Unos pocos, probablemente, tendrían sitio en la NBA; otros, quizá, fuesen, simplemente, grandes fichajes para equipos ACB o interesantes incorporaciones para una liga del nivel de la LEB. Desde ese americano trotamundos que destaca en una liga de Escandinavia y al que habéis visto salirse contra vuestro equipo en ULEB Cup a aquel joven balcánico que apunta maneras en la Liga Adriática. Para todos ellos posee alcance nuestra particular "parabólica", un proyecto que, si sigue adelante (y confío en ello, ya que en este foro hay grandes conocedores del baloncesto europeo, tanto a nivel profesional como de base), conformaría una más que interesante base de datos. Sin más, comencemos con un buen ejemplo, la liga belga, especialista en importar magníficos foráneos:
Lavor Postell (Escolta; 1,97 m; Telindus Oostende): Ex-jugador de los New York Knicks, en los que permaneció durante tres años, este híbrido entre el puesto de escolta y el de alero no ha terminado de cuajar en el Viejo Continente, después de pasar por equipos como Olympiacos o Scavolini. Una nueva oportunidad se le presenta en la heterogénea liga belga, trampolín de jugadores por antonomasia. Muy completo, es un gran anotador y un más que decente reboteador, ofreciendo, además, seguridad en la defensa. Interesante jugador para una liga de superior nivel.
Kevin Houston (Escolta, 1,93 m; Dexia Mons-Hainaut): Buen conocedor de la liga belga, tras su baso por Bree y Leuven, Kevin Houston es una de las armas ofensivas más letales de la competición. El Mons se aprovecha de su descollante capacidad física y de su buena mano para situarse a rebufo de la cabeza de la clasificación.
Omar Cook (Base; 1,86 m; Dexia Mons-Hainaut): Si Houston pone los puntos, Cook pone las asistencias en el Mons. Una estrella de High School en Brooklyn y, posteriormente, un buen jugador universitario en St. John´s, estamos hablando de un hombre cuya precipitación a la hora de dar el salto a la NBA le privó de hacer carrera en la mejor liga del mundo. Con unos fundamentos y una visión de juego absolutamente increíbles (líder en asistencias del campeonato belga doblando en promedio al segundo clasificado), hubiese sido un top ten del draft de haber poseído un tiro exterior sólido. Trotamundos de la NBA, merced a los contratos temporales, es un jugador destinado a dominar en Europa. Talento suficiente para ser una estrella en la ACB.
Julius Jenkins (Escolta; 1,86 m; Euphony Bree): Culpable, junto al veteranísimo Roger Huggins, del buen papel del Bree en la ULEB Cup, de la que es el cuarto mejor anotador con 19,7 tantos por noche. Fichado tras dos despampanantes temporadas con el Nurnberg en la segunda división alemana, responde al típico modelo de escolta con cuerpo de base. Posee un gran dominio de balón y un magnífico arsenal de recursos ofensivos.
Mladen Sekularac (Escolta; 2,03 m; Sanex Antwerp Giants): Elegido en segunda ronda del Draft de 2002 (número 55) por Dallas Mavericks, era conocido como uno de los mejores proyectos del baloncesto serbio cuando jugaba en el Zeleznik (siendo, incluso, internacional absoluto). Se encuentra mucho más cómodo, a pesar de su altura, jugando de escolta, gracias a su buen manejo de balón y su magnífico tiro exterior, de rapidísima mecánica. De grandes fundamentos, su visión de juego, sin embargo, necesita mejorar. Otro jugador con capacidad para dar el salto a una gran liga en breve.
Armands Skele (Escolta; 1,92 m; Spirou Charleroi): Muchos recordarán a este letón del partido que nos enfrentó a los bálticos el pasado Eurobasket. Estrella en categorías inferiores (siempre entre los máximos anotadores en los torneos junior), posee un gran físico y una magnífica capacidad para romper las defensas con su potencia, su rapidez y su salto. Además de las penetraciones, posee un buen tiro exterior. Algo díscolo, flojea atrás.
Brian Greene (Ala-pívot; 2,03 m; Verviers-Pepinster): Máximo anotador del campeonato belga (19,3 puntos por encuentro), se sitúa además entre los mejores a la hora de coger rebotes, con casi ocho rechaces por encuentro. Apodado "El elegante", su versatilidad machaca a los equipos rivales, a los que desquicia con su juego dentro-fuera, al que, además, añade una muy buena defensa. Muy completo, posee además un carisma y una capacidad de liderazgo que le han convertido en el auténtico ídolo de la afición del Pepinster. No tardará mucho en dar el salto a una liga más importante, ya que cada jornada demuestra que se le queda pequeña la liga belga.
