Hércules 3 Sant Andreu 1
Entre mis propósitos con el
Sant Andreu puedo tener varios, pero entre ellos se encuentra el de verlo jugar en los grandes estadios de toda España, algo que es realmente complicado, claro. Primero decir que esto ya ha ocurrido en el pasado, pero fue en otra época que yo no viví. Por lo pronto, en este propósito, ya lo he visto en el Vicente Calderón, el Helmántico de Salamanca, y este fin de semana he sumado el José Rico Pérez de Alicante. A ver si en los próximos años puedo sumar algunos más.
Por supuesto, mi primera impresión es cuando llegas por primera vez a las inmediaciones. Me sorprenden dos cosas, primero lo pequeña que quedan las gradas de los goles en comparación con las dos gradas centrales (la tribuna y la general de en frente) y segundo el estado en el que se encuentra el estadio en su parte exterior. De hecho, si me dicen que está medio abandonado y que hace tiempo que no se juegan partidos, me lo hubiera creído, la verdad. El aspecto es feo, dejado y un tanto desolador. Hasta incluso llego a ver basura y objetos que pueden pertenecer a homeless, y llego a oír algunas palabras de alguien que habla y hasta me dio la impresión que sí había alguno, escondido en alguna zona, alguna puerta, que quizá no se utiliza. Es cierto que al darle la vuelta, al llegar a tribuna y a la tienda, el aspecto ya cambio un poco y empiezo a ver a gente, es decir, ambiente de partido.
Por lo pronto, no se ve un dispositivo policial especial y algunos aficionados visitantes se mezcla con la gente local, intercambiando saludos. Solo será una vez empezado el partido, cuando ya sí se veo policía y un ambiente encontrado entre aficiones. Y digo entre aficiones, pues hemos sido 180 los andreuencs que nos hemos desplazado hasta Alicante. Y eso, que la jugada del cambio horario orquestada por el club local (que tampoco voy a explicar ahora) dio con el traste con la idea preconcebida que se tenía desde
Sant Andreu de hacer un desplazamiento masivo de 400-500 personas. Lo cierto es que en el ambiente un tanto contrario que se vivirá durante el partido, tendrá algo que ver seguramente la sorpresa por parte de la gente local de encontrarse ante un número destacado (o al menos digno) de aficionados visitantes.
Yo siempre lo diré: ojalá algún día no tenga que haber ni un solo policía en un estadio de futbol porque no haga falta, pero creo que por desgracia eso yo no lo veré. Así que en las gradas, sin llegar a ser nada grave, pasó lo que pasó (lo definiría, en mi opinión, como lo de siempre, un empate a estupidez humana) mientras que en el terreno de juego, el
Hércules fue superior y ganó con claridad y justicia. Aun recuerdo aquella de 1993, la única victoria cuatribarrada en este estadio (ganó otra vez en el 2010 pero fue contra el
Alicante). Aquel lejano 2-3 tenía "trampa". Había un señor llamado Joan Gaspart, que había convertido al
Sant Andreu en uno de los clubes millonarios de Segunda B, pero ahora la realidad es la que es. La humildad de un club que quiere resurgir hacia categorías superiores, pero que con todo el esfuerzo posible genera un millón de euros de ingresos (que no beneficios netos) en la actual temporada (que no está mal y que otros no consiguen, todo hay que decirlo) pero es que delante estaba un ex Primera, con un estadio inmenso para cerca de 30.000 espectadores, con una plantilla totalmente profesional (algunos de los jugadores cuatribarrados estudian o tienen otro trabajo y llegaron a casa a las 4 de la madrugada) con futbolistas de enorme categoría a los que se les queda pequeña esta
Segunda RFEF
Una imagen del partido de ayer disputado en el Rico Pérez, foto U.E.Sant Andreu