El partido contra Lleida fue un espectáculo bochornoso, una pachanga lamentable. Vale que no nos jugásemos nada, pero de ahí a estar ya de vacaciones, hay una diferencia. El Barcelona se puede relajar y palmar en casa contra la Real Sociedad después de ganar la liga, pero nosotros NO, por todo lo que nos han hecho sufrir esta temporada, deberían haberlo dado todo ante la afición el viernes pasado, pero en cambio parecían un equipo de LEB Plata. Demostramos que somos un equipo sin alma, sin ambición, sin carácter, en definitiva, un equipo mediocre, que no descendió porque tuvimos la suerte de tener 4 equipos peores que nosotros. La despedida que dio el público fue en consonancia al partido y a la temporada, una despedida fría, distante, un público que lo dio todo durante el año, y el equipo en cambio no.

De los jugadores que terminaron, me quedaría sin dudarlo con Manjgafic y Kuath y, como mucho, con Nogués como alero alto suplente. Los bases descartados (balance negativo en el conjunto de la temporada), eso sí, a Cera le haría contrato dos años y lo cedería el primero a un Plata, porque necesita asumir responsabilidad de forma continua en un equipo, para crecer. Los aleros, una decepción tras otra, empezando por Pilepic. Urtasun dudo que pueda estar toda una temporada a nivel alto. Y Ferrán Ventura no lo tendría ni para completar, no sabe penetrar ni tirar de dos, solo mete triples cuando está entonado. De los pivots, aparte de los que renovaría, Del Aguila creo que su lugar es Plata, y Gjuroski es muy irregular, además que no sabe defender ni postear (solo tirar de tres). Aboucabar no sé si podrá volver a jugar.
El entrenador no me inspira tampoco confianza. Sí es cierto que consiguió el objetivo para el que vino (salvar al equipo) pero ha demostrado no saber imprimir carácter y continuidad durante la temporada. Hubo partidos que fueron un auténtico desastre, y no consiguió regularidad en el juego del equipo. Es cierto que se encontró con muchas carencias, pero creo que Kuath, que lo pidió él, estuvo infrautilizado para el nivel que tiene. Apenas se jugó para él, y nuestro mayor recurso (y con el que ganamos la mayor parte de los partidos) fue a base de triples, o sea, de que nos entraran, porque el día que no entraban, palmábamos fijo.
El Consejo de Administración “ourensano”: otro desastre más. Planificación nula, gestión desastrosa, regalando entradas para meter gente, vamos, lo fácil. Deben plantearse qué hace falta para dejar de ser un equipo que solo aspira a la permanencia, para poder aspirar a cotas más altas.
Hay que reflexionar si queremos seguir siendo un equipo mediocre, sin espíritu competitivo, o queremos aspirar a ser un Castellón o un Cantabria, que a poco que les acompañasen algunos resultados podían haber optado a entrar en Play Off. No aspiro a competir con los Estudiantes, Andorra, Burgos, etc (no la próxima temporada, pero sí a medio plazo). Tenemos que preguntarnos qué hace falta para dejar de ser un equipo del montón, y aspirar a ser como Obradoiro y Breogán. SI ciudades gallegas más pequeñas que Ourense pueden estar en ACB, ¿ por qué nosotros no? Ya sé que la respuesta es tener pasta, pero hay que empezar por los de la directiva, que sean ambiciosos y con capacidad de hacer un equipo ilusionante, y eso pasa por poder generar sponsores y que entre dinero al club. Todo lo que sea hacer un presupuesto de menos de un millón será para mantenernos.
En mi opinión, los pasos a seguir son:
- Entrenador: ya digo que yo no renovaría Felix Alonso.
- Renovación antes del 30 de junio de Manjgafic y Kuath.
- Búsqueda de sponsor antes de esa fecha (según me dijeron ya lo tienen, veremos a ver).
- Cerrar el equipo antes del 15 de agosto.
- Hacer una pretemporada dura y larga: nos pasa siempre lo mismo, llegamos a la pretemporada con el equipo a medio hacer, y luego la pretemporada es el primer mes de competición, donde palmamos partidos que nos colocan abajo. Hay que llegar como motos a la primera jornada.
La afición lleva respondiendo año tras año, incluso en partidos tan lamentables como Lleida. Creo que nos merecemos un proyecto ilusionante. Pero, sinceramente, creo que me voy a equivocar.
