por Genjuro »
13 Oct 2023, 22:49
SSIFF 2023
293. Subete no yoru wo omoidasu (Yui Kiyohara, 2023) - 6
Varios personajes deambulan durante una jornada por un barrio de Tokio. Son principalmente mujeres, las más importantes, una desempleada, una joven trabajadora cuya labor consiste en leer contadores y una estudiante que prepara una tesis. Sus caminos se van cruzando con el transcurrir del día y de las escenas, en una obra de aspecto transparente y sencillo, apacible en ritmo y formas. Por otro lado, tampoco tiene línea dramática y su sentido no se plantea definido. Sí que parece reflejar un mundo de posible alienación, donde abundan personajes perdidos en un contexto de urbanismo profiláctico que representa la modernidad. Es un film agradable aunque no terminé de encontrarle el punto significante.
294. The Zone of Interest (Jonathan Glazer, 2023) - 6,5
Hace unos años, el realizador húngaro László Nemes recurría en Saul fia al primer plano para acercarnos la historia de un reo en un campo de concentración dejando desenfocado o fuera de campo todo el horror que sucedía alrededor suyo. Glazer lleva un poco más allá esta idea y nos muestra la vida familiar de Rudolf Höss, el comandante de Auschwitz, en su hogar anejo al campo de concentración, del que percibimos casi constantemente el sordo ruido del horror que nunca llegamos a ver. Ya el inicio en un idílico río se ofrece paradisíaco, un paraíso que pronto se revela perverso, levantado sobre el sufrimiento del ser humano. Es el ejemplo más brutal que quepa imaginarse al que nos trasladan las gélidas, pulcras y cartesianas imágenes de Glazer, dominadas por planos fijos a menudo simétricos que refuerzan la sensación de orden e inflexibilidad. Pero no deja de representar la versión más extrema de lo que sería cualquier hogar del primer mundo, indefectiblemente erigido en alguna medida, por pequeña que sea, sobre la explotación de otros seres humanos. Y cuando la película escapa del ámbito hogareño lo hace para centrarse en la dimensión económica que lo sostiene. El Holocausto así como una ocupación laboral más, como una cuestión empresarial que siempre requiere mejoras en la eficiencia y productividad, como si fuera otra empresa cualquiera, como brillantemente había mostrado Nicolas Klotz en La Question humaine. En un momento dado del metraje, un corte nos devuelve a un presente donde unas limpiadoras realizan su trabajo en lo que hoy es un museo del horror y que es el mismo espacio por donde transita el comandante, un gesto interpretable y que puede apuntar a la banalización de esta monstruosidad, a que la explotación aparece en diferentes formas (también de diferente gravedad, claro), y también sirve para hacer más denso el paso del tiempo, justo antes de que Höss se hunda en las tinieblas de la historia.
295. Kimitachi wa dô ikiru ka (Hayao Miyazaki, 2023) - 7
El veterano maestro de la animación nos sirve un film marca de la casa donde se rastrean temáticas y elementos que ya nos suenan familiares. El protagonista es un niño que pierde a su madre en un incendio en Tokio durante la guerra, y tiempo después se muda junto a su padre a la casa familiar materna en el campo, ya que éste se ha casado con su cuñada, ahora embarazada y dispuesta a oficiar de madre de su sobrino/hijastro. El film se traslada así a un espacio progresivamente mágico que, bastante en la línea de Sen to Chihiro no kamikakushi, acabará presentándonos otro mundo paralelo al real lleno de criaturas fantásticas (de nuevo, bastante familiares) donde el héroe tendrá que rescatar a su nueva madre para así cauterizar su sentimiento de orfandad. Es una aventura en toda regla, siempre preparada para asombrarnos, que sabe cuando ponerse trepidante o cuando detenerse para explorar a sus personajes, y que realza cualidades como la amistad, el valor o la compasión.
296. Fingernails (Christos Nikou, 2023) - 6
Nikou es otro integrante de la Weird Wave griega que ha emigrado al cine anglosajón con su último film, y como en su precedente Apples, nos vuelve a ofrecer otra distopía de baja intensidad en la cual un aparentemente infalible test del amor realizado con las uñas condiciona las relaciones de pareja. Una mujer que ha dado positivo junto a su novio, pero que ve cómo su relación cae en la rutina, comienza a trabajar en un centro que prepara a parejas para fortalecer sus vínculos y tener más posibilidades de superar el test, pero por el camino comienza a sentirse atraída recíprocamente por otro instructor. El planteamiento proporciona, como cabría esperar, algunos elementos de humor absurdo, aunque a veces sobreexplicados (ya habíamos entendido por qué optan por el francés como el idioma de las canciones). El film critica una sociedad progresivamente dominada por la tecnología, donde los comportamientos repiten patrones estereotipados por una cultura que simplifica y banaliza. De todas maneras, estas cuestiones tienen menos peso ante un desarrollo decididamente más emocional que nos lleva directamente al cine romántico, quizás un tanto convencional pero decididamente efectivo, donde el magnetismo de las miradas de la pareja protagónica que conjura su muda atracción ocupa el centro gravitacional del relato y de sus imágenes.
297. Monster (Hirokazu Koreeda, 2023) - 6
Dividida en tres segmentos que vuelven sobre el mismo arco temporal de acontecimientos pero desde el punto de vista de tres personajes diferentes, la conflictiva versión que percibe cada uno de unas circunstancias que en algunos casos sólo conocen de segunda mano o por impresiones tangenciales no me parece lo más interesante de esta película. Es un formato un poco manido, mecánico y demasiado constreñido por las necesidades del dispositivo. Ese punto de vista lo ejerce sucesivamente la madre de un niño que comienza a tener problemas en la escuela, su profesor acusado de propasarse con él y el propio alumno. Esa mirada parcial y sustractiva tiene un sentido argumental dada la dificultad de los personajes para asimilar sus propios sentimientos, pero el film no levanta el vuelo hasta su tercer segmento, cuando la continuidad y la causalidad finalmente permiten que los conflictos y las emociones adquieran entidad y que la proverbial sensibilidad de Koreeda se manifieste.
