por xTRaFlaKO »
10 Jul 2017, 13:06
Ha llegado el momento que más espera el foro tras una carrera; Crónica ehunmilak 17.
No sé muy bien desde donde empezar la crónica, pues esta carrera no ha empezado ni el viernes con la salida, ni el jueves con la recogida de dorsal y control de material, ni tan siquiera es día que me apunté o el día que empecé a prepara, sino que era una ilusión de años, una de esas carreras que está en los primeros puestos de la lista de carreras que tengo que correr antes de morir, esa carrera de la que he visto mil videos y dosmil fotos, hasta el punto de que abro youtube en mi mac y sólo me recomienda videos de ehunmilak.
Era jueves al mediodía y mi novia y yo llegabamos a Tolosa, impresionante todo lo que hacen parejas, amigos y demás familia en estas carrera, no solo aguantarte en la preparación, que ya es bastante, también se dan la paliza en la carrera yendo de un sitio a otro sin importarles la hora que sea o lo que tengan que esperar allí y además que animan a todos los participantes como si fuera el suyo. Debemos concienciar bien a la familia durante la preparación de la dureza de la prueba para que animen a todos así.
Prosiguiendo con la llegada a Tolosa, dejar la maleta en el hotel y a comer, que bien se come por aquí y que bien te tratan. Siestecita y a Beasain a pasar el control, recoger el gps y el dorsal. Al llegar allí el ambiente que se respira huele a ehunmilak por todos lados, corredores y allegados en cualquier rincón del pueblo. Control rápido y efectivo, con tanto voluntario da gusto.
La mañana del viernes quería levantarme tarde, pero los nervios hicieron la tarea de levantarme a las 10, que ya es buena hora, pero quería más por lo que venía por delante.
Desayuno, vestirse, acabar de colocar la mochila y a Beasain a la pasta party en antiguo palacio precioso, los nervios no me permiten comer mucho que haya que masticar, asi que medio plato de pasta pero mucho mucho melón que es más fácil de digerir.
Siesta en un jardín, cambiarse de ropa, llenar los botellines de agua y a la salida, último control de material y ya estaba allí, en el mogollón de la salida de la carrera que tanta ilusión tenía por correr, con muchísima emoción, unas 110 pulsaciones estando parado, espectáculo de txalaparta, berzolaris y aurresku, y las seis de la tarde.
Hora de salida, todas las calles del pueblo repletas de gente animando y así el primer kilómetro hasta que se acaban el pueblo y el asfalto y comienza Euskadi tropical, calorcito, muchisima humedad y vegetación, así que a sudar y sudar y empezar a pensar en mejor no quedarse frío con ese sudor encima. Al principio subidas andando, llanos al trote y bajadas dejándome caer hasta que alrededor del km 5 conocí a Mikel y Koldo y comencé a ir con ellos quería ir acompañado ya que al ser mis primeras 100 millas necesitaba alguien con cabeza y cordura para no pasarme al principio y luego reventar, eso si, a los dos minutos los dos dijeron que también eran sus primeras cien millas, pero tres cabezas haría mejor trabajo que una y juntos empezamos el viaje, yo subía mejor que ellos y ahí les dejaba un pelín atrás pero bajando me cogían y seguíamos juntos, llano al trote subida andando y bajada andando hasta que me cogían Koldo y Mikel y luego trotaba con ellos. Adelantando y siendo adelantados por otros corredores y hablando con ellos y comentando llegamos al primer avituallamiento, recuerdo bien ni kilómetros ni desnivel, pero disfrutando hablando y avanzando sin darnos cuenta iba pasando el tiempo. Así hasta el segundo avituallamiento en el que Koldo nos dijo que fueramos tirando que él quería comer más y mejor.
Mikel y yo salimos igual llano trotando para arriba andando, yo más rápido y él más despacio y en la bajada al revés y él me iba cogiendo. Ya se nos había hecho de noche, pero lo peor era la niebla cerrada, parecía que estabamos dentro de las nubes, así que viendo poco, tan poco que dejamos de trotar en los llanos por ver mejor las marcas, y empapandonos, pero hay seguíamos tipi tapa hasta Azpetia, si no recuerdo mal km 50, al salir de allí mismo panorama, niebla y lluvia, subida enorme y dejo atrás a Mikel y al llegar la bajada decido bajar a trote y no esperarle porque tengo mucho frío y tengo miedo de la hipotermia, además iba adelantando a gente y me vengo arriba moralmente y así hasta Zelantun, alrededor del km 69, avituallamiento en el que intento comer algo porque de lo que llevo encima soy incapaz de comerlo incluso me da asco acercarmelo a la boca, pero nada, un trocito de melón y dos vasos de caldo, me sentó genial pero me hacia falta más, salí de allí con fuerza y muchas ganas de llegar a Tolosa y ponerme ropa seca. Pero cuando comes poco las fuerzas enseguida se acaban, para arriba sigo yendo muy bien, pero para abajo los cuadriceps duelen y no tengo fuerza, lo bueno es que ya se ha hecho de día, pero estoy en un bajón anímico importante, pienso que en Tolosa me esperan ropa seca, besos y abrazos, ahm y tortilla de patata, que se lo había oido a otro participante cuando era incapaz de comer y desde entonces solo pensaba en tortilla.
