Dos Destinos y Un Hombre: Arvid Kramer Foro de debate general sobre cualquier tema de basket Moderadores: Al Leong, Kaponovich, tiko5, Tom Wolfe, losmellis, hastrakan

[meej]

La selección de J.R. Reid fue casi la única noticia positiva del verano.

Se suponía que uno de los alicientes de la nueva temporada era la vuelta del base Michael Holton, pero inmediatamente empezó a quejarse de entumecimiento y hormigueo en las articulaciones, hasta que un examen médico detectó una hernia discal que le obligó a pasar por el quirófano. Holton sería baja casi toda la temporada, y en la práctica supuso el final de su carrera. Para cubrir el agujero de base suplente los Hornets ficharon a Jerry Sichting, un veterano de los anillos de los Celtics cuyo rendimiento fue tan pobre que solo aguantó en el equipo porque Andre Turner aportó aún menos. Dick Harter llegó a probar a Rex Chapman de base, no digo ná y lo digo tó.

Como premio a su buena temporada Charlotte renovó a Robert Reid firmándole medio millón de dólares garantizados, solo para ver que el veterano se presentaba en pretemporada fuera de forma y pasado de peso. Aterrorizados, lo enviaron inmediatamente a Portland a cambio del ala-pívot Richard Anderson, un 2.08 adelantado a su tiempo ya que no destacaba ni en el rebote ni en los movimientos en la zona sino en el lanzamiento de media y larga distancia. Anderson venía de hacer un par de temporadas decentes como suplente, pero en Charlotte su aportación fue entre escasa y nula.

Para cubrir la marcha de Greg Kite como agente libre y el traspaso de Tim Kempton a los Nuggets a cambio de una futura segunda ronda del draft, los Hornets traspasaron al jugador que habían elegido en segunda ronda (Dyron Nix) a Indiana a cambio del pívot Stuart Gray. No se puede decir que perdieran mucho, Nix era un ala-pívot de dos metros raspados demasiado pequeño para hacerse hueco en la NBA por más que en la ACB hiciera muy buenos números, pero es que Gray era una eterna promesa que llevaba cinco años sin terminar de cuajar. Había dado buena impresión a Dick Harter cuando ambos coincidieron en los Pacers, pero la verdad es que en Charlotte tampoco cumplió las expectativas y terminó traspasado a cambio de una segunda ronda.

Como alero suplente ficharon a Terry Dozier, que no había sido escogido en el draft pero dio imagen de buen defensor en las ligas de verano. Una vez más, cuando empezaron los partidos de verdad se vio que no daba la talla, y fue cortado antes de navidad. La buena noticia es que su plaza la ocupó Kenny Gattison, un ala-pívot que había sido rival de Michael Jordan cuando ambos estaban en el instituto. Después de una prometedora temporada de novato en los Suns, Gattison había sufrido una escalofriante lesión de rodilla (rotura de menisco y ligamento anterior cruzado) que le tuvo en el dique seco durante dos años. Contra todo pronóstico, su intento por relanzar su carrera tuvo éxito, y poco a poco se fue haciendo hueco en la rotación de los Hornets como jugador fuerte y agresivo, buen defensor y reboteador, de ésos que dan ejemplo.


She works hard for the money
Oh so hard for it, honey

[meej]

Nada que ver con el verano de Miami. Los Heat disponían del número cuatro del draft más dos elecciones de segunda ronda, la propia más la que recibieron de los Bucks en el traspaso de Fred Roberts, y supieron darles buen uso. En primera ronda escogieron al alero tirador Glen Rice, mientras que en segunda ronda eligieron a una pareja de bases, Sherman Douglas y sobre todo el mítico Scott Haffner, compañero de Dan Godfread en Evansville. Para hacerles hueco en la plantilla cortaron a “Pearl” Washington, John Shasky, Scott Hastings y sobre todo Sylvester Gray, que llegó a un enfrentamiento frontal con Ron Rothstein por su empeño en intentar reconvertirlo a “tres”. En su lugar completaron la plantilla con un par de ala-pívots: Tellis Frank, escogido por los Warriors en primera ronda del draft de 1987 y cuyo rendimiento hasta la fecha había sido tan deficiente que Miami lo consiguió por una segunda ronda, y Terry Davis, que procedía de la Div. II y no había entrado en el draft. Lo curioso es que fue Frank hizo una buena temporada hasta arrebatarle la titularidad a Grant Long, pero al terminar los Heat decidieron que lo que necesitaban era a un reboteador y optaron por no renovarlo, mientras que Davis se hizo un hueco en la liga a base de brega e intensidad.