298. Perfect Days (Wim Wenders, 2023) - 5
Wenders ha querido trazar una oda a lo pequeño, cotidiano y terrenal a través de la figura de un hombre empleado en la limpieza de baños públicos. Soltero y solitario en buena medida, es una persona meticulosa entregada a sus rutinas diarias y pequeños placeres (analógicos), que le pone buena cara a la vida, aunque en algunos momentos deje traslucir cierta melancolía o tristeza, que quizás también podríamos interpretar por los breves cortes oníricos (y que en realidad poco aportan a la narración). Pero es curioso que en una película consagrada a un personaje con esa ocupación no aparezca ningún tipo de "suciedad", literal o no, en pantalla. Todo es demasiado bonito y a la postre resulta un tanto impostado. El film destila cierto rechazo hacia el mundo actual, la nostalgia de un hombre que se crea su propio mundo personal que, en realidad, sentimos que no puede existir. Tampoco Wenders ha sido capaz de aprovechar la oportunidad que le brindaba la historia, las rutinas y laconismo de su héroe, para hacer un ejercicio de depuración estética.
299. Past Lives (Celine Song, 2023) - 6,5
El inocente amor adolescente devenido en historia imposible a lo largo de los años y entre continentes es lo que ofrece este relato romántico. La emigración a Canadá de la familia de una niña crea una sima espacio-temporal con su enamorado compañero de clase que la película se encarga de explorar. A pesar de las elipsis que saltan de docena en docena de años, el film consigue construir un peso emocional derivado no sólo de ese sentimiento primigenio, sino también de la fascinación por todas esas opciones vitales alternativas a las que renunciamos cada vez que tomamos una decisión (o que la vida toma por nosotros), y que explota en las mejores secuencias. Como la del bar en su tramo final, entre tres personajes que la puesta en escena reduce a dos en muchos momentos. Es un film donde aquello que se verbaliza y lo que se mantiene en silencio no sólo resulta atinado, sino que genera una tensión que alimenta el relato. Sólo cabe lamentar un cierto exceso de cocción estética, en el uso de la música, en el ocasional manejo del montaje, que se podría haber beneficiado de una aproximación más austera.
300. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki, 2023) - 7
el territorio que pisa en su Fallen Leaves es tan familiar, tan agradeciblemente reconocible, que anula casi cualquier capacidad de sorpresa. Sus protagonistas son, cómo no, dos parias sociales, trabajadores que sufren alternativamente las duras circunstancias del mercado laboral y de sus propias acciones, pero que atisban en su encuentro una esperanza vital. De hecho, este film no es otra cosa que una comedia romántica pasada por el característico filtro tonal, humorístico y estético del finés, que hace del anacronismo una bandera, del comentario musical un deleite y de las referencias cinematográficas una declaración de principios. Si su antepenúltimo film, Le Havre, trataba la candente cuestión de la inmigración integrándola en el argumento, las continúas alocuciones radiofónicas sobre la Guerra de Ucrania que podemos oír en Fallen Leaves sólo ofrecen un contraste más llamativo que esencial entre Historia en presente y la historia de sus personajes, pero alimenta ese mirada cálida y optimista del cineasta en su propio universo, donde los pequeños milagros cotidianos son posibles ante la oscura realidad contemporánea.
301. Ex-Husbands (Noah Pritzker, 2023) - 4
Una comedia dramática indie que aborda la crisis sentimental, la sensación de fracaso vital de los hombres de una familia. Si en el preludio el abuelo casi nonagenario anuncia su divorcio, como si fuera un peso fatalista, varios años después asistimos a los problemas del padre para aceptar su propio divorcio, la cancelación de la boda de uno de los hijos y los problemas para conseguir una relación estable del otro, salido del armario no hace mucho, y todo ello con un viaje a México de despedida de soltero por medio. Realmente es un arco dramático de mera aceptación (a regañadientes, como vemos en el entierro del abuelo contraviniendo sus últimos deseos), que no se detiene en las fallidas relaciones en ningún momento, y la película no consigue hacer de ello un material interesante, transitando por episodios perfectamente previsibles y anodinos, y sin la menor tensión estética. Como mera anécdota, me cuesta aceptar que los hijos de un dentista trabajen de camarero y dependiente respectivamente. La película lo utiliza para alimentar su frustración vital, pero estas cosas no suelen funcionar así.
302. L'îlle (Damien Manivel, 2023) - 6
La vocación de Manivel por un cine conceptual y minimalista encuentra un nuevo y singular jalón en su última obra, que contrasta con sus predecesoras por un radical cambio estilístico que nos lleva desde una depuración y distancia respecto a sus personajes de aquellas a esta impregnación en los mismos con planos muy cortos y se cámara en mano. Pero muy especialmente llama la atención su contenido, esencialmente la secuencia de la despedida de una joven que se marcha a Canadá a una escuela de baile y que realizan sus amigos el último día del verano en una playa, al pié de una roca que llama La Isla. Una circunstancia hasta convencional en las pantallas cinematográficas se convierte en desconcertante por su carácter obsesivo. La película muestra esa ficción pero también los ensayos de la misma, comenzando a dar vueltas sobre sí misma como si estuviera en bucle, lo cual puede dejar algunas sugerencias, tales como la fugacidad de los estadios que componen nuestra vida, su carácter de eterna despedida. Pero su manera de deconstruir la secuencia también parece antojarse un ensayo sobre la capacidad del cine para representar, para construir su propia verdad. Eso sí, la reiteración al recorrer una y otra vez los mismos pasajes puede resultar un poco irritante.
303. Summer Soldiers (Hiroshi Teshigahara, 1972) - 6,5
La deserción de un soldado estadounidense desencadena un film en constante movimiento, una road movie en alguna medida en la que transpira el malestar de una generación y un tiempo histórico sobre el que gravita la Guerra de Vietnam. Pero si estamos ante una obra antimilitarista, poco hay de idílico en el trazo de sus personajes. La prepotencia norteamericana o el rechazo a lo extranjero del japonés queda de manifiesto con su episódico transcurrir. El film tiene un aroma un tanto documental, con su estética inmediata de cámara en mano y espacios cotidianos. Me encanta su luz, y de hecho es el propio Teshigahara el encargado de la dirección de fotografía.
