por FANBASKET »
15 Sep 2021, 01:07
Palizón del Madrid al Limoges -- Real Madrid 81 Limoges 36 --- 45 puntos de diferencia -- Un partido antológico con una defensa implacable y un ataque de fantasía.
Encuentro correspondiente a la fase de grupos de la Liga Europea de la campaña 1993/1994 y que enfrentó el 02/02/1994 en el Palacio de los deportes de la Comunidad de Madrid al Real Madrid Teka con el Limoges CSP.
"VENGANZA"
https://www.youtube.com/watch?v=ukanuMm4nZU
http://www.lacanastadigital.com/la-nove ... la-octava/
Un trauma llamado Limoges
En el verano de 1992 Arvydas Sabonis llegó al Real Madrid con el objetivo claro de cortar una sequía de títulos importantes como no se conocía en la sección: 6 años sin ganar la Liga y 12 sin ganar la Copa de Europa. El lituano firmó por tres temporadas y una cantidad astronómica para la época: 200 millones de pesetas netos por campaña –el presupuesto del Madrid rondaba los 1.000–. A Sabas no había necesidad de recordarle lo que necesitaba el Madrid esos títulos, pues su reloj biológico actuaba de motivador natural. “Sabonis, cuando jugaba fuera de España, salía a la cancha de otra manera. Él tenía la Liga Europea marcada con una equis. Era la competición que le faltaba y la quería conseguir como fuera antes de irse a la NBA”, recuerda Jareño.
El efecto Sabas se notó inmediatamente. El equipo que dirigía entonces Clifford Luyk ganó la Copa del Rey en A Coruña y su concurso en la Liga Europea se asemejó a un paseo triunfal (12-2 en la fase regular y un inapelable 2-0 al Virtus Bolonia en cuartos de final) hasta la Final Four de Atenas’93. Las expectativas eran máximas. Encima, el primer rival, el Limoges, parecía propicio. Sin embargo, lo que ocurrió allí fue uno de los peores tropiezos de la historia de la sección madridista.
El equipo francés, dirigido por Boza Maljkovic, convirtió el parquet en un lodazal y los cuarenta minutos de juego en un show de lucha libre con un balón de baloncesto de por medio. El Madrid apenas lanzó 35 tiros de campo en todo el partido –no llegó a 1 por minuto–, ninguno en los últimos tres minutos y medio de juego. El patético 52-62 final lo dice todo. Sabonis, habitualmente parco en palabras con los medios de comunicación, lo resumió así: “¿52 puntos? ¿Qué es eso para ganar? Nuestro partido ha sido una mierda. Hemos estado muy tontos y así nos ha ido. Dicho esto, no me molestéis”.
Dos días después el Limoges también hizo morder el polvo al Stefanel de Toni Kukoc con un esquema parecido. El técnico del equipo italiano, Petar Skansi, proclamó tras perder la final: “Esta tarde ha muerto el basket”. Maljkovic respondió: “Que mi amigo Skansi me deje a Kukoc y coja al jugador mío que quiera y ya veremos quién practica el antibaloncesto. Lo único que hago es amoldarme al grupo que tengo”.
Gracias a ese título, el modelo de baloncesto control del Limoges se expandió como la pólvora entre quien quería tener alguna opción de ganar en Europa; sobre todo en los equipos modestos. “El Limoges cambia la historia porque demostró que se podía ganar a equipos grandes de una cierta manera. Por eso en los años posteriores a la F4 de Atenas se jugó diferente”, explica Lasa. “De repente se cae en la cuenta de que con jugadores muy físicos se puede parar el talento de otros equipos. Se deja de jugar alegre para hacerlo más controlado, con muchos sistemas y un scouting brutal. Se trataba de minimizar errores y ocultar tus defectos”.
El Real Madrid se rehízo de aquella debacle para ganar la Liga 1992-93, cumpliendo el primero de los objetivos para el que Sabonis había sido contratado.
En el siguiente verano el Madrid cambia la pareja de extranjeros –en Copa de Europa solo podían jugar dos– que acompañaban a Sabas: Arlauckas y Kurtinaitis por Mark Simpson y Ricky Brown. Volvía a parecer listo para el reto europeo. Mucho más cuando se volvió a cruzar con el Limoges en fase regular y lo derrotó por 45 puntos (81-36) en el Palacio. Un partido antológico con una defensa implacable y un ataque de fantasía.