Los Heat empezaron la temporada con el mismo quinteto que terminaron la anterior: Rory Sparrow, Kevin Edwards, Billy Thompson, Grant Long y Rony Seikaly. Poco a poco fueron entrando los novatos, primero Glen Rice y luego Sherman Douglas, hasta terminar con un curioso quinteto con Douglas, Rice, Thompson, Tellis Frank y Seikaly. El único cambio durante la temporada fue la marcha de Pat Cummings, que apenas jugaba y pidió ser cortado para intentar encontrar un equipo donde pudiera contar con más minutos; su sustituto fue el temporero Jim Rowinski.

Glen Rice jugó bien y consiguió una plaza en el segundo quinteto ideal de novatos, pero la sorpresa fue el magnífico juego de Sherman Douglas, que se asentó como un base titular con potencial de llegar lejos y entró en el quinteto ideal de novatos. Junto a ellos Rony Seikaly ofreció en su segunda temporada un rendimiento mucho más acorde con las expectativas, y compensó la relativa decepción con Grant Long. En global no se puede decir que mejorasen de manera espectacular ya que solo ganaron 18 partidos, 3 más que la temporada anterior. Sin embargo, consiguieron evitar ser los últimos de su división gracias a los Nets, y de nuevo la sensación era mucho mejor que el número de victorias. Los Heat estaban reuniendo una plantilla joven y con potencial que solo podía ir a más.

[meej]

Los Hornets, en cambio, parecían haber perdido el rumbo.

Empezaron la temporada con un quinteto similar al de la anterior, con “Muggsy” Bogues, Rex Chapman, Kelly Tripucka y Kurt Rambis, más la introducción de J.R. Reid como pívot titular. Dell Curry sería el sexto hombre y Brian Rowsom daría descanso a los interiores, con apariciones puntuales del resto de mataos (Sichting, Anderson, Gray, Dozier). Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Chapman seguía en el mismo plan, tirando mucho pero sin acertar lo suficiente, buen jugador pero no una estrella; y Reid casi inmediatamente empezó a dar sensaciones aún peores. Era un buen defensor y reboteador, pero aparte de que su posición ideal no era la de “cinco” pronto se haría evidente que su techo era ser un especialista, un secundario para labores de brega, y en absoluto un jugador en el que basar un proyecto. Por si fuera poco, el rendimiento de Tripucka descendió de manera dramática en comparación con la temporada anterior, y el resultado fue una racha de diez derrotas consecutivas en el mes de diciembre que dejó a los Hornets con un balance de 3-18 y al borde del abismo.

Buscando soluciones a la desesperada repescaron a Robert Reid, que había sido cortado por los Blazers, pero solo sirvió para confirmar sus temores de pretemporada de que a sus 35 años, a Reid ya no le quedaba combustible. Tampoco aportó demasiado el alero Randolph Keys, llegado de los Cavs a cambio de una segunda ronda. Nunca es buena señal que un año y medio después de elegirlo en primera ronda, Cleveland lo diera a cambio de una segunda. Tener más minutos en los Hornets solo sirvió para que Keys demostrase que era el típico buen anotador en college que no es capaz de superar las defensas profesionales, y que tampoco aportaba en ninguna otra área.

Mucho más acertada fue la decisión de traspasar a Kurt Rambis a los Suns junto con dos elecciones de segunda ronda a cambio del ala-pívot Armon Gilliam, todo un número 2 del draft de 1987. En Phoenix Gilliam había demostrado su facilidad para hacer números en puntos y rebotes, algo que los Hornets necesitaban con angustia, mientras que los Suns ya tenían otros jugadores capaces de anotar y lo que querían era un veterano que aportase defensa y dureza, como Rambis. Fue un clásico win-win, con los Suns dando un salto de calidad gracias a la mejora de su defensa interior y los Hornets logrando por fin a un jugador que aportaba puntos y rebotes aunque luego lo de defender ya tal.

[Capitán Ortega]

El inmortal e ínclito Armen/Armon Gilliam.

