy caro. Además de este libro, he encontrado un artículo de Masumura traducido del japonés al inglés en un libro sobre su mentor Kon Ichikawa (https://www.amazon.com/Kon-Ichikawa-Cin ... 0968296939). Y por último, y quizás lo que más te pueda interesar, encontré una entrevista que le hicieron a Masumura para Cahiers, en 1969; entre Google Translate y yo la tradujimos del francés al inglés, aquí la tienes: https://cafemarat.com/an-interview-with ... mura-1970/.

Sobre las películas de Masumura que no tienen subtítulos, me estoy empezando a resignar a que no podré verlas todas. Como ya sabes, Masumura dirigió más de 50 películas, y dada la falta de bibliografía sobre él, creo que no me hace falta ser increíblemente exhaustivo para "destacar": aún así, hay algunas que me molesta no haber podido ver. En particular, Thousand Cranes, que es su única adaptación de Kawabata y su última película con Ayako Wakao (ojo a la rajada contra Wakao que echa en la entrevista con Cahiers).

El libro es un proyecto que llevaba manejando desde hace muchos años. La cuarentena me ha servido como excusa para, por fin, ponerme a escribir. Llevo unas 60 páginas. He empezado por el final de su carrera: ya he escrito sobre The Music, Llullaby of the Earth, Double Suicide at Sonezaki, Garden of Eden y On her daughter's 7th birthday. Ahora me pillas escribiendo sobre Blind Beast: hace un par de días acabé la novela y mañana tengo programado revisitar la película (que es una de mis favoritas de Masumura). Si todo va bien, espero acabar el libro a finales de año.

Genjuro
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Re: Contador de películas 2020

por Genjuro » 24 May 2020, 12:00

Gawyn escribió:
Genjuro escribió:
Gawyn escribió:

Cómo la has visto? :shock: :shock: :shock: :shock: :shock:

Estoy escribiendo un libro sobre Masumura y, aunque he conseguido una copia en VO, jamás he encontrado subtítulos. Y llevo *mucho* tiempo buscando (no sólo ésta, también otras).

EDIT: Ah, es Super-Express! Es chunga de conseguir, pero "tengui", sí. :) Pensaba que era Kuro no hôkokusho (https://www.imdb.com/title/tt0228498/?r ... flmg_dr_44), que nunca he encontrado.
Ya, no hay subtítulos todavía para Kuro no hôkokusho, como para otras cuantas. Una pena.

Por cierto, ¿qué haces en estos casos? ¿Ves la película igual por lo (mucho o poco) que pueda aportar a tu conocimiento del director? Me interesa mucho ese libro, ya nos tendrás informados.

Un saludo.
Ahora mismo, todavía no sé que haré con todo el material relacionado con Masumura que no tiene traducción. Más que las películas, lo que me fastidia son los artículos que Masumura escribió, y que en su inmensa mayoría no se han traducido. A finales de los 90 se recopilaron en un libro en Japón (https://www.amazon.com/kantoku-masumura ... oks&sr=1-1): hace poco he comprado un ejemplar, pero no sé qué voy a hacer con él: pagar una traducción de mi bolsillo sería muy caro. Además de este libro, he encontrado un artículo de Masumura traducido del japonés al inglés en un libro sobre su mentor Kon Ichikawa (https://www.amazon.com/Kon-Ichikawa-Cin ... 0968296939). Y por último, y quizás lo que más te pueda interesar, encontré una entrevista que le hicieron a Masumura para Cahiers, en 1969; entre Google Translate y yo la tradujimos del francés al inglés, aquí la tienes: https://cafemarat.com/an-interview-with ... mura-1970/.

Sobre las películas de Masumura que no tienen subtítulos, me estoy empezando a resignar a que no podré verlas todas. Como ya sabes, Masumura dirigió más de 50 películas, y dada la falta de bibliografía sobre él, creo que no me hace falta ser increíblemente exhaustivo para "destacar": aún así, hay algunas que me molesta no haber podido ver. En particular, Thousand Cranes, que es su única adaptación de Kawabata y su última película con Ayako Wakao (ojo a la rajada contra Wakao que echa en la entrevista con Cahiers).