Según bajo a Tolosa decido coger un palo para que haga de bastón y no sé si es psicología o qué pero empiezo a andar más rápido y con menos dolor y así hasta el pabellón, km 77. Entrar allí y una sensación enorme de que me quema la cabeza y de que me quedo dormido y entre eso y que no como empiezo a pensar en retirarme.
Ropa seca, tortilla de patata, mucha tortilla de patata, y que bien entraba, pero sigo sin encontrar fuerza para lenvantarme y seguir corriendo y eso que ya llevo 45 minutos allí, hasta que veo que Mikel y Koldo entran en el pabellón, Koldo se tiene que quedar allí con la Cruz Roja y decido salir con Mikel, otra vez.
Me tomo un powerbomb, que es extracto de cafeína, de té verde y de guarana y adelante, sin mucha fuerza ya hago las subidas con él y al haber parado tanto tengo algo de piernas y puedo trotar para abajo. Vamos hablando de carreras, de programas de la tele, del trabajo, de las familias, como si fueramos amigos de toda la vida, es increíble todo lo que une una carrera de estas, y así hasta Amezketa, km 97, en ese tramo he cogido un segundo palo y voy como si llevara dos bastontes, a la próxima voy con bastones, lección aprendida, en el avituallamiento como muy bien y salgo con fuerza, hasta el punto que le digo a Mikel, con quien ya había acordado que salvo lesión llegaríamos juntos, que vuelvo a tener fuerza que subiré rápido y que en la bajada me coja, y así subo al Txindoki, hago una subida acojonantemente buena, hasta yo iba flipando de los buenos tiempos que iba haciendo en la subida, todo esto mientras caía la niebla y empezaba a llover y yo subiendo tan bien y con tanta fuerza, pues en manga corta dentro de la nube, errorazo. La subida es espectacular con los txalapartaris esperandote. Cuando saqué la chaqueta mi cuerpo ya se había quedado frío y la bajada congelado y con tiritona, andando porque con la niebla tenía que ir toda la atención puesta en mirar las marcas, además es un pico muy expuestos y había muchísimo viento, segundo bajón y vuelvo a pensar en hipotermia y en retirarme al llegar abajo.
Hasta llegar a un avituallamiento que era una mesita allí en medio de nada con cinco voluntarios más abrigados que en invierno, y con la conversación del tiempo y unas risas me animo bastante. Sigo bajando al trote porque estoy saliendo de la nube y eso significa que la temperatura sube y quizá así entre en calor y así hasta el km 105 y caída, resbalo con una roca mojada y una caída a cámara lenta que parece que no me voy a caer, pero al final si, golpes en codo, muñeca, mano y tobillo, la mano me duele pero sera solo el golpe, así que sigo con mi bajada, como ya he entrado un poco en calor empiezo a andar por esperar a Mikel, y porque ya no tengo cuadriceps para bajar al trote y así hasta el avituallamiento de Lizarrusti, donde saco de la mochilla las mallas y los guantes y decido esperar a Mikel, tarda mucho en llegar porque cuesta abajo está sufriendo de ampollas y para a que le venden, cuando llega al avituallamiento mis golpes se han enfriado y no duelen nada, así que parece que bien, así que vamos a por un tramo de 15 km y empezamos el camino al siguiente avituallamiento con duchas, ropa seca y mucha comida, ya es de noche, hay más niebla que la noche anterior y las marcas se ven peor hay que ir muy despacio y vamos andando sea llano para arriba o para abajo hasta que en la primera bajada noto algo en el tobillo de primeras pienso que me roza la zapatilla, y sigo, que curioso, solo es para abajo, y ya no solo me duele donde el golpe, ahora es todo alrededor del tobillo, pienso en que me vea en medico en el avituallamiento, los dos últimos kms del tramo son cuesta abajo, y los hago viendo las estrellas y cambiando la pisada, empiezo a pensar que así no puedo bajar el Aizkorri, llego al avituallamiento la médico y el fisio me dicen que solo es golpe pero que menudo golpe y que al cambiar la pisada tengo una sobrecarga de la hostia, hielo, crema antiinflamatoria, y tomó la decisión de no bajar el Aizkorri, era la bajada más fuerte, o una de ellas, y ese tobillo no estaba para más.
No me dolió tomar la decisión, estaba muy orgulloso de llegar hasta donde había llegado, me daba un poco de pena porque ya no quedaba nada, pero ya estaba pensando que el año que viene la acabo.
Me quedo con que la he disfrutado y mucho, el entrenamiento podía haber sido mejor, pero estoy orgulloso de que con lo que he hecho valdría para acabarla. Y ya tengo deberes, aprender a no caerme.
Para acabar el finde fui a ver la llegada de Mikel, es un crio de 20 años y ya tiene 100 millas en su espalda. Y luego me dijo la novia, ya que estamos aquí vamos a hacer turismo algún pueblo cercano, pues nada, a ver Pasaia que como todos los pueblos de Gipuzkoa no tiene ni dos metros llanos, pero si ella se ha chupado un finde de avituallamiento a avituallamiento, durmiendo poco y aguantarme en la preparación, pues claro que yo puedo hacer turismo con todas las fibras musculares destrozadas, eso si agarrándome a todas las barandillas.
Ahora a marcarla en rojo para el año que viene terminarla, buscar un objetivo de asfalto para octubre, que tengo tres cosillas en mente, y descansar un poco, aunque lo cierto es que me encuentro bastante bien, creo que la próxima semana ya estaré por la Casa de Campo rodando.
Por último daros las gracias por los ánimos y por el seguimiento.