Recuerdo que hace muchos años decías que es sospechoso que los Suns manden a todo un número 2 del draft a Charlotte a cambio de Kurt Rambis y que hayan salido ganando en el cambio (los Suns). En mi caso prácticamente seguía al detalle la NBA en esos tiempo y el amigo Armen The Hammer Gilliam me pasó totalmente desapercibido. Y veo sus estadísticas y me da la impresión de que sus números no son tan malos como para que haya tenido tantos cambios de equipo y que además fuera intercambiado por jugadores tan especialistas y tan veteranos (Rambis, Mike Gminski). Alguna razón debe haber para que no despegara y me imagino que se esperaba más de él por haber sido una segunda elección del draft. Sin embargo, como bien has dicho, era el draft del 87, el draft en el que el ROY fue la elección 18. El mejor jugador de esa generación venía de la NAIA y fue un descubrimiento de Jerry Krause, la elección 12 era el jugador más zotaco de la historia (Mugsy Bogues, 1.6 m) y la elección número 1 empezó a jugar tres años después. Sumándole que otro de los jugadores destacados se desplomó en pleno partido falleciendo poco después en el 93. Aún así es de llamar la atención que Gilliam, toda una elección número 2 del draft haya sido intercambiado en plenos noventas por jugadores secundarios cuyas carreras en la NBA comenzaron a finales de los setentas.

[meej]

Armon Gilliam era un jugador valioso porque hacía números con gran facilidad, pero acababa traspasado porque esos números no tenían el impacto que se supone que debían tener. Yo lo recuerdo con un jugador con bastantes recursos, de los que siempre terminan con más puntos de los que creías pero su equipo no gana. Era un tipo de jugador que individualmente promediaba 9 o 9 rebotes, pero luego te fijabas y su equipo en global sumaba casi los mismos rebotes con él que sin él, es posible que eso no fuera así en una plantilla tan corta como los Hornets pero en general era el problema, hacía estadística pero no hacía que dominases una faceta del juego.

Dicho lo cual, el traspaso por Mike Gminski no tuvo que ver con eso sino con la idea de que lo que estaba frenando la progresión de JR Reid era jugar de cinco, el jugador se quejó diciendo que su puesto natural era el de cuatro así que cambiaron a Gilliam por un pívot puro para poder salir con Reid de ala-pívot. Spoiler alert, fue de que no.

[meej]

No fue suficiente para salvar el puesto de Dick Harter. Ignorado por los jugadores, sin el apoyo de la gerencia y con un balance de 8-32, los Hornets lo cesaron el 31 de enero de 1990, reemplazándolo por su asistente Gene Littles. Y lo cierto es que se notó una cierta mejora gracias sobre todo a la llegada de Armon Gilliam, aunque para compensar poco después perdieron a Rex Chapman para lo que quedaba de temporada por una fractura en la pierna. Al menos sirvió para encontrar por fin un base suplente de garantías, Micheal Williams, que estaba penando en los Rapid City Thrillers de la CBA después de ofrecer buena imagen en los entrenamientos de los Detroit Pistons.

Littles insertó a Robert Reid en el quinteto titular sustituyendo al lesionado Chapman, aunque en realidad el que jugaba más minutos era su suplente Dell Curry. Una increíble racha de tres (3) victorias consecutivas en abril les permitió terminar con 19 victorias, solo una menos que en la temporada inaugural, pero las sensaciones no eran buenas. En vez de mejorar habían empeorado, sus elecciones del draft no estaban cuajando, y la opinión generalizada era que no sólo se estaban viendo superados por los Miami Heat, sino incluso por las dos nuevas franquicias creadas ese año, los Orlando Magic y los Minneessoottaa Timberwolves (que se permitieron la osadía de terminar por encima de los Hornets en la Midwest Division).

Para redondear la racha de éxitos, el vicepresidente Carl Scheer, máximo responsable de la franquicia, presentó su dimisión al terminar la temporada debido a la reiterada negativa del propietario de los Hornets a firmar su contrato. Por increíble que suene, durante dos años George Shinn le había ido dando largas diciendo que solo necesitaban “un apretón de manos”, pero al final Scheer comprendió que nunca iba a gozar de la protección de un contrato, y como era (1) abogado y (2) no tonto, decidió abandonar la franquicia. Fue sustituido por Allan Bristow, un ex jugador de la NBA que llevaba varios años como asistente de Doug Moe en los Nugueses.

[meej]

Por suerte para los Hornets, éste fue el momento en el que los Miami Heat decidieron pegarse un buen tiro en el pie. Tenían el número 3 para el draft de 1990, pero decidieron traspasar su elección a Denver a cambio de las elecciones números 9 y 15. Con la primera eligieron al alero Willie Burton, afirmando que era el jugador en el que estaban más interesados desde el principio, y la segunda la enviaron a Houston junto con su elección de segunda ronda a cambio del pívot Alec Kessler. Por último, traspasaron a Rory Sparrow a cambio de la elección de draft del base “Bimbo” Coles.