304. Heroico (David Zonana, 2023) - 3,5
Los aspectos más preocupantes del así todo notable debut de David Zonana, Mano de obra, un film de clara inspiración hanekiana, explotan en su última obra en todo su esplendor, una muestra evidente del cine de la crueldad, por más su director tenga a bien no mostrar directamente la violencia más gráfica. No termino de entender el interés que puede tener a estas alturas abonarse a otro relato sobre la instrucción abusiva en el ejército para hablarnos de una institución que deshumaniza y corrompe a sus integrantes. Por más clínicos y rigurosos que sean sus encuadres, por más elementos pesadillescos que incluya, o por más contextualización socioeconómica que tenga en cuenta, no termino de encontrar los argumentos visuales o argumentales que la rediman, que la hagan trascender de un planteamiento tan poco atractivo.
305. May December (Todd Haynes, 2023) - 6,5
Haynes se basa en el caso real de una profesora que tuvo relaciones con un alumno de séptimo (lo que sería primero de la ESO), quedó embarazada del mismo y con quien se casó al salir de la cárcel, para construir un film cuyo centro neurálgico es en realidad la famosa actriz que va a visitarles a su casa años después para estudiar de cerca a la familia de cara a la adaptación cinematográfica de la historia que va a protagonizar. Si en algún momento pudiera pensarse que Haynes va a abordar un nuevo melodrama de corte clásico, pronto queda claro que el sentido del humor forma parte del juego, de que en lugar de abrazar y replicar los códigos más clásicos del género, va a jugar con la posmodernidad en un relato donde la consciencia de los mecanismos cinematográficos (algunos, al menos) va implícita en su planteamiento. Es muy relevante en su desarrollo indagar sobre la personalidad de los protagonistas del caso, sobre la consciencia, responsabilidad y consecuencias de lo sucedido, pero a la postre es fácil comprobar que Haynes pone su foco en el propio medio cinematográfico, en su tendencia a vampirizar y simplificar, en cocinar respuestas fáciles a preguntas difíciles.
306. La práctica (Martín Rejtman, 2023) - 7
Las preocupaciones y problemas cotidianos son como la fina lluvia que va empapando poco a poco, como los temblores que básicamente enmarcan el arco narrativo de esta comedia, que no destruyen como un terremoto, pero trastornan. Por eso también la obsesión analgésica y terapéutica de sus personajes: farmacéuticos, anestesistas, mediadores o, por supuesto, profesores de yoga. A eso se dedica su protagonista, un hombre en trámite de separación de otra profesora del ramo y que comienza a tener problemas de menisco en una rodilla. Al contrario que en Los delincuentes, aquí no hay grandes eventos o revelaciones en su argumento, sólo queda de manifiesto la necesidad de lidiar con el día a día y seguir adelante, soltando lastre de vez en cuando. Es curioso el personaje de la joven alemana que tras un golpe se queda amnésica: su incapacidad para retener recuerdos o para reconectar con su pasado, ya que está en el extranjero y también ha olvidado sus contraseñas, parece haberla dejado más libre y contenta¹. Es así un film hecho de pequeños gestos y situaciones, de un humor sencillo y hasta discreto, de repeticiones, retornos y recombinaciones, como un universo de limitada capacidad para la sorpresa y trascendencia. Hay una modestia cotidiana en su tono e imágenes nada reñida con la elegancia visual, pero muy alejada de cualquier gesto formal llamativo, un refugio en la rutina, en la práctica, también terapéutica para nosotros los espectadores.
307. Anatomie d'une chute (Justine Triet, 2023) - 7
Parece que el drama judicial está dando alegrías últimamente al cine francés, porque la última ganadora de la Palma de Oro se inscribe nítidamente en el subgénero. La muerte de un hombre, marido y padre, en confusas circunstancias, origina un proceso que tiene a su esposa como única sospechosa (de asesinato) ante la tesis alternativa de suicidio. El planteamiento le sirve a Triet para examinar de nuevo los conflictos de pareja (como ya había hecho con no poca violencia en La bataille de Solferino), la complicada intersección entre los afectos e intereses que se produce en una relación sentimental entre dos personas que los perciben de manera subjetiva y donde la verdad factual y objetiva es tan difícil de hallar, incluso para los propios protagonistas, y por supuesto se encuentra tan fuera del alcance de terceras personas, como lo están los trágicos y nunca mostrados hechos que son objeto de la acción judicial en el film. De manera que, finalmente, el proceso más normal observando desde fuera es tomar cierto partido por una de las partes en función de una serie de percepciones, y eso viene a decirnos la resolución de la película, quizás la parte más artificiosa del relato por el protagonismo que adquiere el niño. Triet encuentra en esta obra un virtuoso término medio entre la crudeza y extensividad de La bataille de Solferino y el artificio de Sibyl, con una narración que nunca pierde agilidad pero tampoco descuida el detalle, que puede recrearse en largas escenas en planos cuidadamente equilibrados como también romper de manera muy puntual el formalismo con movimientos bruscos de cámara en mano.
308. Last Shadow at First Light (Nicole Midori Woodford, 2023) - 4,5
Una joven obsesionada con el recuerdo de su madre desaparecida después de regresar a Japón tras el tsunami, emprende el viaje para buscarla junto a su tío, en una relación que me parece bastante manida, con esa dinámica de rechazo/aceptación mil veces vista. No hay espacio para el humor o la ligereza en este film transido por el dolor, por la perdida y la ausencia, una obra sobre fantasmas y náufragos vitales, sobre seres insulares. Pero no me parece que esas presencias espectrales estén nada aprovechadas a nivel de puesta en escena, e incluso resultan reiterativas. Es curioso porque precisamente es un film al que le falta capacidad de sugerencia, demasiado explícito y obvio en sus intenciones cuando precisamente usa elementos para intentar lograr lo contrario.