El libro es un proyecto que llevaba manejando desde hace muchos años. La cuarentena me ha servido como excusa para, por fin, ponerme a escribir. Llevo unas 60 páginas. He empezado por el final de su carrera: ya he escrito sobre The Music, Llullaby of the Earth, Double Suicide at Sonezaki, Garden of Eden y On her daughter's 7th birthday. Ahora me pillas escribiendo sobre Blind Beast: hace un par de días acabé la novela y mañana tengo programado revisitar la película (que es una de mis favoritas de Masumura). Si todo va bien, espero acabar el libro a finales de año.
Con el tema del libro que recopila artículos de Masumura no sé si será factible escanearlo, utilizar algún programa de reconocimiento de texto y tirar de un traductor online para pasarlo al inglés. Pero bueno, ya resulta complejo entender (al menos para mí) lo que quiere decir con una traducción apropiada (leyendo esa entrevista a Cahiers), como para hacerlo con una traducción online.

Respeco a Ayako Wakao, miedo me dan las dinamicas director-actriz en aquel cine japonés. A más de una le he leído decir que acabaron odiando el cine. Y siempre me ha parecido llamativa la continuidad en esas relaciones, que tengo la impresión de que se da con mucha más habitualidad que en el cine occidental. No sólo es Masumura-Wakao, sino los matrimonios Yoshida-Okada, Shinoda-Iwashita y Shindo-Otowa, o también Yamada-Baishô, Naruse-Takamine o Mizoguchi-Tanaka (que también tiene tela que Kenji tratara de vetar el paso de Kinuyo a la dirección).

Mucha suerte con el libro. Avisa cuando se publique que aquí tienes un comprador.

Un saludo.

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Bundy
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 26 May 2020, 10:05

154.-En un lugar solitario (Nicholas Ray, 1950) – 10
Sencillamente una película de amor disfrazada como una película de cine negro, pero aquí el concepto metacinematográfico ata ambos géneros con una delicadeza increíble. Me encantan las escenas largas de Ray y esta es una película notoria por ello porque, además de describir a los personajes, los pone siempre en perspectiva. Cuando hace falta, Ray tira de plano subjetivo para apelar al espectador; cuando no, utiliza sabiamente los zooms y la distancia para realmente generar sensaciones de cercanía y de distancia; en ese sentido, es una película que en su amorío es todo lo contrario a On a dangerous ground y, por otro lado, muy similar a Bigger then life, pero creo que su clímax tan increíblemente medido (difícil condensar las cosas mejor) la hace a nivel emocional muy superior a las otras dos. No sé si la considero una obra maestra dentro de su carrera, pero se queda muy cerca. Habrá que ver su debut y también Amarga victoria.

155.-Variations (Nathaniel Dorsky, 1998) – 10
La clase de película que querría hacer y que alguien ha hecho mejor que yo. Me parece increíble que exista un trabajo que capte tanto la belleza de lo material y de lo cotidiano como en este trabajo y de una forma tan sencilla.

156.-The Brown Bunny (Vincent Gallo, 2003) – 10
Es la película más cruda que conozco y no es tanto por la historia sino por la forma en cómo se presenta. Los planos supercerrados, la casi ausencia de trama narrativa, las escenas larguísimas en donde el protagonista en mayor parte se pierde en las caras de otras personas… hay sin duda una magia indistinguible en el misterio de la historia hasta que se desvela bien entrado el final, y aunque se intuye, nada puede entrever el giro y la justificación real. Una cosa que agradezco es que la película sea así de desnuda y Gallo tenga los huevos de mostrar la sexualidad, la soledad y el dolor de una forma tan desnudas, y eso lo hace mezclando muy bien toda la parte de los planos largos en carretera con lo oblicua de su narración (a través de la confección de escenas y del montaje, excelso por otra parte) y con esos planos cerrados en los que se intuye todo pero se ve poco. Es algo genuino que, si lo pienso bien, apenas ha ocurrido, y quizá lo más cercano en ese sentido ha sido John Cassavetes, pero claro, ni el bueno de John tenía los huevos de disociarse tanto de lo narrativo y Gallo prefirió entrar más en la pura emoción o en la pura víscera. Ya lo que pasó después del ejercicio de purga de demonios internos en Cannes 2003 pues es ya la historia de una tragedia.