Oficialmente, el motivo del polémico traspaso de su número 3 se debía a que no confiaban en el potencial de los jugadores disponibles en el draft de 1990 (imagino que eso no se hacía extensivo a Derrick Coleman, que llegaba al número uno con enormes expectativas), pero acontecimientos posteriores hicieron sospechar que eso era una simple excusa para ocultar su auténtica motivación. En septiembre de 1990, los Miami Heat hicieron una brutalérrima oferta de $26.5 millones por siete temporadas a John “Hot Rod” Williams, un ala-pívot de los Cleveland Cavaliers que había demostrado ser un jugador esforzado y de talento, capaz de cubrir con garantías cualquiera de las dos posiciones interiores. No era ninguna estrella, sin embargo, y mucho menos una estrella merecedora de convertirse en el jugador mejor pagado de la NBA y el segundo deportista que más cobraría de todo el mundo (solo por detrás de Jose Canseco). No es que los Heat pensaran que Williams era una estrella en ciernes que se merecía cobrar más que Michael Jordan, “Magic” Johnson o Pat Ewing, sino que estaban convencidos de que la única forma de fichar a un jugador de su nivel era presentándole una oferta desorbitada que hiciera que su anterior equipo no se atreviera a ejercer su derecho de igualarla y quedarse con el jugador. Por eso Miami presentó una oferta basada no solo en el aumento repentino y dramático del tope salarial, sino también en el hecho de que la franquicia tenía la masa salarial más pequeña de toda la liga. Y es posible fue que traspasaran su número tres a cambio de elecciones más bajas que no aspiraban a un salario de estrella para rascar hasta el último dólar que incluir en la oferta a Williams.

No se puede decir que fuera un éxito. Los Cavs dieron la sorpresa al igualar la oferta por John Williams, con lo que la gran apuesta de los Heat quedó en nada. Willie Burton terminó haciéndose con la plaza de escolta titular, pero eso se debió más a los problemas de anotación de Kevin Edwards que a sus méritos propios. Los Heat se pasarían cuatro años esperando a que se hiciera realidad su supuesto gran potencial, hasta terminar por aceptar la realidad. “Bimbo” Coles tenía alma de anotador y no se adaptó al papel de base suplente, y encima de preferir tirar antes que pasar tampoco es que tuviera mucho acierto. Y Alec Kessler era uno de esos pívots con alma de alero más cómodos tirando desde el perímetro que peleando los rebotes, y no aprovechó la oportunidad que le dio la lesión de Seikaly. Los Heat aguantaron gracias a las penetraciones de Sherman Douglas, los triples de Glen Rice, el buen juego de Rony Seikaly, y la recuperación para la causa de Grant Long. A pesar de que mejoraron la marca del año anterior con 24 victorias, era un evidente paso atrás y terminaron en penúltima posición de la liga, por detrás de los otros tres equipos de expansión. Al terminar la temporada anunciaron el cese de Ron Rothstein y la contratación de Kevin Loughery para ocupar su puesto.

[enepi]

Visto en perspectiva, el draft del 90 fue muy flojo y tampoco es que se perdiesen gran cosa

Ah, y me acuerdo de la polvareda que levanto el nuevo contrato de Hot Rod Williams en su momento.

[itv]

Del 3 al 9 el mejor jugador al que no pueden acceder por el cambio seguramente sea Kendall Gill, que tampoco es que les fuese a sacar de pobres.

[meej]

Sí, aunque yo creo que lo de la oferta a John Williams es uno de los motivos, si hubiesen visto a algún novato que les convenciera seguramente no habrían hecho un traspaso que sin duda iba a traer polémica. A los aficionados nunca les gusta que el equipo traspase una elección alta, y menos para coger dos elecciones medianas.

En pespertiva, el mejor novato que cogieron fue Keith Askins, que no entró en el draft y que poco a poco se hizo un hueco en la rotación a base de dar cera, pulir cera. A lo tonto duró unos años en la franquicia.

[meej]

En cambio, los Hornets acertaron plenamente con la elección del escolta Kendall Gill con el número cinco. Buen anotador, agresivo y hasta sorprendente reboteador, Gill se hizo con la titularidad a las alturas del all star y terminó elegido en el quinteto ideal de novatos. Su único defecto era que compartía posición con Rex Chapman, con el resultado de que el entrenador Gene Littles decidió probar a salir con Kendall Gill como base. Kendall Gill no era base.