309. Los colonos (Felipe Gálvez, 2023) - 6
Felipe Gálvez asume ciertos códigos western para hablarnos de los sangrientos cimientos de la nación chilena, erigida en buena medida sobre el exterminio de las diferentes tribus indias. Ambientado a principios del siglo XX, el film se basa en algunos personajes reales, sobre todo José Menéndez, poseedor de una enorme estancia en la Tierra de Fuego, y su administrador Alexander MacLennan, sanguinario ejecutor de sus órdenes. El punto de vista lo aporta en buena medida un hombre mestizo del que se sirve el segundo para cumplir la misión de limpieza de indios encargada por el primero. Y entre los grandes espacios de los paisajes que lucen bellísimos en pantalla y la violencia concentrada y de plano corto de las interacciones entre los personajes, transcurre una obra bastante aparente aunque de limitadas ideas narrativas, de discurso muy diáfano, de hecho brutal y antiépica en su contenido, y de cierta sequedad tonal con algún arrebato tarantiniano. Merece destacarse el final que enlaza con unos preciosos créditos a base de imágenes documentales centenarias.
310. Puan (María Alché & Benjamín Naishtat, 2023) - 4
Uno de los primeros gags de esta comedia sobre un profesor de filosofía le deja sentado sobre la caca del pañal de un bebé. Ahí da el nivel una película de humor muy básico y con un espíritu combativo en la línea de cierta tradición del cine argentino. La muerte de un catedrático altera la existencia de su protagonista, su profesor ayudante, hombre inseguro y de visible torpeza, que sólo parece encontrarse cómodo en el rango de las ideas, y no tanto en el contacto humano y en la acción. Ahí juega la dicotomía de la película, que se hace evidente en su tramo final. La puesta en escena devuelve algo de esa incomodidad cotidiana que sufre su héroe, con planos a menudo bastante cerrados (que cortan la parte superior de las cabezas), una banda sonora (ar)rítmica y un montaje a menudo brusco y áspero.
311. Le Successeur (Xavier Legrand, 2023) - 5
Un diseñador de moda en alza regresa a Canadá tras la muerte de su padre, con quien no se hablaba desde hace años, para ocuparse de cuestiones prácticas, pero muy en particular para averiguar sus antecedentes médicos para descartar la raíz hereditaria de unas dolencias que sufre, una de tantas pistas sobre el ombliguismo del personaje. Pero el descubrimiento de un secreto en el sótano de su casa convierte al film en un thriller que traza un paralelismo entre ambos personajes, en su explotación del cuerpo femenino para beneficio propio, lo que resulta una clara diatriba al mundo de la moda, que ya se presiente desde la escena de apertura donde un espectacular desfile proyecta una imagen de cierta agresividad inhumana. Legrand ya había examinado la monstruosidad masculina en Jusqu'à la garde, en una clave más de género de terror, pero en cualquier caso, no termino de encontrar el gusto por estos relatos tan agobiantes y un tanto claustrofóbicos. Es un director con una correcta sintaxis que incluso trata de lucirse en alguna escena, como la del bosque resuelta con un travelling circular dentro de un vehículo que marca una elipsis temporal de unas horas, hasta el amanecer. Pero no creo que su trabajo visual o narrativo, o el enfoque bajo el que desarrolla su historia, tenga excesivos alicientes como para hacernos salir de la rutina del género.
312. Orlando, ma biographie politique (Paul B. Preciado, 2023) - 6,5
No hay duda de que Orlando, la novela escrita por Virginia Woolf y publicada en 1928, está más de actualidad que nunca, dada la visibilidad que la cuestión transgénero está adquiriendo en nuestros días, también en las pantallas de cine. Recordemos, se trata de la historia de un noble cuya vida transcurre a lo largo de los siglos y que en un determinado momento, inopinadamente, cambia de género mientras duerme. Preciado recupera este hito literario para hacer una relectura desde nuestros días, donde una multiplicidad de personas trans encarnan a su protagonista aportando su experiencia personal que se mezcla con la personalidad literaria, mientras el autor hace una interpretación del material. El interés de Preciado se encuentra sobre todo en la vertiente política de la experiencia, en la construcción social que se hace desde los presupuestos de género y que compartimenta a la sociedad. Quizás el film obvia la lógica de esa construcción, que de alguna manera servía a unos propósitos inevitables a nivel histórico, pero también muestra la posibilidad de su destrucción, la falta de sentido que puede haber adquirido en nuestros días. Es una obra didáctica y pulcra incluso hasta en demasía.
313. Inside the Yellow Cocoon (Phan Thiem , 2023) - 6,5
La historia comienza con un accidente de moto en Saigón, donde una madre muere, lo que lleva a su joven cuñado a hacerse inicialmente cargo de su sobrino y buscar al padre, su hermano, en la zona donde se criaron. Es una búsqueda en principio exterior, casi de road movie, que se revelará interior, que evoca las heridas del pasado en lo personal (y nacional), que sale de lo prosaico y sintético y evoluciona hacia un espacio de espiritualidad. Si inicialmente le vemos visitar una casa de masajes, o somos testigos de la secuencia de una boda que, violentada visualmente, se revela grabada por el propio protagonista y resuelta con un truco de montaje, el trayecto que emprende culmina en una escena final en un escenario natural, con la presencia fuertemente simbólica del agua, dentro de un film lleno de signos y manifestaciones religiosas. La ganadora de la Cámara de Oro en Cannes evoca poderosamente el cine de Bi Gan, su construcción visual a base de largos planos secuencia y esa manera de juntar presente y pasado, sueño y vigilia sin cortes de montaje. La identificación es casi total en ocasiones, como el plano en el que seguimos a una moto desde atrás, que recuerda a la vertiente geográfica de Kaili Blues. En todo caso, la belleza de sus imágenes es incuestionable, el uso de los grandes planos generales, los suaves movimientos de cámara y las coreografías que emergen cada cierto tiempo y que nos trasladan un peculiar ritmo espiritual por el que transitan los personajes. Un cine estimulante aunque a veces parezca demasiado diseñado para el circuito festivalero.