157.-Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959) - 8
Era una de las supuestas grandes obras del maestro del suspense y la realidad es que, quitando el clímax y ciertos momentos de foreshadowing muy bien metidos, la realidad es que en el fondo es una película que me aburre en algunos instantes mucho más que otros trabajos suyos. Quizá es en parte porque está constantemente llevando de la mano de forma expositiva (a veces muy para mal) o quizá es porque en el fondo a Hitchcock lo de los personajes femeninos que son mujeres rubias pues es una cosa que para los 50 bien, pero para esta década ya empieza a oler un poco a alcanfor. No soy su mayor amante y eso que sus películas no tan mayores como Recuerda o Encadenados me convencieron, pero esta, aunque gran película, me ha producido en ocasiones ganas de dejarlo porque a veces es tan dinamista que a veces cae en esas películas de giros argumentales que tanto me dan ganas de apagar la televisión.

158.-Al rojo vivo (Raoul Walsh, 1949) – 8,5
Me gusta mucho que esta película de Walsh sea tan consciente de los propios tejemanejes del cine. Es como que cada giro de guion funciona y se alarga innecesariamente, pero a la vez no porque es una cuestión de perspectiva. Si bien Walsh no quiere que empaticen del todo con el protagonista (de hecho, ese punto de empatía está con el policía, aunque en ocasiones sí descanse en Cody Jarrett, ¿o es acaso que hay reticencia por si la censuraban?), sí creo que los giros funcionan porque continuamente Walsh es como si hiciera al espectador más cómplice de querer coger al policía que otra cosa. Técnicamente tiene momentos bastante decentes cuando debe (lo cual es un acierto) y creo que como trabajo de dosificación es más brillante que como trabajo de consistencia emocional, pues creo que no acaba del todo de enfocarse más en el descenso a la locura del protagonista (especialmente colmado por uno de los mejores cierres de la historia del cine), pero no sé, tendría que verlo de nuevo como para opinar si realmente es mejor, y lo digo sobre todo a nivel visual (hay momentos que sí lo son, pero quiero evaluarla con la calma en su conjunto).

159.-Río Bravo (Howard Hawks, 1959) – 10
Probablemente uno de los mejores westerns que han visto estos dos ojos, sobre todo porque creo que todos los elementos a los que Hawks se le da bien se combinan muy bien. Es un western con una acción muy marcada que va en cuasi continuo ascenso y que tiene muchas píldoras de frases de hombres duros, pero sin tampoco fliparse (lo que recoge de lo hecho en el cine negro), además de buenos momentos de comedia romántica. Sin embargo, me gusta mucho más casi toda la planificación del conjunto, especialmente en los picados y contrapicados, y donde más lo noto es en la subtrama del borrachín, que es quizá uno de los pilares centrales de la película. Es en esta película de tipos duros y de pocas palabras, pero, donde las pequeñas acciones y los rápidos zoom-ins también tienen mucha importancia para condensar los pequeños mundos psicológicos de sus personajes que apenas expresan, y, a su vez, es interesante que todo esto suceda casi en su totalidad en un espacio diminuto como es el de una ciudad, cuando bastantes westerns estaban habituados a espacios muy abiertos. La claustrofobia y el continuo seguimiento a pocos personajes, pero cargados de carisma, hablan muchísimo por la imagen, aunque Hawks también es consciente de que no todo se puede concentrar en plan-acción y así sucesivamente, así que también sabe encontrar el punto adecuado donde meter la puntilla en el humor (como pasa con el drama en “Su juego favorito”) y cuándo insertar ese número musical que es oro. No tiene la expresividad brutal de mis westerns favoritos, pero sabe compensarlo con un equilibrio imposible de bordear para cualquiera. Hawks no solo era estructura, era timing, era empatía y era buen instinto.