We pulled into D.C. My cousin took me out. I was out until 6 in the morning. He brings me back to the hotel. My coach, Gene Littles, is sitting in the lobby. And as I walked in the door, he’s like, “What the hell are you doing out here, rook? Don’t you know we’ve got a game at 12 o’clock in the afternoon?” Well, turns out, I go and I score 28 points that day, the high for my rookie season. I scored 28 points. He comes to me after the game and says, “You can go out and hang out any time you want to until 6 in the morning – if you play like that.”

[Según b-r, el partido era a la 1 y no a las 12, y anotó 24 puntos no 28]

También acertaron con el fichaje del agente libre Johnny Newman, un alero anotador que permitió por fin dejar en el banquillo al cada vez menos efectivo Kelly Tripucka. Por último, el traspaso de Armon Gilliam y Dave Hoppen a los Sixers a cambio del pívot Mike Gminski permitió mover a J.R. Reid al “cuatro”, su posición natural. Por desgracia, esto solo sirvió para demostrar que Reid era un paquete en cualquier posición, y la aportación de Gminski en temporadas siguientes fue mínima debido a constantes problemas de lesiones. Con todo, en esta temporada sí jugó bien, y los Hornets terminaron con unas muy decentes 26 victorias y la sensación de que estaban empezando a enderezar el rumbo.

[Capitán Ortega]

El ínclito e inmortal Derrick Coleman

Decían que pudo ser el mejor PF de la liga, incluso por encima de Karl Malone o Charles Barkley, pero que su falta de ética de trabajo y su calidad de mercenario (según sólo perseguía los dólares) lo relegaron a un lugar de jugador con talento y capacidades de all star pero nada más. Nadie en quien pudiera fincarse un proyecto de franquicia como para ser campeona, por lo menos después de unos años en la liga (a lo mejor al principio sí se le tenía por ese jugador que iba a llevar a los Nets de Nueva Jersey al plano siguiente). Yo lo veía jugar y realmente era un monstruo, sobre todo en su etapa en New Jersey, pero al parecer su punto culminante fue haber sido elegido por la gente titular en el ASG de 1994 ya que después de allí se fue haciendo cada vez menos y después nos lo encontramos como secundario en Filadelfia (en la época de Iverson) y nada más.

Pero es que parece que el sexenio que va del 86 al 91 estuvo bastante flojo de talento. Los números uno del Draft, salvo Robinson, fueron en el mejor de los casos muy buenos jugadores, pero ninguno como para ser el jugador franquicia de un equipo campeón:

1986: Brad Daugherty
1987: David Robinson
1988: Danny Manning
1989: Pervis Ellison
1990: Derrick Coleman
1991: Larry Johnson

De estos el único que pudo llevar a su equipo a ser un contendiente serio es David Robinson y con todo, después de la temporada 1994, en la que fue MVP, líder anotador (aunque de dudosa legitimidad) y llevó a San Antonio Spurs a unas finales de conferencia siendo el jugador franquicia, se le criticó una falta de competitividad y más bien se empezó a hablar de él como un jugador blando. Pero en el 94 los Spurs eran favoritos. Luego vino la lesión y la llegada de Duncan y de ahí pal real.

El otro gran jugador seleccionado en un draft de ese sexenio es Scottie Pippen, quien también en 1994 hizo un papel extrarodinario como líder de los Bulls y llevándolos a Semifinales en las que cayeron derrotados con polémica por los Knicks de Nueva York y párale de contar. En esos tiempos escuché más de una vez en la TV que decían que Scottie Pippen sería un gran jugador franquicia en algún otro equipo. Aún así hay ciertos detalles que ensombrecen un poco su brillante carrera: el episodio del berrinche ante los Knicks o sus disminuciones ante los Bad Boys. En lo personal me parece uno de los jugadores más completos y atléticos que ha dado este deporte, un prototipo de un Grant Hill o de un LeBron James salvando las distancias.

Aparte de ellos tan sólo podemos nombrar un puñado de jugadores que tuvieron carreras estelares largas y protagonismo en playoffs, pero son más bien pocos: Mark Price, Kevin Johnson, Gary Payton, Reggie Miller, Tim Hardaway, Mitch Richmond, Dan Majerle y Shawn Kemp.

