Hostia, aún sigues tomando la enfermedad mental a modo de insulto!andraax escribió:Fatal, esta fatal. Y cada vez mas.
salu2
Sobre lo comentado, es cierto que a diferencia de los libros anteriores me salgo de lo que es la esclavitud de la cronología. Esto fue una decisión consciente provocada por no ser el libro una biografía, como era el caso de los anteriores, sino la historia de un equipo. Eso hacía necesario simultanear lo que es el relato de cada temporada con hacer un perfil aunque fuera breve de cada uno de los jugadores importantes que se van incorporando, y desde el principio me pareció que intentar combinar las dos cosas iba a salir mal. Ya metidos en faena me pareció buena idea aprovechar esa estructura menos lineal para dedicar capítulos semiindependientes a aspectos importantes pero que se salían de un momento concreto, como la construcción del revolucionario Palace, el tema de las jordan rules o todo el pifostio del dream team.Capitán Ortega escribió:Pues después de poco más de dos semanas de intensa y ansiosa espera, por fin me llegó el ejemplar de Isiah Thomas y los Detroit Pistons de Máximo José Tobías (aprovechando el viaje mandé a pedir el de Invasión o Victoria, pero ese ya lo leeré con más calma).
Sigo ufanándome de que quizá mis ejemplares de estos libros sean los únicos en México (excepto quizá el de Jordan porque una vez lo vi anunciado en un catálogo de una tienda departamental como sugerencia para regalo del Día del Padre).
En fin. El libro está escrito brillantemente y de forma muy objetiva, dejando de lado las hagiografías y las satanizaciones de los Bad Boys, analizando desde una perspectiva más neutral las aportaciones, el legado y los errores de este mítico equipo. Como siempre, Tobías nos ofrece una lectura muy fluida y algo que se aprecia mucho en este texto en particular es que no está escrito del todo tomando el orden cronológico como hilo conductor sino que se narra con base temáticas muy puntuales (aunque el orden cronológico sí está presente en estos temas). Esto hace un libro diferente a los que estamos acostumbrados a leer sobre historias del deporte. y a mí me parece que la lectura gana mucho en ese sentido. Otros aspectos que me parecieron muy agradables fueron, primero, que el autor entre líneas te invita a investigar sobre ciertos datos puntuales o bien a buscar un partido en específico (Kelly Tripucka sustituyó en el All Star de 1982 a un jugador que se lesionó, pero ¿a quién?) y en segundo lugar, que, como es costumbre de Máximo Tobías, comenta la bibliografía. Tampoco podemos dejar de mencionar el toque meejiano irónico que te arranca una sonrisa o una carcajada de vez en cuando.
La historia de los Bad Boys originales en sí misma es apasionante, y eso combinado con la inmejorable y aguda escritura del autor, quien a lo largo de estos años nos ha mostrado un enorme conocimiento de la NBA y del baloncesto en general gracias en parte a sus numerosas lecturas (en castellano y sobre todo en inglés) y a su amplia trayectoria como observador de los partidos.
Gracias y felicidades por escribir y publicar el libro. Ya sólo falta uno de los Celtics ochenteros. Yo lo compro gustoso.
Anda, pues es cierto que en la foto-portada de Jordan sale el protagonista del libro.meej escribió:
Eso se explica bien y se entiende. Pero la cosa que me sorprende es esa asunción acrítica del "si él lo dice, por algo será" en todas y cada una de las veces. También subrayabas en el libro de Jordan que Krause, Jordan y Phil Jackson tienen similitudes clave para erigir un equipo campeón, pero no ves a Krause supeditado a lo que opine Jordan, sino que alarga un equipo campeón cambiando pieza tras pieza, muchas veces en contra del criterio del jugador.meej escribió:Quizás no lo dejo lo suficientemente claro en el libro, pero la clave es que existía una sintonía casi completa entre Jack McCloskey y Isiah Thomas, extensiva en menor medida a Chus Daly y a Bill Laimbeer. Cuando Thomas y Laimbeer le echan la cruz a un jugador, es por razones que concuerdan completamente con las de McCloskey, fíjate en lo que éste dice de Dan Roundfield: el problema no es que los capitanes no lo aceptaran, el problema fue que el jugador no se supo ganar esa aceptación. Algo parecido sucede cuando Rick Mahorn protesta por sus pocos minutos y McCloskey apoya totalmente a Daly. Hasta la época de decadencia, con la salida de los veteranos y la llegada de Woolridge, el vestuario confía en que McCloskey está buscando el mismo tipo de jugador que ellos quieren, y McCloskey confía en que el veredicto del vestuario será por los mismos factores que él considera importantes. Luego el fichaje saldrá bien, mal o regular, pero durante todo el proceso cada una de las partes (director técnico, entrenador y jugadores) habrá estado remando en la misma dirección.
El equipo queda hecho un solar por otros factores. Cuando el bloque empieza su decadencia debido a la edad, lesiones y movidas internas, ya no basta con poner la tirita de fichar a un suplente que se integre en el estilo del equipo. Hacen falta cambios profundos, y ya es otra historia muy distinta.
Dantley era un tío mu raro, que solo se hablaba con los novatos.
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entonces