314. Aku Wa Sonzai Shinai (Ryôsuke Hamaguchi, 2023) - 7
nos presenta el conflicto y contraste entre el mundo urbano y el rural cuando una empresa plantea invertir en un negocio de glamping en un espacio natural especialmente valorado por la calidad de su agua. Naturaleza y urbanismo como opuestos precisamente ante un modelo turístico que vende una ficción de comunión naturalística. Los personajes claves en ambos lados son una pareja de empleados de una agencia de talentos que trata de convencer a la parroquia local y una niña y su padre, hombre-para-todo del vecindario que vive en armonía con el entorno. Las rutinas de estos últimos, mostradas por Hamaguchi con puntilloso detenimiento, tienen un sentido directo y analógico, mientras que la virtualidad forma parte del día a día de los representantes de la empresa, sea en la reunión online con su cliente o en la búsqueda del hombre de una esposa a través de una app. Como reza el título, no hay maldad en el comportamiento de ninguno, todos siguen la lógica propia de su medio, sea la del dinero o la conservacionista, una dicotomía que quizás sólo el contacto directo y la empatía podría resolver, pero de manera individual e imposible de lograr imbuidos en todo un sistema. El hombre local también muestra una faceta asilvestrada que se pondrá de manifiesto en toda su extensión en ese misterioso final de la película lleno de animalidad. Hamaguchi nos introduce en su personal ritmo narrativo donde nunca importa tanto lo que puede llegar a suceder como la calma delectación en lo que está pasando en cada escena, en el momento, y lo vuelve a demostrar su maestría a la hora de componer escenas que se desarrollan a menudo de manera extensiva, y cuya muestra más evidente es la reunión de los vecinos con la pareja que viene en representación de la empresa, donde se verbaliza esa necesidad de equilibrio entre naturaleza e impacto humano para sostener la calidad de vida de los lugareños.
315. La palisiada (Philip Sotnychenko, 2023) - 6
Curioso film ucraniano hecho de escenas muy independientes en las que priman los planos largos,, conectadas pero sin dar sensación de mucha continuidad narrativa, casi como set-pieces que desde un enfoque oblicuo en muchos casos buscan en su individualidad sumar un sentido global. En la primera asistimos al asesinato de un policía en Ucrania a mediados de los años 90, desata una investigación y que deja al descubierto las vergüenzas de un sistema autoritario. La lograda ambientación está muy reforzada por la estética videográfica y el manejo de la espacio escénico resulta bastante interesante.
316. MMXX (Cristi Puiu, 2023) - 6
El último film de Puiu, rodado al parecer durante la pandemia del COVID, reúne cuatro escenas, dos de ellas registradas en un único plano-secuencia, pero cuya unidad temática o argumental es bastante difusa. Salvo el primer segmento sobre una paciente que contesta un cuestionario de una psicóloga, en el resto de casos nos encontramos a personajes que hablan de otros personajes u otras circunstancias. Es decir, es un film de palabras antes que de acción, siguiendo en este sentido la tónica de sus dos últimos títulos. En el segundo corte la misma psicóloga intenta averiguar qué le sucede a una amiga embarazada que ha ingresado en un hospital dando positivo por COVID. En el tercero, un colega de trabajo hospitalario de la pareja de la psicóloga le cuenta una aventura con la querida de un mafioso. Finalmente, el cuarto parece romper la conexión entre personajes y nos presenta a un policía que va a grabar el estremecedor testimonio de una mujer testigo de la trata de seres humanos. A la dispersión de la propuesta se suma una puesta en escena que se antoja menos trabajada que en el resto de sus largometrajes, donde prima el reencuadre que se siente un tanto improvisado.
317. Afire (Christian Petzold, 2023) - 7
En el cine de Petzold siempre suele aparecer un personaje misterioso del cual tenemos limitadas referencias. En Afire hace acto de presencia bajo los rasgos de Paula Beer en la casa de veraneo a la que llegan dos amigos artistas. El escritor, visiblemente impresionado, pronto comienza a comportarse como un energúmeno inseguro, mientras ella va progresivamente revelándose como una idealización, lo cual genera una dinámica entre ellos quizás problemática en estos tiempos que corren, pero el giro metanarrativo que afronta el film en su tramo final nos acerca al terreno de la fantasía, de los arquetipos literarios como podía ser la sirena de Ondine que también encarnaba Beer, y que aquí representa una musa al rescate del escritor en crisis. Por otro lado, la creciente amenaza latente (otra marca de la casa Petzold) que proporcionan los incendios en la zona, nos sugiere un problemática realidad dispuesta a saltar al primer plano y condicionar a los personajes. En todo caso, siempre da gusto ver una película suya, atender a su dominio de la puesta en escena para hacer fluir la narración, para que sus personajes interactúen construyendo tensión entre ellos sin caer en la rutina visual, para generar misterio en las imágenes, demostrando de nuevo ser uno de los más grandes narradores del cine contemporáneo.
318. L'île Rouge (Robin Campillo, 2023) - 5
Una mirada al postcolonialismo francés que nos retrotrae al Madagascar de principios de los años 70, ya independiente pero bajo cierta tutela metropolitana. El punto de vista lo aporta un niño, hijo de un militar de una base francesa en la isla, y de hecho el film comienza con las artificiosas imágenes de las aventuras de una heroína, Fantômette, en su lucha contra los villanos de turno, la visualización del cómic que lee el crío y que ofrece en su carácter diáfano un intencionado contraste con la realidad postcolonial: ¿quiénes son los buenos y quiénes los malos? No parece haber soluciones buenas a la presencia extranjera, dadas las limitadas tipologías de interacción que ofrece la historia. La propia familia protagonista tiene que lidiar con el patriarcado de ese marido/padre español (un poco tópico como macho celoso). El film abunda en simbolismos, quizás en exceso. Como las avispas o los cocodrilos, cuyo rol se puede leer metafóricamente, también esa suntuosa mesa que ofrece en sí misma una hermosa metáfora visual del paisaje del lugar para simbolizar su dominio. También hay algunas ideas quizás desaprovechadas, como el recorrido en bicicleta que hace el niño con su amiga como si fuera la brillante solución narrativa para un salto adelante en la historia que finalmente no parece producirse. Campillo recurre además a sus típicos momentos emocionalmente expansivos, que aquí le quedan un poco falsos, incluyendo el tramo final en el cual el punto de vista significativamente abandona a su pequeño protagonista y se va con la población oriunda en celebración emancipatoria, como señala la canción que suena. Es un film obvio y deslavazado, que nunca termina de encontrar un apoyo argumental interesante y que carece de misterio, lo cual llama la atención dada su exótica localización.