Usando, solo como ejemplo, el baremo de la cantidad de Hall of Famers de ese sexenio en comparación con el anterior y el siguiente me parece un buen indicio de la calidad de ese sexenio que podríamos llamar "el sexenio para el olvido del draft de la NBA":

HoFs de drafteados de 1980 a 1985:

Kevin McHale (único de la generación 80)
Isiah Thomas (único de la generación 81)
James Worthy
Dominique Wilkins
Clyde Drexler (único de la generación 83)
Hakeem Olajuwon
Michael Jordan
Charles Barkley
John Stockton
Patrick Ewing
Chris Mullin
Karl Malone
Joe Dumars


HoFs de drafteados de 1986 a 1991:

Dennis Rodman
David Robinson
Scottie Pippen
Reggie Miller
Mitch Richmond (único de la generación 88)
Gary Payton (único de la generación 90)
Dikembe Mutombo (único de la generación 91)

HoFs de drafteados de 1992 a 1997:

Shaquille O'Neal
Alonzo Mourning
Kevin Garnett (único de la generación 95)
Allen Iverson
Ray Allen
Kobe Bryant
Steve Nash
Tim Duncan
Tracy McGrady

Notas:

*Las generaciones 89, 93 y 94 no tienen aún HoF's
*Se excluyen los europeos y Oscar Schmidt
*Sin duda el sexenio 92-97 tiene probabilidades de aumentar sus miembros del HoF

Y se podrían usar otros baremos como juegos en playoffs, campeonatos, etc., y creo que el sexenio 86-91 seguiría estando por debajo de manera notable de los otros dos. También de ambos sexenios se pueden mencionar a otros jugadores que sí fueron los jugadores referencia de sus equipos y sí hicieron cosas importantes en Playoffs: Mark Aguirre (Dallas), Ralph Sampson (Houston), Chris Webber (Sacramento), Gran Hill (Detroit), Chauncey Billups (Detroit), Vin Baker/Glenn Robinson (Milwaukee) o secundarios de superlujo como Rolando Blackman, Buck Williams, Tom Chambers, Larry Nance, Terry Cummings, Detlef Schrempf, Latrell Spreewell, Penny Hardaway, Jamal Mashburn, Jason Kidd, Jerry Stackhouse, Rasheed Wallace, Michael Finley, Jermaine O'Neal, Peja Stojakovich o Antoine Walker. Algunos no tardarán en ingresar al Salón de la Fama.

En fin, que las cuatro primeras elecciones orgánicas del Draft de Miami y Charlotte de su historia cayeron en ese sexenio para el olvido. Tampoco se le podía sacar mucho jugo.

Y curioso que alrededor del mismo jugador (Alonzo Mourning, eterno lesionado) se hayan formado los primeros equipos competitivos de ambas plantillas (más de lado de Miami). Pero supongo que meej llegará a ese punto.

[meej]

Eso hizo más difícil entender exactamente qué sucedió el verano de 1991. Aparentemente, el entrenador Gene Littles y el director deportivo Allan Bristow tenían opiniones diferentes sobre qué jugador elegir con su flamante número uno del draft. Littles acudió a la prensa para declarar que el equipo iba a seleccionar a Larry Johnson de Nevada – Las Vegas a pesar de que él personalmente prefería a Billy Owens de Syracuse, y Bristow se pilló un cabreo importante por lo que consideraba un indecoroso intento de presionarle de manera ilegítima. El resultado fue que los Hornets escogieron a Larry Johnson y nombraron a Allan Bristow como nuevo entrenador, mientras que el hasta entonces jefe de ojeadores Dave Twardzik lo reemplazaba como director deportivo. Oficiamente Gene Littles había sido ascendido a vicepresidente, pero en realidad se trataba de una “patada hacia arriba”. Su nuevo puesto como consejero genérico del presidente carecía de responsabilidades definidas, y a los pocos meses abandonó la franquicia para incorporarse a los Nugueses como asistente de Dan Issel.



Es probable que todo ese trasiego interno sea una de las explicaciones de por qué los Hornets, a pesar de mejorar hasta las 31 victorias gracias a la llegada de Larry Johnson, no terminaron de dar el salto a playoffs como soñaban. Las lesiones de Mike Gminski y Johnny Newman no ayudaron, pero en mi opinión el principal factor fue el desnortado traspaso de Rex Chapman. A ver, traspasar a Chapman tenía todo el sentido: no era la estrella que habían soñado, se lesionaba cada dos por tres, y compartía posición con un jugador mejor y más joven como Kendall Gill. Al terminar la temporada entraría en vigor su renovación, dos millones al año, que Charlotte se arrepentía de haberle firmado. Está claro que para librarse de ese peso salarial tendrían que aceptar a un jugador de menos nivel, pero con todo y con eso creo que podrían haber encontrado algo mejor que Tom Hammonds. Hammonds había sido la novena elección del draft de 1989, un ala-pívot rocoso que brillara en Georgia Tech antes de naufragar de manera lastimosa en los Bullets. Después de dos temporadas para olvidar parecía que por fin empezaba a despegar, y acababa de conseguir encaramarse al quinteto titular hasta que sufrió una inoportuna lesión en los abductores.