160.-Hiroshima, mon amour (Alain Resnais, 1959) – 8,5
Sobre el original, pues ya conocía un poco la base de por donde podía tirar considerando que antes había visto la enorme H Story, pero la película en sí cumple con creces ese ideal de película anti-romántica. No es en sí un romance ni un amorío, sino simplemente una conexión más hecha por las ganas de olvidar que del afecto, y Resnais aprovecha el guion de Duras para realzarlo en algunos momentos de forma brillante, como por ejemplo la escena clave de la película, que es el enorme flashback de Emmanuelle Riva, el cual no solo está perfectamente ejecutado sino que se beneficia mucho del rol de las sombras, como por ejemplo cuando los actores se esconden bajo la oscuridad para enfatizar el discurso o el via crucis del otro personaje. Sin embargo, y siento que pese a haber puntos comunes la escena inicial no me acaba de cuadrar estéticamente dentro del conjunto, y no es la única pese a que hay más hallazgos que desencuentros. Es muy buena película y el tramo final es oro, pero se hace muy pesada por falta de ideas y a veces parece más una película hecha a golpes y encuentros (y desencuentros) creativos que un consenso entre forma y fondo.

161.-María Antonieta (Sofia Coppola, 2006) – 7
Es el trabajo junto con Somewhere que me interesaba más de Coppola y en cierta parte no es lo que esperaba. Creo que cumple sobradamente por saber mezclar la figura de María Antonieta con la cultura pop, y consigue retratarla de una forma más fidedigna y sutil de lo que esperaba. No es ya solo la música alternativa, sino que también consigue muchos momentos de comedia a través del vestuario y de los encuadres con el mismo, ridiculizando toda la parafernalia de la corte francesa en contraposición a María Antonieta, pero también ridiculizando otros momentos con mucha finura que bien podrían haber caído en saco roto (el momento en que el protagonista de 50 Sombras de Grey aparece rodeado de fuego y bombas me hizo reír). Momentos de pequeños detalles sutiles aparecen también en más de una ocasión con elementos muy pop, como por ejemplo los momentos en los que se ponen eslóganes en los cuadros y la cámara va saltando de uno en uno, o ese montaje también casi de reportaje fotográfico con las secuencias en las que María Antonieta y sus amigas están todo el rato comiendo y probándose vestidos. Es una pena que este resultado y esta agilidad creativa no sea consistente y más desenfadada, quizá también por la base de utilizar una figura como la de la reina y tirar del biopic, pero creo que a nivel de narrativa encaja mucho porque todos esos elementos pop acaban introduciendo otros elementos contextuales de la época (cómo era la corte, qué pasaba fuera de la corte de Francia sin que se supiera -la historia la sabemos todos, pero que te introduzcan esos elementos sin que aparezca casi nada es algo muy inteligente e incluso logrado). Sin embargo, es eso, a veces cae en una pomposidad no buscada porque no acaba de encontrarse el punto ridículo o cómico a la situación, y otras veces también creo que se caga con esos encuadres tan bonitos a la Terrence Malick (qué daño han hecho) en vez de que la propia Coppola realmente use imágenes de su propia cosecha.

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crespo
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Re: Contador de películas 2020

por crespo » 27 May 2020, 19:40

Hace dos días me tropecé con «Hard Candy», con una Ellen Page pre «Juno» luciéndose como poco me la imaginaría yo, y pese a los triples saltos mortales continuos de la película, consigue hacer un escenario desasosegante, con personajes llenos de capas y pliegues, partiendo de una premisa muy simple y sacándole mucho partido. El excesivo resabio de la chica me resulta difícilmente creíble por momentos, aunque por otros sí parece en realidad una chica brillante.

Bien la réplica de Patrick Wilson, empezando por su deprevada adultez como su desesperación, en el que no se quiere desvelar si la verdad de su culpabilidad es cierta o solo parte de la calenturienta mente de la chica. De hecho, sorprenden los momentos de sobriedad de ambos con las explosiones de furia, que es lo que le da a la película lo mejor y lo peor que tiene.

Sin ser yo un fan del terror, y sin que esta obra sea de terror, y por rocambolesca que sea la historia, consiguen que se haga densa y larga cuando no tiene por qué ser una cosa ni otra. No me espraba nada, no esperaba gran cosa de lo que iba a ver, y como no se parece en mucho a lo que suelo ver, no puede decir sino que me ha gustado su no muy agradable contenido. Ahora bien, o soy yo, o el trasfondo del mensaje me deja un tanto agrio, sobre todo con ese plano final de Ellen Page rodando ladera abajo, que queda compensada con un muy anterior plano de los labios de Page, momento entre erótico y repulsivo al mismo tiempo, en el que los dos actores –buen contraplano de los ojos de Wilson– resuelven una situación que ellos mantienen dentro de ese escenario sin que se les vaya de las manos.