319. Great Absence (Kei Chikaura, 2023) - 5,5
Esa "gran ausencia" a la que se refiere este film japonés puede interpretarse de varias maneras: la de un padre que abandonó a su familia hace tres décadas, la de su actual esposa, el gran amor de su vida, que ya no está con él, o a la demencia senil que le atenaza y que ha obligado a su hijo a ocuparse sus asuntos tras haber sido detenido por la policía. El film se desarrolla en dos líneas temporales no muy lejanas en el tiempo: antes de esa detención, donde el punto de vista viene dominado por el padre, y después de la misma, donde el hijo es el protagonista. Su director se toma dos horas y media, quizás un poco excesivas pero que también le sirven para orquestar una narración serena, para mostrarnos que las razones y la realidad de los hechos no es a menudo la que parece, para construir un drama familiar en el que cauterizar heridas y ponerse en el lugar del otro, aunque por el camino siga gastando algunos estereotipos un poco caducos (spoiler: ¿es necesario que sugiera el suicidio de la esposa del padre como si su vida no pudiera ir más allá de su gran amor?). Los tiempos se funden en un par de crescendos musicales bastante poco afortunados que violentan el tono reposado de este film, la corrección de su puesta en escena, cuidada en sus encuadres, apropiada para una historia que examina los restos de un naufragio.
320. Absence (Wu Lang, 2023) - 6
Ya habíamos visto a Lee Kang-sheng entre esqueletos de hormigón en el cine de Tsai Ming-liang, pero un dulce no tiene por qué amargar a nadie. Aquí interpreta a un hombre recién salido de la cárcel que trata de reconectar con la vida, puentear sus diez años de ausencia en prisión, pero termina mezclado con el hijo del responsable de que fuera encarcelado, que comete un fraude inmobiliario. El film se va extrañando, haciéndose progresivamente parco en palabras y buscando la hipnosis en el ritmo, de hecho acercándose al cine de Tsai, para gustarse en planos cada vez más atmosféricos y que utilizan los elementos geográficos y arquitectónicos como motivos compositivos. Como en buena parte del mejor cine chino que llega a los festivales europeos, vemos de esta manera al ser humano empequeñecerse en un contexto urbano desarrollista donde prima el negocio, de manera que el calor de sus semejantes se hace más necesario que nunca. Demasiado deudora de sus referentes, quizás demasiado abúlica en su contenido argumental, no deja de ser una película de atractivo estético.
321. Camping du lac (Éléonore Saintagnan, 2023) - 7
En esta obra entre la fábula medioambientalista y el documental, accedemos de la mano de su directora, Éléonore Saintagnan, también un personaje dentro del film, varado tras la avería de su coche, al microcosmos de un lago a donde han ido a parar una serie de peculiares caracteres, como atraídos por una fuerza magnética que entiendo tiene mucho que ver con la armonía que puede percibirse con el medio natural. La leyenda visualizada de un santo y un pez que se regeneraba y que terminó en el lago convertido en una criatura mítica, desencadena el registro fantástico, y con el mismo, la crítica a la sobreexplotación económica. Sin embargo, se trata de una obra muy pequeña en minutaje, registro y pretensiones, construyendo desde la anécdota y la humildad de sus personajes. Ellos, los espacios que transitan y las situaciones que propone el film, se suceden en pantalla con hermosa sencillez, en una obra que transmite la voluntad y el gusto por mirar y poner oídos a lo que sucede a nuestro alrededor, y cuyo hábil manejo del montaje hace de ella un todo armónico.
322. El auge del humano 3 (Eduardo Williams, 2023) - 6
Williams redobla la apuesta que ya llevara a cabo con El auge del humano con esta ¿secuela?, una obra de estrategia narrativa muy similar a aquella y resultado igual de desconcertante. Es así otra obra polifónica que sigue los pasos de diferentes grupos de (jóvenes) personajes en diferentes países, pero conectados por una corriente escénica común, esa cámara de Williams que parece un artefacto con vida propia, o bien sujeto a los efectos del azar, que tiende al efecto ojo de pez para captarlo todo, un registro visual que juega con el ruido digital y que se antoja insólito en el panorama cinematográfico. También por ciertas rimas en las conversaciones, de aroma perfectamente casual, vaciadas del menor arco dramático, para que el film quede convertido en pura geografía. Williams nos acerca así un mundo larvario, multicultural e interconectado, en una obra abierta a interpretaciones.