Fue un timo absoluto. Tom Hammonds no se recuperó de la lesión en toda la temporada, y al año siguiente tuvo una participación testimonial antes de ser cortado en enero de 1993. Lo repescaron los Nugueses, y en Denver se convirtió en un suplente digno como obrero de músculo y rebote; pero para los Hornets significó que habían perdido a Rex Chapman a cambio de nada más que librarse de su salario.

[Nash S]

Curioso lo de Chapman.
Lo recuerdo sobre todo de su etapa en los Suns y la verdad es que su rendimiento fue bueno en lo que entonces era un intento de contenders alargando la etapa de Barkley en Arizona. Eso sí, "Rex jinete Palido" Chapman no era una estrella pero si que rindió y sustituyó bien a alguien que había sido importante para la franquicia como Dan Majerle. Quizá coincidieron antes de que Majerle fuese a Heat pero no lo recuerdo.

[meej]

Mientras, también los Heat estaban teniendo su dosis de polémica. Sherman Douglas se negaba a renovar, así que Miami empezó la temporada con el novato Steve Smith como base. Smith había sido elegido con el número 5 del draft y llegaba con la reputación de ser el nuevo “Magic” Johnson, un base de dos metros con potencial de estrella. Pronto se demostró que sus capacidades como director de juego habían sido un tanto sobrevaloradas y que su posición ideal era la de escolta, pero no dejaba de ser un muy buen jugador que ayudó a que el equipo tuviera un arranque espectacular con 7 victorias por 3 derrotas. Cuando se hizo evidente que los Heat necesitaban un base de verdad, y que “Bimbo” Coles tampoco lo era, traspasaron a Sherman Douglas a los Celtics a cambio de Brian Shaw, que también era más combo-guard que otra cosa pero que en Boston había funcionado. No fue un traspaso feliz; ni Douglas ni Shaw recuperaron el nivel de juego que habían exhibido en sus anteriores equipos, así que ni Celtics ni Heat quedaron contentos.

De todas formas, entre la anotación exterior de Glen Rice, el buen rendimiento de la pareja Grant Long – Rony Seikaly, y el brillante debut de Steve Smith, los Miami Heat se dispararon a las 38 victorias y, aprovechando la endeblez de la Conferencia Este, ¡se colaron en los playoffs de 1992! Fue poco más que un cameo, una barrida en tres partidos frente a los todopoderosos Chicago Bulls que iban camino de su segundo anillo, pero los convertía en el primer equipo “de su generación” en conseguir jugar una postemporada.

Fueron pocos los supervivientes del equipo inaugural de 1988 que llegaron a vivir ese éxito, fundamentalmente los entonces rookies Rony Seikaly, Kevin Edwards y Grant Long. Pero oculto al fondo del banquillo sobrevivía el base Jon Sunvold, al borde de la retirada por culpa de lesiones y enfermedades, y que llegó a pisar el parqué en los minutos de la basura del primer partido de playoffs en la historia de la franquicia. El último superviviente del draft de expansión de 1988.


A tiempo de comerse un tapón de Bobby Hansen aproximadamente en el minuto 4:30.

[meej]

Los Heat tenían motivos para esperar que seguirían esa curva ascendente. El precio de su debut en playoffs era una elección de draft más baja, pero tuvieron la enorme suerte de ver cómo Harold Miner, el espectacular alero anotador de USC que había sido portada de Sports Illustrated, caía hasta su número 12. Poco después los Pistons pusieron en el mercado al ala-pívot John Salley, que terminaba contrato y quería una renovación multimillonaria que Detroit no quería pagar debido a su irritante irregularidad. Después del culebrón de John Williams, fue un alivio la facilidad con la que lograron el traspaso de Salley a cambio de una elección de primera ronda de 1993 e Isaiah Morris, un alero al que acababan de escoger en segunda ronda.