Que no es poco.
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GIPSY KING

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Bundy
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 02 Jun 2020, 18:05

162.-Caravana de paz (John Ford, 1950) - 7
Me suele gustar mucho Ford, pero esta película me ha dejado con bastantes dudas en comparación con otras y no sé si es que soy yo o es que la película es buena, pero sin más.

163.-Trouble Every Day (Claire Denis, 2001) – 7,25
Por un lado, las imágenes pochas (más de lo que se debería pretender) y la narración pretendidamente obtusa que informa más bien poco me deja bastante desconectado; por otro lado, creo que esto acaba ayudando a crear atmosfera de cara a todos esos planos cerrados y sucios, a todas las escenas de sexo tan incómodas y tan bien buscadas mediante el montaje y la dirección. Y joder si son incómodas y duras de ver: no es solo ya la carga emocional que Denis incorpora antes, sino la propia evolución del acto sexual hacia algo que aterra, incomoda y/o perturba al mismo tiempo.

164.-Una película hablada (Manoel de Oliveira, 2003) – 8,5
Una película que sirve como revisión histórica y análisis de la decadencia de las civilizaciones, pero desde una capa de fina ironía que en principio resulta muy desagradable en inicio, pero con el paso de las horas se asienta al dedillo. Este trabajo del director luso empieza como una especie de pieza museística en la que una profesora de historia va ilustrando a su hija todo tipo de conexiones históricas de civilizaciones de las que solo quedan historias y ruinas de las que hablar de ellas, llegando al punto incluso de representarlas filmando el dibujo de las ruinas de Pompeya y cómo eran de su época, y atando todo ese concepto histórico a la propia historia de Portugal, haciendo que Oliveira relacione el sino de su país con el de la civilización occidental y con todas las posteriores. El núcleo que ata ambos vectores es el barco, hilo conductor primero que se filma de la misma forma que la rueda de O dia do desespero y del que poco a poco se nos enseña los interiores. Con cada parada, Oliveira va anticipando los personajes que constituirán el epicentro de la última media hora, que viene a ser un poco un resumen que podría parecer enormemente rancio sobre la decadencia de la civilización occidental y sus problemas con Oriente, pero que el portugués contrasta al dedillo, haciendo que todo ese discurso intelectual pedante (que sobreviene uno más serio sobre los amores y desventuras de cada una de las mujeres) acabe explotando por los aires y cerrando con un plano que roza el ridículo para que la ironía sea más evidente, pero que disfraza muy bien hasta que sucede la secuencia final. En el fondo, una película que habla sobre la decadencia de las civilizaciones y sobre la decadencia que, según el propio de Oliveira, estábamos viviendo en directo. Una pena que ese discurso no se complete con una nota más positiva y que esa media hora final sea algo críptica (quitando la parte de la muñeca, que está muy bien insertada), pero que consigue resolver quitándose hierro de una forma tan graciosa como lo fue en “Los caníbales”.

165.-Un rey para cuatro reinas (Raoul Walsh, 1956) – 7,5
Mezcla comedia, western y película de atracos con una agilidad tremenda, y en parte es por el papel de Clark Gable y cómo gravita sobre las cuatro esposas. Las cartas siempre están expuestas sobre la mesa para el espectador en relación al protagonista, pero lo divertido aquí es la comedia de enredos que trabaja de forma tan desenfadada en contraste con la figura de la madre gruñona y desgraciada. Es una película entretenida que no descuida en absoluto su aspecto formal, en especial la puesta en escena en la que Gable va jugando y tanteando con ellas, y cómo Walsh lo retrata todo como la posición de alguien que casi siempre tiene el control. Bastante inesperada esta alegría, la verdad.

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Re: Contador de películas 2020

por clorobuldo » 02 Jun 2020, 18:39

Al rojo vivo tiene uno de los mejores finales de la historia del cine.

James Cagney da un clinic interpretativo.

Luego tiene una cosa que siempre tuvo Walsh, ritmo cinematográfico. Es una película que ves sin pestañear.