323. Cerrar los ojos (Víctor Erice, 2023) - 7
Víctor Erice es para mí una figura de singular estatura mítica. Habiendo llegado a la cinefilia a mediados de los años noventa, ya se consideraba entonces un cineasta elusivo rodeado de un aura de misterio y malditismo que sólo fue acrecentándose con el transcurrir de las décadas y la relativa ausencia de producción. De esta manera, quizás la única constante que ha tenido mi personal experiencia cinéfila durante todo este tiempo ha sido la permanente espera, convertida casi en quimera, de ver un nuevo largometraje suyo. Hasta ahora, claro está, hasta la sorprendente aparición de Cerrar los ojos, un título de tal autoconsciencia que se podría acusar a Erice de alimentar su ego y vanidad si no atendiéramos a la humildad y cariño que destilan sus imágenes, a lo poco preocupadas que se muestran por el lucimiento o el impacto. Es más, es una obra que grita ¡viejo! a los cuatro vientos, donde salen incluso monjitas. Pero es también un film que contiene en algún sentido todo su cine, que se sugiere en primera persona permanentemente y que alimenta su carácter fetichista para todos los que hemos transitado este camino de pasión por el séptimo arte de la mano de sus tres largos previos. Y es que Erice está en todas partes en su nuevo film: le encontramos en la figura del actor desaparecido dos décadas atrás de quien nunca se supo más y que ahora es objeto de atención de un reality de televisión; es por supuesto reconocible en el director que tuvo que interrumpir su película, la segunda que realizaba, tras la desaparición de su protagonista, y que nunca más pudo retomar su carrera; también le podemos rastrear en el personaje apodado Triste le Roi de aquella inacabada película, un hombre ya sin más esperanza vital que encontrar a su hija y con ella una mirada diferente, inocente, en el fondo como aquella que buscaba Erice al inicio de su carrera en Ana Torrent; e incluso resulta identificable en ese montador que ejerce de guardián de una manera de entender el arte y la tecnología cinematográficas casi desaparecidas. Pero es el profano medio televisivo el que desencadena la acción embarcando al director en la búsqueda del desaparecido actor (también amigo), una aventura espejo de la que sucede en la malograda ficción dentro de la ficción, de la que sólo se rodaron dos escenas, muy apropiadamente la primera y la última, que enmarcan el metraje del film y su arco dramático. Por tanto, si en esa ficción Triste le Roi busca una mirada, también una mirada acaba siendo el objeto de búsqueda en el primer nivel diegético, la mirada de reconocimiento, la memoria de ese actor devenido en amnésico. Y por supuesto, como artefacto cinematográfico que es, por su propia esencia, Cerrar los ojos también busca la mirada del espectador, convocada hoy desde unos modos estéticos nada preocupados por parecer modernos, como si buscara esa misma inocencia, pero al mismo tiempo sin dejar de apelar a toda nuestra experiencia cinéfila, lo que resulta en un oxímoron de difícil resolución; igual que la mirada de una Ana Torrent que aquí encarna a la hija del actor, pero que más bien sirve de fantasma especular, nunca podrá tener la espontaneidad que mostrara en El espíritu de la colmena. Y es que nos encontramos ante una obra fuera de su tiempo, o mejor dicho, que habita el tiempo del cine, que como todos sus films hacen en alguna medida, convoca al mito, así en genérico, pero muy especialmente a nuestro mito, a la propia figura de Erice. En la rueda de prensa posterior al pase de prensa, éste dijo no reconocerse en esa leyenda épica que quieren construir alrededor suyo, pero este film no hace más que abundar en ella, abrazar el print the legend fordiano que el propio Erice admitía como lógica estrategia publicitaria. Y todo esto alimenta mi duda sobre cómo se puede percibir Cerrar los ojos sin bagaje alguno con el cine de su autor, siendo extraños a su universo.
324. Tótem (Lila Avilés, 2023) - 6
Una única jornada y dos deseos, el que pide en el inicio del metraje una niña que no quiere que se muera su padre enfermo y el que delante de ella no pide el padre al final de la película y de la fiesta que le ha montado su familia. El film, aunque no exclusivamente, está dominado por esta mirada infantil que no termina de descifrar las claves de un mundo adulto caótico, una mirada que perderá parte de su inocencia. Por eso la puesta en escena busca cierta subjetividad, la aprehensión parcial de la escena, planos cortos cámara en mano y sin profundidad de campo, muchas veces tomados desde abajo, desde el punto de vista de un niño. Es además un mundo adulto donde las presencias masculinas (¿totémicas?) languidecen, donde la actividad la aportan principalmente las mujeres. Mucho naturalismo en un film un tanto desigual pero en conjunto bastante logrado.
325. A Journey in Spring (Peng Tzu-Hui & Ping-Wen Wang, 2023) - 6
No hay muchas pretensiones en este film taiwanés sobre un veterano matrimonio agriado por el carácter irascible de él, seguramente exacerbado por una lesión laboral en el pié que le ha dejado cojo. Viven en una áspera rutina hasta que ella muere y la película nos sugiere su toma de conciencia respecto a lo que ha perdido, una relación y una compañera que daba por supuestas. Lo cual también le puede ayudar a procesar la homosexualidad del hijo nunca aceptada. Muy preocupado por las rutinas de sus personajes, es un film que evita la obviedad, que trabaja a base de planos largos bellamente compuestos y fotografiados en película, quizás en 16 mm, en una armonía visual de la que su protagonista carece en buena parte del metraje. Pero también por su propia modestia, es un film al que quizás no le sobran alicientes.
326. Here (Bas Devos, 2023) - 7
El cine de Bas Devos continua en su proceso dulcificador, ya felizmente lejos de la gravedad e inquietud de Hellhole, aunque todavía aproveche la noche que dominara Ghost Tropic como espacio de posibilidades y encuentros, como el que tiene lugar aquí entre un trabajador rumano y una bióloga de ascendencia china. Son personajes a caballo de dos culturas, quizás fuera de su contexto social más familiar, potenciales víctimas de la alienación, y que vienen retratados en su individualidad. Pero en esta ocasión el film de Devos emerge de la nocturnidad urbana hacia un universo orgánico y armonioso, el bosque, la naturaleza, una suerte de patria común en un mundo transnacional. Devos se plantea una obra minimalista y discretamente romántica, sin conflictos relevantes, que explora el placer por transitar lugares, por el desplazamiento (un desplazamiento mucho más modesto que el de Los delincuentes, eso sí). Hay algo de insomne en su cine, esa ingravidez de duermevela que también se refleja en sus sugerentes encuadres, en la suavidad de los movimientos de cámara que siguen a los personajes, y si algunas composiciones pueden aislarlos visualmente, nunca quedan abandonados a la frialdad.