Ninguna de esas apuestas salió bien. Harold Miner ganó el concurso de mates del all star, demostrando su espectacularidad y ganándose el sobrenombre de “Baby Jordan”, pero en los partidos demostró que le faltaba lanzamiento exterior y capacidad defensiva. Después de tres temporadas grises solo puntuadas por sus apariciones en el concurso de mates (repitió triunfo al año siguiente), Minor salió de la franquicia por la puerta de atrás y pronto se retiró debido a problemas crónicos de rodilla. Por su parte, John Salley ratificó las dudas de los Pistons. Firmar una extensión de contrato por dos millones y medio de dólares al año solo sirvió para que se corriera unas fiestas antológicas en las playas de Miami, y su juego nunca se acercó a lo que los Heat esperaban de él. Se pasó su etapa en la franquicia entrando y saliendo del quinteto titular, normalmente dependiendo de las lesiones de sus compañeros, y demostró que no era más que un muy buen taponador y un reboteador sólido. Los Miami Heat lo dejarían desprotegido en el draft de expansión de 1995, aliviados de encontrar a un equipo que cargara con su contrato.

Entre eso y la artroscopia de rodilla de Steve Smith que le hizo perderse media temporada, los Heat terminaron con 37 victorias, una menos que el año anterior, y fuera de playoffs. Para colmo, ni siquiera dispondrían de una elección de primera ronda del draft de 1993, ya que la habían enviado a Detroit en el traspaso de John Salley.

[meej]

Por supuesto, una mala temporada de Miami significaba automáticamente un buen año para Charlotte, garantizado por la elección con el número 2 del draft de 1992 del pívot Alonzo Mourning. No es solo que Mourning formase una imponente pareja interior al lado de Larry Johnson, sino que además fue el inicio de un año de aciertos en los despachos, ya que continuaron firmando como agente libre al escolta David Wingate, un buen especialista defensivo, y terminaron librándose de la carga de J.R. Reid al mandarlo a San Antonio. Fue un tangazo total, ya que además de librarse de un jugador decepcionante sin hueco ya en el quinteto titular recibieron a cambio una primera ronda de draft, una segunda, y al ala-pívot Sidney Green, que ya no estaba para muchos trotes pero que aportaría veteranía a un equipo muy joven.



El resultado fue la mejor temporada de la franquicia, que superó el 50% de victorias con 44 triunfos y entró merecidamente en playoffs, donde incluso se permitió el lujo de ganar su primera eliminatoria al eliminar a los Boston Celtics. Uno de los factores decisivos de esa serie fue el desmayo en el primer partido por el alero Reggie Lewis, compañero de “Muggsy” Bogues en el instituto de Dunbar, que según los médicos se debió a una cardiopatía. Por suerte esa dolencia no tuvo más consecuencias por lo que no es necesario seguir hablando de ello, y en estos momentos no contestaré a más preguntas, gracias.

La mayoría de los personajes principales del debut de los Hornets no llegaron a vivir la eliminatoria de segunda ronda de playoffs contra los Knicks de Pat Riley (en la que incluso ganaron un partido). Rex Chapman seguía tirando, fallando y lesionándose en los Bullets, mientras que Tom Tolbert acababa de finalizar la que sería la mejor temporada de su carrera en los Magic, sin saber que le quedaban dos telediarios como jugador. Los Suns habían cortado a Kurt Rambis, que terminó el año en Sacramento y pronto se uniría a los Lakers en un rol de jugador-entrenador que iría preparando su exitoso paso a los banquillos, mientras que Kelly Tripucka había hecho oficial su retirada después de una aventura en el Limoges tan breve como controvertida y un último intento en la liga de verano con los Nets.

Pero aún resistían dos componentes del draft de expansión de 1988, y ambos con participación activa en el juego. “Muggsy” Bogues seguía de base titular y jugando muchos minutos ante la falta de recambios, mientras que Dell Curry era el sexto hombre del equipo, aportando puntos y sorteando constantes rumores de traspaso. El hilo conductor de los Charlotte Hornets desde su creación hasta su primera victoria en playoffs en 1993.

[BOLAVERDE]

Gran hilo, como siempre. Pero con el chascarrillo de Reggie Lewis se te ha ido la mano, ninguna gracia.

Esperamos impacientes las siguientes entregas.

[Capitán Ortega]

No es por ser quisquilloso ni nada por el estilo, pero Harold "Baby Jordan" Miner fue campeón de los mates en el 93 y al año siguiente lo fue Isaiah Rider (Miner no participó, supongo que por alguna lesión). En el 95 Miner y Rider se enfrentaron en la final del concurso llevandóselo el jugador de Miami. Ambos tuvieron carreras cortas por una razón o por otra. Pero Miner si era algo limitado en cambio Rider creo que tenía potencial para tener nivel all star, lastima de mala cabeza.

[itv]

Rider tampoco es que tuviese una carrera corta, son 9 años en la NBA. Puede que decepcionante y seguro que lastrada por lo que va encima de los hombros, pero no un visto y no visto como Miner.