Lo que Walsh te cuenta en 105 minutos, Tarantino usaría dos horas y media y Scorsesse tres.

A mi me encanta. Walsh tiene tres obras maestras de cine negro.

Al rojo vivo, los violentos años veinte y el último refugio.

Casi nada.
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 02 Jun 2020, 19:04

clorobuldo escribió:Al rojo vivo tiene uno de los mejores finales de la historia del cine.

James Cagney da un clinic interpretativo.

Luego tiene una cosa que siempre tuvo Walsh, ritmo cinematográfico. Es una película que ves sin pestañear.

Lo que Walsh te cuenta en 105 minutos, Tarantino usaría dos horas y media y Scorsesse tres.

A mi me encanta. Walsh tiene tres obras maestras de cine negro.

Al rojo vivo, los violentos años veinte y el último refugio.

Casi nada.
Yo personalmente no considero que Walsh sea un maestro del ritmo y más esto que apuntas. Y es curioso, porque eso lo comparte muy bien con Tourneur: la concisión y la claridad con las ideas especialmente a la hora de encuadrar. Hawks para mí es el maestro del ritmo y el más vertiginoso de todos (Man's favorite sport y Río Bravo me parecen descomunales), pero Walsh tiene una inteligencia absurda más a la hora de dejarse llevar por los personajes, entenderlos y llegar a forzar incluso la máquina a nivel formal (el final de Al rojo vivo es esto, de hecho). Y sí es cierto esto que dices: quizá estoy infravalorando Al rojo vivo y es mejor, porque si lo pienso bien y en cine negro no veo a nadie a su altura (aparte de lo que he dicho, porque creo que se sale de los cánones de su zona y sale airoso).
Mi favorita y de los mejores westerns que he visto jamás para mí, pero, es The Big Trail (ahí ahí con Río Bravo para mí), aunque sí que es cierto que Al rojo vivo estará ahí segunda. Y he de decir que ahora que te leo no solo me apetecen esas dos sino también Scarface.

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Re: Contador de películas 2020

por clorobuldo » 02 Jun 2020, 19:27

A mi me gusta más El Dorado que Río Bravo. Sobretodo por el villano que el de El Dorado es antologico. (un pistolero a sueldo que trabaja para el mejor postor pero con un código moral de cara a sus compañeros de oficio excelente).

El Scarface de Hawks es una obra maestra y tuvo muchos huevos para hacerla porque la película trataba indirectamente de Al Capone y Hawks fue invitado a ver la película con el gangster. En una pantalla de cine que tenía el mafioso en su casa.

Hawks tenía miedo que este se diera cuenta y le matara. Pero tuvo la suerte que el gangster no se dio cuenta y además le encantó la película :P
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 02 Jun 2020, 20:04

Me apunto la de El Dorado, y bajando Scarface entonces.

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Re: Contador de películas 2020

por clorobuldo » 02 Jun 2020, 22:03

Bundy escribió:Me apunto la de El Dorado, y bajando Scarface entonces.
Ya me contarás.

Dos obras maestras.

Cuando veas Scarface no tomes la de De palma como referencia.

Hay cosas calcadas pero la de Hawks fue primero.
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Re: Contador de películas 2020

por Bundy » 02 Jun 2020, 22:08

clorobuldo escribió:
Bundy escribió:Me apunto la de El Dorado, y bajando Scarface entonces.
Ya me contarás.

Dos obras maestras.

Cuando veas Scarface no tomes la de De palma como referencia.

Hay cosas calcadas pero la de Hawks fue primero.
No he visto la de De Palma y la de Hawks me parece un pepinazo como pocos.

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Re: Contador de películas 2020

por clorobuldo » 02 Jun 2020, 22:19

Bundy escribió:
clorobuldo escribió:
Bundy escribió:Me apunto la de El Dorado, y bajando Scarface entonces.
Ya me contarás.

Dos obras maestras.

Cuando veas Scarface no tomes la de De palma como referencia.

Hay cosas calcadas pero la de Hawks fue primero.
No he visto la de De Palma y la de Hawks me parece un pepinazo como pocos.

La de De palma si la has visto.

La llamaron el precio del poder y es la de Pacino, pasado de rosca, con un subfusil lanzagranadas.
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