327. La passion de Dodin Bouffant (Tran Anh Hung, 2023) - 4
Nunca había visto una película de la sección Culinary Cinema en Donosti y creo que tardaré tiempo en repetir. Eso sí, este film sobre la relación entre un señor apasionado de la cocina y su cocinera/amante, parece diseñado para esas lides. El chascarrillo es demasiado fácil pero no por ello voy a dejar de hacerlo: la película es un empacho de platos y preparados culinarios, de descripciones y deleites, de luces doradas y pulcritud visual, de planos en movimiento que más que una coreografía parecen revelar cierto pánico a que el espectador pudiera aburrirse. Es un típico título de qualité bastante poco estimulante. Dentro de su argumento me parece que el papel de la joven aprendiz, que simboliza un tanto esa pasión por la cocina, resulta un poco pegote. Al final tiene algún momento más destacable, la cámara se detiene un poco y esa pugna entre la melancolía y la celebración que busca la narración encuentra algún destello de emoción, pero en general es una turra importante. De qualité, eso sí.
328. Los delincuentes (Rodrigo Moreno, 2023) - 7,5
Aunque de narrativa un poco más clásica, menos literaria, es difícil no pensar en las cambiantes ficciones expansivas e irresolubles de la productora El Pampero visionando las tres horas que dura la última película de Rodrigo Moreno. Sus meandros narrativos responden a la alternancia y paralelismo entre el punto de vista de sus dos personajes principales, un empleado de banca que comete un robo y un compañero suyo de trabajo a quien involucra en el delito dejándole a cargo del botín mientras él se entrega a la policía. Pero lo que comienza como un relato criminal, incluso con su pequeña derivada carcelaria, cambia hacia derroteros más románticos, manifestados en el interés por la misma mujer compartido sin saberlo por ambos personajes. Es una mujer que, cumpliendo un papel liberador e iniciático, de mano parece idealizada y utilitaria desde una visión masculina, como la de Afire de Christian Petzold, pero finalmente se revela libre del rol al que quieren ceñirla las ilusiones de los protagonistas. Estos juegos son parte del muy deliberado espíritu lúdico de la película, que incluye un sentido del humor que emerge de manera muy ocasional pero también muy intencionada y certera, o guiños de puesta en escena como es el puntual uso de la pantalla partida para destacar el paralelismo entre los personajes, y que de hecho genera un brillante juego escénico con un espejo en la segunda ocasión en que Moreno recurre a ello. Al final no deja de ser una odisea en pos del descubrimiento personal, el de dos personajes que necesitan romper con su rutina diaria, con el yugo laboral (como si fuera una evolución aventurera de la claustrofóbica grisura que destilaba El custodio). Y en ese movimiento que genera la narración, la panorámica emerge como el gesto visual dominante, acompañando a los personajes, también en ocasiones recorriendo el espacio vacío, siempre un desplazamiento o una búsqueda que refuerza el carácter apasionante de la narración.
329. El Eco (Tatiana Huezo, 2023) - 6,5
Huezo nos acerca a la localidad de El Eco, un pequeño pueblo mexicano donde conviven diferentes generaciones de campesinos y, muy especialmente, campesinas. Ellas son el principal foco de atención de la directora, sobre todo las más jóvenes, niñas abocadas en cierta medida a repetir roles de las generaciones precedentes, como un eco de las mismas, pero también dispuestas a luchar por cambiar cosas. La educación es fundamental en el discurso implícito de la película, y son varias las escenas al respecto, incluyendo juegos en los que una niña ejerce de profesora con sus muñecos o con otros niños. Huezo pone en escena la realidad de esta comunidad, de manera que en su mayoría no estamos ante un documental que registraría improvisadamente lo que la realidad le ofrece, sino ante escenas perfectamente iluminadas y compuestas, filmadas a menudo como si fuera una ficción, con cambios de plano dentro de una continuidad temporal. Ello resulta en una obra muy cuidada en lo visual pero que no pierde su poso de autenticidad.
330. Grace (Ilya Povolotsky, 2023) - 6
Grace parece jugar con los estereotipos del cine ruso, siempre con la amenaza de ponerse sórdida y convertir a su joven protagonista en una víctima. De mano, no sabemos muy bien qué oscuros negocios se trae con ella el hombre que la acompaña en una furgoneta, y que resulta ser su padre, con quien vende películas pirateadas. Además, alrededor de ellos encontramos un mundo potencialmente siniestro, una amenaza que late ocasionalmente en las imágenes, aunque Povolotsky evita asfixiar a sus personajes. Su trabajo visual viene bastante elaborado y le da importancia al paisaje, con muchos grandes planos generales, suaves movimientos de cámara o llamativas composiciones en las que un personaje se encuentra en primer término con otros elementos de fondo completando la imagen, todas ellas maneras de hacer jugar un papel al entorno en el que se mueven los protagonistas. Por otro lado, ella tiene la costumbre de fotografiar de espaldas a aquellas personas con las que se encuentra, como si negara la posibilidad del encuentro y se encontrase en permanente despedida, lo cual tiene sentido con su obsesión por alcanzar el mar, que descubriremos será el depositario último de las cenizas de su madre. Se trata, por tanto, de personajes en duelo tratando de salir adelante en un mundo poco acogedor.
331. O Corno (Jaione Camborda, 2023) - 4,5
Más España rural (o más bien Península Ibérica), en esta ocasión ambientada en 1971 en Galicia, donde una adolescente embarazada acude a la partera del lugar para abortar, pero muere al tomar el brebaje que ella le ha preparado, de manera que esta mujer tiene que huir con destino a Portugal para escapar de la acción policial. El film tiene así algo de road movie, de búsqueda de un lugar en el que encontrar un sentido vital. Hay algo de equilibrio cósmico en su planteamiento, con tanta abundancia de situaciones que se repiten, que riman o contrastan. Es una obra además de mujeres, donde la sororidad es el único refugio posible, donde los hombres son presencias tangenciales, donde la amenaza viene siempre de ellos. Quizás todo ello está demasiado definido y conceptuado. Y también es una película demasiado pulcra y convencional en sus formas, que a veces amenaza con los modos televisivos, ya desde su apertura, bastante desafortunada.
Un saludo.